La ONU emitió en 1948 la Declaración Universal de Derechos Humanos, que se transformó en el marco global frente a la violación de derechos y contra toda clase de autoritarismo. En 2007, ante la avanzada extractiva-empresaria, aprobó la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que marcó un piso de obligaciones estatales y que ya tuvo aplicaciones legislativos y judicial. La flamante Declaración de Derechos Campesinos es un hecho histórico, un respaldo a la agricultura familiar, y también es un paraguas legal y político para la base de la pirámide rural. Elizabeth Mpofu, coordinadora general de la organización internacional Vía Campesina, destacó que la Declaración “es una herramienta importante que debe garantizar y ayudar a realizar los derechos de los campesinos, garantizar el acceso y control sobre la tierra, semillas campesinas, el agua y otros recursos naturales”. E instó a todos los gobiernos a implementar la declaración con rapidez y transparencia.