El presidente del PJ nacional, José Luis Gioja, puso el grito en el cielo por las reformas en el proceso electoral en las que avanza sigilosamente el gobierno de Mauricio Macri y le reclamó al ministro del Interior Rogelio Frigerio que convoque al Consejo de Seguimiento de Procesos Electorales “para poner luz sobre los cambios”. “Tenemos algunas sospechas, pensamos que el gobierno está armando un sistema fraudulento para garantizarse un triunfo electoral utilizando la tecnología, porque en las urnas van a perder contra el Peronismo unificado”, señaló el diputado, que se enteró por la prensa del rol central en la transmisión digital de datos desde las escuelas que asumirá la empresa Smartmatic, firma que también podría quedarse con una licitación para hacer el recuento provisorio de votos.

A principios de enero el Correo Argentino abrió una licitación para el recuento provisorio la noche de la elección presidencial, tema sensible tras la experiencia de 2017, cuando la carga selectiva de datos le permitió a Cambiemos mostrarse triunfante en el prime time de TV. De esa tarea, pese a los reclamos de la Justicia Electoral para asumirla, se ocupó siempre la firma española Indra. “No entiendo por qué lo tiene que hacer una empresa privada. No es un trabajo difícil, el Estado fácilmente puede contratar data entry que carguen los datos”, explica Beatriz Busaniche, titular de la Fundación Vía Libre, ante la consulta de PáginaI12.

El Correo contrató además a Smartmatic para que desarrolle un software con el supuesto objetivo de agilizar la transmisión de datos desde los colegios donde se vota y firmó un convenio con el Ministerio de Educación para usar 15 mil netbooks del programa EducAr. “Es una forma de eliminar los traslados en camionetas y el tradicional ‘bolsín’ donde viajan las actas tras el cierre de urnas”, informó La Nación. “El bolsín no hay que tocarlo, hay que cuidarlo como oro porque es el único recurso para controlar la elección. Bajo ninguna circunstancia hay que despapelizar el proceso ni digitalizarlo porque el papel es el único resguardo”, advierte Busaniche, quien destaca los riesgos de incorporar tecnologías al proceso. “Este año se eligen parlamentarios europeos, hay preocupación por posibles ataques de hackers y uno de los puntos críticos pasa por los lugares donde se despapelizó la elección, como Bélgica, donde hay voto electrónico”, apunta.

Los antecedentes de Smartmatric, que competiría con Indra en la licitación para el recuento, tampoco son garantía de confianza. “Tuvieron problemas prácticamente en todas las elecciones donde estuvieron”, destaca la especialista sobre la firma de origen venezolano (con domicilio legal original en el paraíso fiscal de Delaware) que desde 2004 desarrolló los sistemas de voto electrónico en ese país. “El periodista Javier Smaldone desmenuzó los problemas que tuvieron en distintos países. En Filipinas fueron denunciados por intervenir el sistema de votación en las presidenciales de 2016 y uno de sus ejecutivos llegó a estar prófugo, con alerta de Interpol, por denuncias de manipulación. En Lombardía, el año pasado, tuvieron problemas enormes”, recuerda.