Las mujeres en Japón se están rebelando contra una tradición de larga data que las obliga a darles chocolate a sus colegas masculinos en el Día de San Valentín. El ritual, que se llama giri choco, comenzó en la década de 1950 y se traduce como “chocolates de obligación”. Se espera que las mujeres compren chocolates para sus compañeros de trabajo varones, y se supone que los hombres devuelven el favor el 14 de marzo, en el Día Blanco, un evento ideado por chocolateros a principios de la década de 1980 para impulsar las ventas.

Sin embargo, un número creciente de mujeres rechaza la tradición del Día de San Valentín, y opta, en cambio, por comprarse regalos para ellas mismas en lugar de gastar miles de yenes en chocolates para sus colegas. Algunas empresas ahora están prohibiendo la tradición, que es vista por muchos en el país como una forma de abuso de poder y hostigamiento.

Una encuesta realizada a mujeres en Japón encontró que más del 60 por ciento comprará chocolates para ellas en el Día de San Valentín de este año, mientras que solo el 35 por ciento de las mujeres dijeron que planeaban ofrecer chocolate a sus colegas masculinos. Más del 56 por ciento dijo que daría chocolates a los miembros de la familia, mientras que el 36 por ciento haría el mismo gesto hacia los compañeros o alguien que les gusta.

La firma chocolatera belga Godiva publicó un anuncio a toda página en un periódico japonés antes del Día de San Valentín el año pasado, instando a las empresas a decirles a las mujeres que no repartieran chocolates a los hombres en el trabajo si se sienten presionadas a hacerlo. Dijo: “Se supone que el día de San Valentín es un día en el que le cuentas a alguien tus sentimientos puros. No es un día en el que se supone que debes hacer algo adicional por el bien de las relaciones en el trabajo”.

“Así que, hombres, especialmente si son la persona más importante en su empresa, díganle a las mujeres en tu oficina ‘no se obliguen’ a darle a nadie giri choco”.

Japón ha estado recientemente en el ojo público por no reconocer la igualdad de género a raíz del movimiento global #MeToo contra el acoso y la agresión sexual. El país del este asiático se ubica entre los últimos de los países del G7 en cuanto a la representación femenina en la política y los negocios.

Numerosas universidades médicas en Japón admitieron el año pasado que se habían entrometido con los puntajes de los exámenes de ingreso para, deliberadamente, poner en desventaja a las aspirantes.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.