Si algo aprendimos de las historietas que leímos de niñxs es que los superhéroes, salvo excepciones, reciben sus súper poderes por accidente. La mordedura de una araña radioactiva, una repentina lluvia de químicos y el golpe de un rayo, heredar el anillo de poder de un extraterrestre agonizante. Accidentes imposibles donde los personajes reciben sus extravagantes habilidades sin pedirlas ni buscarlas. Teen Trans (Editorial Muchas Nueces), el primer manga trans en Latinoamérica, presenta cuatro superhéroes adolescentes, con cabellos coloridos y peinados glam como las rockeras de Jem and the Holograms, que no necesitan de un accidente para convertirse en personas que salvarán a quienes (aún) no pueden defenderse. El momento de transformación coincide con el acto de reconocerse trans frente al espejo, en un mundo ficcional donde lo binario es la norma. Tino, Ann, Alex y Delfi no usan máscaras que oculten sus rostros porque no quieren esconder su identidad. Es el reconocerse aquello que lxs vuelve fuertes e invencibles. A diferencia de los otros aventureros de brillantes uniformes, que suelen enfrentar todo tipo de amenazas genéricas que van desde un robo a un banco a detener un atentado, lxs Teen Trans se revelan paladines en medio de una pelea puntual y definida: la lucha por sus derechos, enfrentando a quienes quieran quitárselos. Protegiendo al colectivo y a las futuras generaciones trans de políticxs reaccionarixs que pretenden devolvernos a la fuerza al closet. “¡Estamos viviendo un tiempo de desorden y descontrol moral sin precedentes en la historia de nuestra nación! ¡Pero yo he venido a demostrarles que volver al país de antes es posible!”, escupe en su discurso, con olor a Bolsonaro, Orphen, caudillo homolesbotransfóbico que conocerá el poder combativo de lxs Teen Trans.

“Yo no me sentía representado como niño y adolescente marika por ninguno de los personajes que veía en los cómics y dibujos animados. Teen Trans viene a sanar esas ausencias. Todo aquello que nuestra generación, y las anteriores, no pudo tener”, cuenta para SOY el artista visual, director de cine y activista uruguayo Leho de Sosa, autor de esta manga queer, editado en diciembre en Argentina por la editorial Muchas nueces, que viene a sanar una herida colectiva. Las vidas de lxs cuatro adolescentes que pueden hacer volar camiones por el aire o cambiar de forma si el mal asoma las narices están apoyadas en las infancias y relatos de referentes LGBTIQ argentinas y uruguayas, trans y travestis que se cuelan en las páginas de la historieta para comandar naves al igual que lo hacen en una marcha. De Capitana Marvel a Capitana Susy (Shock), liderando desde el universo cuántico una estrategia para modificar las lógicas. Heroínas que cambiaron la historia de la comunidad guían la lucha en la Tierra. “Por su coraje, su valentía, su rebeldía y su libertad han sido elegidxs para defender a la humanidad de aquellxs que intentan destruir y oprimir la diversidad y pluralidad humana”, les dice Lohana Berkins, la comandanta de las mariposas, en forma de holograma a lxs Teen Trans.  Una aventura no binaria que recién comienza, y que promete traer futuras entregas, ampliando esta nueva Liga de la justicia que le responde a la ola conservadora en Latinoamérica con un rayo fosforescente al grito de “¡Furia travesti!”

Espejito, espejito

¿Cómo se te ocurrió utilizar el género de los supérhéroes para hablar de identidades trans?

–Originalmente surgieron los personajes en la Primera Semana de Arte Trans, donde participé como artista. Pinté cuadros con los personajes de Teen Trans, chiques trans adolescentes mirándose al espejo y descubriendo su identidad en ese instante. Entendí ahí ese súperpoder que tenés de adolescente cuando estás en soledad y te mirás al espejo, bailás, saltás, descubriendo tu cuerpo y quién querés ser. Entonces hice un paralelismo entre los superhéroes y el concepto de identidad secreta, de lo que esconden, con los chiques trans. Quienes al decidir vivir su identidad en sociedad ya saben que se tienen que enfrentar a un montón de prejuicios y situaciones desagradables que ya las vienen sintiendo, y por eso se ocultaban. Si salís a la calle tenés que empoderarte. Cuando tenés 12 años y luchás por tu identidad aunque tengas a toda tu familia en contra, eso es para mí un superhéroe. Es el súper poder de la resistencia.

¿Por qué elegiste el formato manga?

–Soy hijo de Disney y del manga de los años 80, pero además porque es un formato muy representativo para las generaciones actuales. Lo consideran como algo propio y universal. Para hacer Teen Trans trabajé hablando con adolescentes y el manga les era algo muy cercano. Y por otro lado hay una cuestión de obra política, un guiño al pedirle a lxs lectorxs a leer la historieta de derecha a izquierda, que es para mí cómo hay que leer la vida.

¿Y hubo ciertos mangas que te influenciaron teniendo en cuenta que los japoneses han sido precursores en presentar personajes con sexualidades diversas?

–No, no tuve influencias de mangas singulares. Sí sabía de eso, y de hecho muchxs chicxs me hicieron esa crítica de que el manga ya tienen personajes que no son binarios. Fue lindo enterarme de que tienen otra visión. Pero igualmente el manga muchas veces está muy enfocado en lo sexual, es raro que tenga una postura política concreta. Teen Trans es un manga político militante.

¿Teen Trans es una respuesta a este viraje hacia la derecha conservadora en Latinoamérica?

–Sí, exacto. Para mí es muy necesario en este momento político tan complicado para la comunidad, con Bolsonaro como candidato y ahora ya presidente de Brasil, dar una respuesta desde lo artístico. Y sobre todo lo que me interesaba con Teen Trans era generar un material identitario para chicxs trans, travestis y no binarios.

¿Por qué decidiste incluir a referentes LGBTIQ reales?

–Quería provocar de alguna manera una inquietud por nuestra memoria colectiva LGBTIQ, plasmar nuestras revoluciones en Latinoamérica. Deseaba que las nuevas generaciones, lxs chicxs de 12, 13 años, conozcan quién es Susy Shock, Lohana Berkins. Que les llegue esa historia que no te cuentan en el colegio y difícilmente la comuniquen los padres. Cuando pienso en una heroína pienso en Lohana, y cuando pienso en alguien que puede comandar una nave llena de chicxs es la tía Susy (Shock). A Susy Shock la conocí en la primera Semana de Arte Trans, en Uruguay. Lo primero que hizo fue desconfiar de mí. Pero después nos hicimos muy amigxs. Nos encontramos muchas veces en Montevideo. Se involucró mucho en el proceso de Teen Trans y fue muy crítica todo el tiempo. Me enseñó a cuestionarme. Pero también busqué e incluí referentes más jóvenes, como Delfina Martínez que es una activista trava, afro uruguaya, quien fue una de las responsables de la campaña para la Ley Integral de personas trans en Uruguay. O Morena Ferreira,  activista y la primera modelo trans uruguaya. Para crear los personajes me basé mucho en las vidas adolescentes de ellas, en todo lo que me relataron.

¿Qué fue lo más difícil en el proceso de crear a esos personajes?

–Teen Trans cambió mucho desde la idea original.  Al principio pensé que era un proyecto sencillo hasta que me cuestioné cómo iba a hablar yo por personas trans, desde qué lugar. Entonces comencé a dialogar con Susy Shock, con Delfina Martínez, con Rodrigo Falcón, varón trans y presidente del colectivo Transboys Uruguay. Lo primero que las compañeras trans y travestis me hicieron entender fue que yo no podía hablar por ellas porque ellas pueden hablar. El desafío fue que los personajes de Teen Trans tengan justamente voz propia, intentando abarcar un universo bastante amplio de identidades.

Teen Trans se editó en Uruguay mientras se votaba la aprobación de la Ley Integral para personas trans, finalmente sancionada. ¿Hubo una ola conservadora ante esto como sucede en otras partes de Latinoamérica?

–En Uruguay en este momento hay una corriente política pro vida que está juntando firmas para derogar la Ley Integral para personas trans que recientemente conseguimos. La diferencia de Uruguay con otros países respecto a la ola conservadora es que en mi país los evangelistas no tienen el mismo peso porque Uruguay es un país laico. En la educación no mete las narices la iglesia desde los años 50. Es un orgullo eso para lxs uruguayxs. Pero al mismo tiempo durante la campaña para la aprobación de la Ley Integral para personas trans hubo una avalancha conservadora preocupante que se oponía. Una de las principales opositoras de esta ley, Verónica Alonso, se postula ahora como pre candidata presidencial para el 2020. La contra corriente existe y quiere ir por todo. El villano de Teen Trans está muy inspirado en estos políticos conservadores que quieren tirar para atrás los derechos conseguidos por la comunidad.

Antes de llegar a Argentina, Teen Trans salió como revista en Uruguay. ¿Cómo impactó Teen Trans en tu país y de qué manera se distribuyó allá?

–La población Trans en Uruguay, según un censo, supera las 1000 personas. Es concreta y muy chiquita en comparación a lo que es Brasil o Argentina. Teen Trans fue un proyecto que se presentó dentro de la segunda Semana de Arte Trans, organizada por la Intendencia de Montevideo y la Secretaria de Diversidad, y luego se distribuyó en Uruguay de manera gratuita. Eso hizo que llegue a la mano de muchxs chicxs, sumado a que el manga estuvo tan en contacto con otros colectivos que el alcance de la publicación fue inmenso. Varixs niñxs trans me escribieron para decirme lo genial que era para ellxs verse dentro de Teen Trans. Incluso un niño trans de 6 años empezó a crear sus propios superhéroes trans a partir de conocer este manga.

¿Cómo fue el camino para que Teen Trans se edite como libro en Argentina?

–Se editó gracias a Susy Shock, y a Carla Morales, activista y bailarina argentina. Las dos le presentaron el proyecto a la editorial Muchas nueces. Por eso cuando me preguntás, qué vínculo hay entre Susy Shock y Teen Trans, yo diría que todo. Es realmente la capitana como lo muestra el cómic. Es ese personaje de ficción. O no tanto. Teen Trans es como un universo paralelo. Es generar el universo cuántico para construir un lugar seguro. Por eso las trans y travestis se van a este universo cuántico para proteger a lxs chicxs, es ese el mensaje que doy con este manga. Y es lo que hacen ellas en la vida real, solo que en Teen Trans se muestra de manera más poética. Susy te guía, te acompaña, e incluso te deja equivocarte. Eso es algo muy importante. Es tan maestra en eso, en permitirte que te mandes cagadas y después preguntarte “¿te parece?”. No todo el mundo tiene la capacidad de darte eso.

El primer número de Teen Trans generó mucha repercusión y lectorxs adolescentes fanáticos. ¿Cómo van a ser los próximos números?

–En los próximos números hay nuevxs referentes. De hecho ya hay pedidos de referentes que quieren estar. Fue muy lindo recibir ese entusiasmo de la comunidad. El “¡Yo quiero estar!”. Y, por otro lado, la historia se vuelve más de aventuras ahora que los personajes ya están presentados. Lo cierto también es que el contexto político actual, que va cambiando día a día, para mal, repercute en lo que voy pensando para el cómic. Lo que pasó en Brasil estos últimos días me hace repensar el guion. Esxs villanxs que pensé  hace meses hoy están tal cual en la vida real. No quiero que Teen Trans sea un panfleto, eso es algo primordial para mí, pero sí se trata de representar lo que le pasa al colectivo trans/travesti en las sociedades que hemos generado.

¿Por qué pensás que generó tanto fanatismo en adultxs?

–Yo creo que es porque lxs adultxs conectan enseguida con esx niñx que no tuvo eso. Teen Trans es una segunda oportunidad, volver a encontrarte en ese lugar pero con algo que nunca tuviste. Una travesti comandando una nave luchando por un mundo donde no me griten “puto” o “torta” como si fuera un insulto. Es estar protegidxs por unx adultx, que no solo nos cuida, también nos apoya en la búsqueda de nuestra identidad. Es eso que nos faltaba, y que hubiera hecho de nuestra vida otra historia. Es una experiencia sanadora.