La fiscalía de México investiga varias hipótesis sobre las causas de la explosión de un ducto de combustible que fue saqueado por pobladores en el centro del país, que dejó 90 muertos, y no se descarta una eventual negligencia por parte de autoridades.

La fiscalía general busca determinar si la perforación y explosión del ducto fue obra de una organización criminal o si corresponde a personas que actuaron de manera individual, dijeron sus funcionarios ayer en una conferencia de prensa. El fiscal Alejandro Gertz indicó que la hipótesis de una posible negligencia de las autoridades responsables del ducto “es un tema fundamental”.

El pasado viernes en la tarde, un grupo de pobladores del municipio de Tlahuelilpan, en el céntrico estado de Hidalgo, reventó un ducto de hidrocarburo y empezó a sustraer, de una forma muy rudimentaria, la gasolina. Tras unas dos horas, y pese a la presencia del Ejército, que poco pudo hacer para controlar la tunda de centenares de personas que se acercaron a recoger gasolina, se registró una fuerte explosión.

El nuevo fiscal general, Alejandro Gertz, aseguró ayer que, con total independencia, se está integrando ya una nutrida carpeta de investigación sobre el caso. Además, se citará a declarar a todas las autoridades que intervinieron en la zona antes y después de la tragedia, a fin de elaborar una cronología del suceso que permita esclarecer las causas del mismo, una de las peores catástrofes por explosión que recuerda México.

En días anteriores, el secretario federal de Salud, Jorge Alcocer resaltó que cabía la posibilidad de que la acumulación de gases de alto octanaje y una chispa por fricción de ropa sintética ocasionaran esta tragedia.

Ayer, no obstante, reiteró que no hay nada en claro: “No vamos a adelantar hipótesis hasta que no tengamos la manera de poderla ratificar. Y vamos a analizar con toda precisión” el suceso.

En tanto, la conferencia matutina del mandatario de México se centró, una día más, en el combate al robo de combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).De acuerdo con cifras oficiales, en 2018 se detectaron 12.581 tomas clandestinas. Hidalgo fue el estado con más reportes, con 1.726. Para evitar este ilícito, que genera pérdidas multimillonarias para la compañía, se reforzó la seguridad en los oleoductos, que han padecido numerosos sabotajes. Y aunque se ha amplió el transporte mediante pipas (camiones cisterna), se produjo una situación de desabastecimiento en al menos diez estados del país, entre estos la capital.

El gobierno federal firmó el domingo la compra de 571 pipas para la distribución de combustible con lo cual se prevé incrementar en 200 mil barriles más para resolver el problema de abasto ante la presencia de tomas clandestinas en ductos de Pemex, indicó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador.  

En conferencia de prensa en Palacio Nacional, el mandatario detalló que la compra de los auto-tanques representa una inversión de 85 millones 393 mil 97 dólares. Subrayó que aún faltan comprar 136 pipas para que en total sean 707 las unidades, y llegar a dicha meta de distribución en marzo. 

“Si vemos el problema en lo estructural, en el fondo, encontramos que no se tienen ductos suficientes, no creció el número de ductos, son los mismos de más de 30 años con miles de tomas clandestinas, ductos parchados, y con muy poca posibilidad de distribuir combustible. Por eso se decidió ampliar la capacidad para distribuir con pipas. Antes de la tragedia de Hidalgo, se resolvió comprar carros-tanques para aumentar el volumen de combustible transportado” indicó el líder izquierdista.

En el país se consumen cada día el equivalente a 800 mil barriles de combustible, explicó. Con las pipas se busca aumentar 200 mil barriles más la distribución, ya que “constantemente hay que estar parando ductos por tomas clandestinas”. 

Recordó que para adquirir las unidades, una “misión” acudió a Estados Unidos conformada por los titulares de Secretaría de Relaciones Exteriores, Economía, Función Pública y con participación de funcionarios de la Defensa Nacional, entre otras dependencias, ya que “es un asunto de seguridad nacional”. “Esto nos va a significar, disponer a finales de marzo, de unidades para distribuir 116 mil barriles adicionales, pero si hacemos dos viajes, por ejemplo, Tuxpan- Ciudad de México, tendríamos una distribución de 200 mil barriles más”, agregó López Obrador. 

Adelantó que hoy dará a conocer el plan general de bienestar, y acudirá a dos comunidades del estado de México, entre ellas, Acambay, donde hace poco más de una semana se difundieron videos de personas acudiendo con bidones para recolectar gasolina de una fuga.

Para acabar con el llamado huachicoleo (robo de combustible), López Obrador ha anunciado ayudas económicas a comunidades cercanas a los ductos. Un programa que hoy y el jueves presentará recorriendo varios pueblos donde el robo de combustible supone un importante sustento para muchas familias.  

Por otra parte, un total de 51 personas siguen hospitalizadas en México, algunas de ellas en estado muy crítico, tras la tragedia que ya suma 90 muertos.