Roma fue la gran ganadora de la 72° edición de los Bafta al quedarse con cuatro premios durante la ceremonia realizada anoche en el teatro Royal Opera House de Londres: Mejor Película, Película en Idioma Extranjero, Dirección y Fotografía. De esta manera, la producción de Netflix, que aspiraba a un total de siete estatuillas, sacó unos cuantos cuerpos de ventaja rumbo a los Oscar que se entregarán el domingo 24 de febrero, ya que las ternas conformadas por los votos de los miembros de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión eran prácticamente iguales a las de sus colegas de Hollywood. Sin ir más lejos, en el apartado principal se impuso a cuatro títulos con los que volverá a enfrentarse dentro de dos semanas: Green Book: una amistad sin fronteras, de Peter Farrelly; El infiltrado del KKKlan, de Spike Lee; Nace una estrella, de Bradley Cooper, y La favorita, del griego Yorgos Lanthimos. Esta última triunfó en siete rubros –tenía doce nominaciones– y le queda el consuelo de haber acumulado la mayor cantidad de premios durante la velada. 

“Ver cómo una película sobre una empleada doméstica indígena es recibida en una era en la que el miedo y la rabia se han propuesto dividirnos es toda una alegría para mí”, dijo Alfonso Cuarón con la estatuilla más importante en la mano. Luego agradeció al gigante del streaming “por la fe y la valentía de respaldar una película en blanco y negro sobre una empleada doméstica, subtitulada del español, y mostrarla a audiencias de todo el mundo”. El drama de tintes autobiográficos que muestra la relación de una familia mexicana de clase media-alta con su mucama a comienzos de los convulsionados años ‘70, ha venido cosechando reconocimientos y críticas laudatorias desde su estreno mundial en el último Festival de Venecia, de donde se llevó el León de Oro. Eso se tradujo en una muy buena cosecha de premios durante una temporada de alfombras rojas en la que supo imponerse una y otra vez a La favorita. 

Da toda la sensación de que entre las dos dirimirán los rubros más importantes del Oscar, ya que ambas parten con un total de diez nominaciones. Este pronóstico se condice con una noche en la que el protagonismo estuvo dividido. Es que si bien Roma se quedó con los premios principales, La favorita fue, valga la redundancia, la favorita entre las producciones británicas. El último trabajo de Lanthimos, una comedia negra palaciega ambientada en el siglo XVIII que narra la progresiva decadencia de la reina Ana, la última soberana de la dinastía de los Estuardo, se llevó los Bafta a Mejor película británica, Diseño de producción, Actriz de reparto para Rachel Weisz, Actriz principal para Olivia Colman, Guion original, Diseño de vestuario y Maquillaje y peluquería. 

El resto de los títulos más nominados (Bohemian Rhapsody  y Nace una estrella, con siete;  El vicepresidente: más allá del poder, con seis; El infiltrado del KKKlan, con cinco; y Green Book, con cuatro) tuvieron performances dispares. Rami Malek triunfó como Mejor Actor por su mimética interpretación de Freddie Mercury y le puso una dosis de suspenso a esta categoría en los Oscar, ya que logró imponerse a Christian Bale, cuyo trabajo en El vicepresidente le había valido, entre otros, el Critic’s Choice. Fue uno de los dos premios para la biopic de Queen, que también se quedó con el de Mejor Sonido. Por otro lado, Nace una estrella volvió a irse de una ceremonia con las manos casi vacías, ya que apenas fue elegida en el apartado Mejor Música Original. Mahershala Ali hizo lo mismo que viene haciendo desde los Globos de Oro: llevarse el premio a Mejor Actor de reparto por Green Book. La actriz Letitia Wright fue elegida como Revelación gracias a su trabajo en Pantera Negra, título que se impuso en Efectos visuales. Por otro lado, El infiltrado del KKKlan, el gran regreso a los primeros planos de Spike Lee, se alzó con la estatuilla a Guión Adaptado, al tiempo que Spider-Man: un nuevo universo triunfó como Película de animación.