“Buenos Aires es una de mis ciudades favoritas. Me corrijo: es mi lugar favorito en el mundo”, desborda en elocuencia, al otro lado del teléfono, Robert DeLeo, bajista, y, junto a su hermano, el guitarrista Dean, capitán de Stone Temple Pilots, luego de la salida (y posterior muerte) del vocalista histórico del grupo estadounidense, Scott Weiland. A casi ocho años de su último recital en tierra porteña, esta leyenda resistente a toda prueba del grunge (sobrevivió nada menos que a la muerte de sus dos cantantes) se reencontrará con sus fans locales esta noche, a partir de las 19 hs, en el Teatro Ópera (Av. Corrientes 860). Aunque lo hará con varios atractivos: nuevo vocalista, Jeff Gutt, y flamante disco de estudio, al igual que con un compañero de aventuras muy especial: la agrupación Bush, bastión británico del género parido en Seattle, con la que comparte la gira Revolution Tour. “Con ellos giramos en el verano estadounidense, y pegamos muy buena onda, lo que a veces es difícil en una circunstancia como ésta”, explica el músico. “Eso fue lo que nos inspiró a extenderla por más tiempo”.   

–Seguramente cada show de esta gira debe ser un acto de celebración para ustedes, luego de todo lo que padecieron… 

–Definitivamente. Pese a todo, he vivido un viaje interesante. Aprecio mi pasado. Cuando me siento y pienso en ello, es un poco alucinante. Pero miro el presente, y las cosas están muy bien. Estamos muy ocupados y con muchos planes. Estoy agradecido de tener la oportunidad de, en un futuro inmediato, como el de Buenos Aires, salir y tocar canciones que compusimos hace tres décadas. Eso nos divierte, y las cosas toman nuevos significados con el paso del tiempo. 

–El año pasado apareció su primer álbum de estudio en ocho años. Aunque en el medio apareció el EP High Rise (2013), que fue el único registró que dejó el sustituto de Weiland, Chester Bennington, con el grupo. ¿Cómo fue la vuelta al estudio? 

–Siempre estamos trabajando. Cuando Chester (más conocido por haber sido el frontman de Linkin Park, pese a participar en otros proyectos musicales) formaba parte de la banda, tuvimos la idea de comenzar a trabajar en un disco de larga duración. Pero él realmente no tenía tiempo. Sin embargo, su breve paso por el grupo fue enriquecedor y positivo. Era lo que necesitábamos en ese entonces. Lo recuerdo como una persona sonriente y optimista. Por eso surgieron muchas ideas que pensamos en convertirlas en canciones. Si sacamos este disco es porque sentimos que aún tenemos algo para dar. De lo contrario, me estaría dedicando a otra cosa. Buena parte del repertorio fue escrito una vez que Jeff entró en escena con su energía. Vimos lo que podía hacer como letrista y como cantante, y eso fue motivador. 

–Jeff parece que se adaptó no sólo muy bien, sino también rápido. Aunque debe pesarle el legado de los dos cantantes que lo precedieron, ¿no?  

–No es fácil estar en esa posición e intentar mantener el legado de alguien que dejó una marca indeleble en la música y en nuestros discos. Además de que tenés que seguir adelante para crear lo tuyo. Él tiene una gran disposición para hacerlo, y si estamos acá en parte tiene que ver con su deseo de avanzar. Es admirable. 

–¿Cómo respondieron sus fans ante el prejuicio de que su nuevo cantante participó en dos temporadas del reality Factor X?

–Bastante bien. Jeff entró sin pretender ser otra cosa que mostrarse tal como es. Eso fue lo primero que nos cautivó a nosotros y supongo que también al público que nos sigue. Durante la audición, hubo algunas personas que vinieron y que mostraron un gran talento, pero el elegido debía tener muy en claro que su tarea iba a ser ardua. Cuando pensamos en un nuevo cantante, lo más importante era entender que sería parte de nuestra familia y que debía tener experiencia en los escenarios y las giras. Además, tenía que ser tan genial como Scott. Las canciones que hemos escrito, al igual que las nuevas, exigen alguien que pueda cantar. Así que él era quien estaba mejor preparado para esto. 

–¿Qué le pasa por la cabeza cuando recuerda que por la banda estuvieron dos cantantes que, amén de excepcionales, ya no están entre nosotros? 

–Scott y yo teníamos muchos intereses en común. Una de las mejores cosas que recuerdo haber hecho con él no fue ni siquiera musical. Compartimos el amor por la pesca, y eso lo llevamos adelante durante un montón de tiempo. Y hasta te puedo decir que ese periodo fue terapéutico para ambos. Siempre recuerdo eso con mucho cariño. Como vocalista, no creo que haya nada más agradable que escribir canciones con alguien y compartir esas emociones, porque realmente no lo compartes con mucha gente en tu vida. Pero el hecho de que se conectaran con la gente era bastante sorprendente. Mientras que Chester vivía en la misma comunidad que yo, y lo veía en la escuela y en los juegos de béisbol. Así que era más una cosa social fuera de la banda. El solo hecho de que ya no esté acá es un poco surrealista. Siempre fue positivo y sonriente. Eso es lo que más rescato de ambos.  

–El año próximo se cumplen tres décadas de la fundación de Stone Temple Pilots. ¿Es consciente de eso?

–No se me olvida. Imaginate que esta banda representa gran parte de mi vida. Probablemente hay algunas cosas que sucedieron que no hubiera pensado que ocurrirían, pero pasaron. Ha sido un recorrido interesante en el que hubo muchos desafíos. Una de las cosas que vi luego de terminar el nuevo disco es nuestra gran capacidad de recuperación. No creo que haya ninguna cosa en la vida como estar en un grupo. No hay nada que se compare a eso porque es una especie de carnaval. Sin embargo, y esto lo digo a nivel personal, lo mejor de esta aventura ha sido mantener mi aspecto más nivelado, y, especialmente, poder ganarme la vida con algo que disfruto. 

–Podría decirse entonces que ha tenido una vida de película… 

–Sí, eso creo. Sería una historia interesante para contar, sobre todo cuando te das cuenta de que hay dos personas que tenían mucho interés en la banda, y que ya no están. Y a veces eso es difícil de comprender.