El vicejefe de Gabinete Mario Quintana redobló la campaña del Gobierno para condicionar las paritarias con un techo del 20 por ciento anual y sostuvo que debe tomarse como referencia una inflación del 17 por ciento para 2017. Aún si se cumpliera la meta inflacioanria oficial –algo en lo que no confían ni los sectores aliados del macrismo- los trabajadores estarán lejos de recuperar la pérdida promedio de entre 6 y 10 puntos de poder adquisitivo sufrida en 2016.

“No vamos a intervenir en la paritaria del sector privado, lo que queremos es que la negociación paritaria 2017 tome como referencia la inflación de este año. Nosotros tenemos una pauta inflacionaria de 17 por ciento”, sostuvo hoy Quintana en una entrevista al diario Clarín.

Esa pauta inflacionaria es la que el Ejecutivo introdujo en su proyecto de Presupuesto 2017, pero ni el Fondo Monetario Internacional ni los gurúes de la City porteña creen en esa meta. Según el FMI, la inflación estará por encima del 20 por ciento, mientras que para el Relevamiento de Expectativas de Mercado que hace el Banco central los precios subirán el 21 por ciento interanual.

Ya la meta de 2016 estuvo lejos de cumplirse: el Gobierno apuntaba a un 25 por ciento de inflación y el cierre del año marcó un 41 por ciento interanual según la Ciudad de Buenos Aires, en lo que fue la cifra más alta de inflación en 25 años.

Con esos números, los salarios perdieron entre el 6 y el 10 por ciento del poder adquisitivo durante el año pasado. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), hubiera sido necesaria una compensación de entre 9000 y 14.900 pesos a fin de año para que los trabajadores de sectores de alta ocupación mantuvieran su poder de compra. El Gobierno apenas firmó un acuerdo no vinculante para un bono en torno a los 2000 pesos que brilló por su ausencia en la mayoría de los gremios.

Ahora la apuesta del macrismo es que las paritarias estén por debajo del 20 por ciento. El primer arreglo en ese sentido lo logró la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, quien acordó a fin de año una suba del 18 por ciento anual con algunos gremios de los trabajadores estatales, excluidos los docentes. El aumento será dividido en cuatro cuotas de 4,5 por ciento a distribuirse a lo largo del año, con una cláusula gatillo que otorga un pago adicional en caso de que la inflación del período supere esas subas.

Quintana también le apuntó a los trabajadores estatales y presionó para que los gobernadores e intendentes sigan la línea del Gobierno nacional y despidan a parte de su planta. “Es importante que todos tomemos conciencia de que no es sostenible que siga creciendo el empleo público. Cuando digo ‘todos” me refiero a gobernadores e intendentes”, dijo el funcionario.