La industria petrolera de Chubut y Santa Cruz perdió en los últimos tres años más de seis mil puestos de trabajo, el 24 por ciento del total de los empleos existentes en el sector a mediados de 2015. De acuerdo a lo señalado por un medio patagónico (El Extremo Sur, de Chubut), “entre las regiones productivas del país, la Cuenca del Golfo San Jorge ha sido la más impactada por los despidos y los empleos destruidos en el sector petrolero”. Entre el 30 de junio de 2015 y la misma fecha de 2018, la cantidad total de empleados en el sector en todo el país se redujo de 66.839 a 60.596, según las estadísticas elaboradas por el Sistema Integrado Previsional Argentino, con una pérdida del 9,3 por ciento. Tendencia que en las provincias de la Patagonia Sur fue mucho más acentuada. 

“El impulso que le viene dando Vaca Muerta a la explotación de hidrocarburos no convencionales logró desacelerar las consecuencias expulsivas de trabajadores que viene generando la combinación de la crisis internacional del precio del petróleo, el ajuste de las operadoras petroleras y las políticas recesivas del gobierno nacional”, sostiene el diario patagónico digital en su nota. 

El ajuste operativo estuvo vinculado a la desactivación de beneficios para la producción petrolera regional convencional, como el precio especial al crudo pesado que se extrae en el Sur (principalmente destinado a la exportación), al tiempo que se alentó con un plus sobre el precio de producción del petróleo y el gas extraído por método no convencional en la formación Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén (y parte en Mendoza). Ello llevó a que las firmas productoras internacionales centraran sus inversiones en el crudo neuquino y fueran abandonando paulatinamente las explotaciones en el Sur, principalmente en Santa Cruz. Un ejemplo de ello fue la conducta de Tecpetrol, que fue abandonando las áreas concesionadas en la Patagonia Sur hasta convertirse en la principal productora en Vaca Muerta.

“La peor parte de la crisis ocupacional petrolera se la llevó Santa Cruz, con un total de 3528 empleos menos en tres años”, apunta el ya citado periódico EES de Comodoro Rivadavia. Esa cifra representa la tercera parte (33,4 por ciento) del total de empleos petroleros existentes en la provincia en 2015. De esos más de 3500 empleos perdidos en tres años, “la mayor cantidad de despidos, casi 1500, ocurrió en el último año”. 

En Chubut, refiere el informe, “el achicamiento de los puestos de trabajo petroleros tuvo su peor tránsito al inicio de la crisis del precio del barril”, con una pérdida total de 2536 empleos en tres años, de los cuales 1940 se perdieron en los primeros dos años (hasta junio de 2017).

En el medio de este proceso, hubo varios conflictos por cierre de pozos o amenazas de levantamiento de equipos, que terminaron con arbitrajes del gobierno a favor de la flexibilización de las condiciones de contratación. 

El primer paso en la habilitación de estos mecanismos de precarización lo dio el sindicato petrolero de Neuquén, encabezado por el senador Guillermo Pereyra, para ser aplicado en los contratos laborales de Vaca Muerta. El informe de EES señala, sin embargo, que “aunque Vaca Muerta permitió crear 1700  puestos en Neuquén, el saldo de los últimos tres años arroja resultados negativos, con una retracción de 1381 empleos” frente a 2015.