“Creemos que no es sencillo, pero la esperanza todavía está”, consideró ayer Martín Molteni, amigo de Emiliano Sala, durante la segunda jornada de búsqueda privada del delantero que desapareció hace una semana mientras realizaba un vuelo de Francia a Gales para sumarse a su nuevo club, Cardiff City, que lo había comprado por 17 millones de euros a Nantes. Mientras tanto, se conoció que a partir del próximo domingo comenzarán los esfuerzos submarinos para encontrar la avioneta que llevaba al futbolista y al piloto, Dave Ibbotson. Tras el abandono de los rastrillajes por parte de las autoridades locales, familiares y amigos de Sala recaudaron 300 mil euros a través de una plataforma de crowfunding (GoFundMe) para encarar de forma privada la nueva búsqueda, que se inició el domingo. El padre del delantero, Horacio, y su hermano Darío coordinan la exploración desde la provincia de Santa Fe, localidad natal de Sala; mientras que su hermana Romina y su madre Mercedes lo hacen desde la isla inglesa de Guernsey, a donde arribaron ayer.

Por último, fue digno de mención el gesto de los hinchas de Guingamp, quienes durante el noveno minuto del encuentro de la última fecha de la liga francesa con Reims (derrota 0-1) empezaron a corear el nombre de Sala, aunque el delantero nunca vistió esa camiseta.