La Tabula Peutingeriana es un mapa que data del siglo IV y muestra la red de rutas del Imperio Romano. Allí se cuentan más de 400 caminos con una extensión total de 85 mil kilómetros que conectaban la capital con las provincias más alejadas. Desde Africa Oriental hasta el este europeo, desde la Península Ibérica hasta la zona del Cáucaso, desde Inglaterra hasta el Golfo Pérsico, todos los caminos, indefectiblemente, conducían a Roma. Diecisiete siglos después, otro mapa vuelve a señalarla como destino. Es el que trazan los resultados de las premiaciones realizadas durante enero y febrero, una temporada que tendrá su última y más importante parada este domingo con la 91ª entrega de los premios Oscar. ¿Podrá Roma llevarse la estatuilla principal? ¿Se convertirá en la primera en hacer doblete imponiéndose como Mejor Película y Mejor Película en Idioma Extranjero? ¿La favorita, que emparda a Roma con 10 nominaciones, hará honores a su nombre arrebatándole la preferencia de la Academia, o acaso la Pantera negra  rugirá en el Dolby Theatre?

El emperador azteca

Ocurra lo que ocurra, Alfonso Cuarón ya puede ufanarse de haber roto unos cuantos récords. El mexicano estuvo a cargo, entre otras cosas, de la dirección, el guión y la fotografía de Roma, tres tareas por las que está nominado. Hasta ahora la Academia nunca había ternado a un realizador que haya trabajado como su propio Director de Fotografía. Si a eso se suma que como uno de los productores le corresponde el crédito de una potencial victoria en Mejor Película y Película en Idioma Extranjero, el responsable de Gravedad podría empezar el lunes con ¡cinco! Oscar en su vitrina: Cuarón es, entonces, el cineasta que ha logrado acumular más nominaciones con una misma película. Hay que retroceder hasta 1954 para encontrar otra persona que haya sumado una cantidad mayor en un mismo año. Fueron seis nominaciones, aunque por seis producciones distintas. Esa persona era un tal Walt Disney.

La carrera de Roma fue de menos a más. Nadie apostaba demasiado por una película filmada en blanco y negro, dueña de un relato reposado, hablada en español y mixteco, y protagonizada por un elenco íntegramente mexicano. Más aún cuando detrás no había un estudio tradicional sino Netflix, al que hasta ahora la industria miraba con desconfianza. Pero cuando empezaron a develarse las ternas de las distintas entidades, los pronósticos se resquebrajaron. Así, Roma se convirtió en el sexto título que ingresa al selecto grupo de films no hablados en inglés que además participan de la competencia principal. Lo distintivo del caso es que, a diferencia de sus antecesoras (la última fue Amour, del austríaco Michael Haneke), ésta sí tiene chances del doblete, dado que llega a la gran noche dorada con un recorrido con más éxitos que sinsabores. Entre sus logros se destacan los Globo de Oro a Película en Idioma Extranjero y Dirección, mismos reconocimientos que se llevó del Bafta y del Critic’s Choice, donde también sumó los de Mejor Película y Fotografía. De allí que 21 de los 28 analistas consultados por el portal goldderby.com se inclinen por ella. Lo mismo ocurre en el sitio de apuestas Bwin: aquí, igual que en el hipódromo, jugarle a la fija paga muy poco, más precisamente 1,33 dólares por cada uno apostado. 

Pero ojo, porque estos pronósticos –como los del equipo económico de Mauricio Macri sobre la inflación– pueden fallar. Pregúntenle sino a los responsables de Tres anuncios por un crimen, que el año pasado llegaban con un leve favoritismo sobre La forma del agua gracias a sus triunfos británicos, y sin embargo se quedaron sentaditos en platea aplaudiendo a Guillermo del Toro. Si bien la ganadora del rubro más importante del Bafta repitió en el Oscar entre 2009 y 2014, desde 2015 los electores vienen recorriendo caminos separados, con Boyhood, El renacido, La La land y Tres anuncios... triunfando en tierras británicas y Birdman, En primera plana, Luz de Luna y La forma... haciéndolo de este lado del Atlántico. Más allá del quinquenio de coincidencias, la historia muestra que en los 71 años del galardón inglés sólo 26 veces hubo repetición de nombres en ambas contiendas.

La resistencia

Y si no es Roma, ¿cuál? Es la primera vez en mucho tiempo que una película con 10 nominaciones no parte como contendiente de peso. Esto porque La favorita, del griego Yorgos Lanthimos, ha sido crónicamente derrotada a lo largo de la temporada. Apenas un Bafta como Mejor Película Británica y el Critic’s Choice a Mejor Elenco muestran que de favorita, poco y nada. Como cucos de Roma asoman dos títulos. El primero es la sorprendente Pantera Negra, que tiene siete nominaciones (varias de ellas en los rubros técnicos, tal como ocurrió en los Globos de Oro) y es la primera película de superhéroes en acceder a la categoría más importante. Un reconocimiento a la superproducción de Marvel sería el gesto más depurado de los académicos para cautivar a los espectadores más jóvenes, además de la aceptación del rol fundamental que cumplen estos títulos en la taquilla contemporánea (ocho de los once films más vistos de 2018 fueron de superhéroes).

Por si fuera poco, el film protagonizado íntegramente por un elenco afroamericano –congraciarse una vez más con la comunidad negra es otro poroto a favor– pegó el batacazo de la temporada al quedarse con el SAG a Mejor Elenco otorgado por el Sindicato de Actores de Estados Unidos, una de las entidades que más votantes aporta a la Academia. Históricamente considerado un pronosticador fiel del Oscar, el SAG de este año fue particular porque Roma no estuvo entre las ternadas. La razón es muy sencilla: al tratarse de una producción mexicana, ninguno de sus intérpretes pertenece a ese sindicato, algo exigido por el reglamento para aspirar a una nominación. Lo mismo le pasó en los Globos de Oro, donde tuvo que conformarse con triunfar en Mejor Película en Idioma Extranjero.

Fue justamente en los Globos de Oro donde empezó la primavera de Green Book, el otro cuco de Roma. La primera incursión en el cine “de prestigio” del realizador Peter Farrelly –codirector junto a su hermano Bobby de Tonto y retonto, Loco por Mary e Irene, yo y mi otro yo– se fue de aquella velada con tres estatuillas bajo el brazo, entre ellas las de Mejor Película - Comedia o Musical y Mejor Guión. Un par de semanas después ganó el PGA, otorgado por el poderoso Sindicato de Productores, entidad que en 20 de los últimos 29 años “predijo” el rubro principal del Oscar. Todo iba de maravillas, hasta que alguien fue al archivo y encontró, primero, un tuit de 2015 en el que uno de sus guionistas, Nick Vallelonga, decía que los musulmanes estaban celebrando cerca de Nueva York después del 11-S. Y segundo, una entrevista a Farrelly en la revista Newsweek de 1998 en la que se vanagloriaba de haberle mostrado sus genitales a Cameron Díaz durante el rodaje de Loco por Mary. La combinación de ambos factores se tradujo en “apenas” cinco nominaciones, además de la eyección de Farrelly de una casi segura nominación a Mejor Director. Así y todo, suma un par de votos de los especialistas de Goldderby y marcha segunda entre las preferencias de Bwin, pagando 4,50.

El rubro Mejor Película se completa con Nace una estrella, Bohemian Rhapsody, El infiltrado en el KKKlan y El vicepresidente: más allá del poder. El drama romántico-musical dirigido por Bradley Cooper viene siendo, junto con La favorita, una de las grandes derrotadas de la temporada, sumando apenas un triunfo (eso sí, compartido) como Mejor Actriz para Lady Gaga en los Critic’s Choice y otros tantos en la categoría Mejor Canción y/o Banda Sonora, dos rubros en los que sí tiene chances el próximo domingo. En comparación, le fue mejor a Bohemian Rhapsody, que al menos se llevó el Globo de Oro a Mejor Película - Drama. Largamente manoseada durante su producción (hubo cambios de director, alejamiento de protagonistas, peleas entre los miembros de Queen y los guionistas, y un largo etcétera), y con el realizador Bryan Singer, a cargo de proyecto hasta que lo despidieron, envuelto en un escándalo a raíz de una denuncia por acoso sexual, debería darse por satisfecha con haber sumado cinco nominaciones. Por un milagro rezan El infiltrado en el KKKlan y El vicepresidente: más allá del poder, a las que ni siquiera salirle con los tapones de punta a la era Trump parece alcanzarles para evitar una derrota segura. 

¡Que viva México!

“Cuando los extranjeros vienen marchando”, tituló este diario la nota del anuncio de las nominaciones. Pocas frases más atinadas para definir una de las grandes particularidades de la gala del domingo. Como pocas veces en la historia, tres de los cinco hombres –¿y las mujeres?– del rubro Mejor Director nacieron fuera de los límites del país de Trump: el mexicano Cuarón, el griego Lanthimos y polaco Pawel Pawlikowski (Cold War), secundados por los “locales” Adam McKay (El vicepresidente) y Spike Lee (El infiltrado del KKKlan), en lo que es la sexta nominación para un afroamericano en Dirección. El dominio de realizadores foráneos ha sido una constante en lo que va del milenio, dado que 12 de los últimos 20 premiados no tienen pasaporte estadounidense. De esa docena, ocho triunfaron en la última década. Las banderitas son múltiples: una francesa (Michel Hazanavicius por El artista), dos inglesas (Danny Boyle por Slumdog Millionaire y Tom Hooper por la inexplicable El discurso del rey), y hasta una taiwanesa (Ang Lee por Una aventura extraordinaria). Pero la que más veces flameó fue la mexicana, en cuatro de los últimos cinco años. Y todo indica que lo hará por quinta vez cuando el domingo ya sea lunes.

El favoritismo de Cuarón es incuestionable y, salvo una catástrofe bíblica, sumará su segunda estatuilla como director luego de la obtenida por Gravedad, y las de sus compatriotas Guillermo del Toro (La forma del agua) y Alejandro González Iñárritu (Birdman y El renacido). Su dominio en la temporada fue avasallante, imponiéndose como Mejor Director en los Globos de Oro, Critic’s Choice (Roma fue la primera producción no hablada en inglés en quedarse con la categoría principal), Bafta y el DGA del Sindicato de Directores. De allí que tenga un consenso unánime tanto entre los expertos de Goldderby (25 de 28 votan por él) como entre los timberos digitales de Bwin (paga apenas 1,05). Ante este estado de situación, el espacio para la sorpresa es prácticamente nulo: a Lanthimos, Pawlikowski, McKay y Lee, entonces, solo les queda empezar a ensayar sus mejores sonrisas de derrotados.

Muy distinto es el panorama en Guión Original y Adaptado. A contramano del resto de los rubros relevantes, en el primero Roma no sólo no parte como favorita sino que no registró triunfos importantes. En una temporada dominada por la repartija, el resultado es una incógnita. En los Globos de Oro ganó Green Book, pero ya se dijo que los escandaletes torpedearon sus chances. De First Reformed, de Paul Schrader, se esperaba una mejor perfomance, pero consiguió su única nominación en esta categoría. Su obtención del Critic’s Choice a Mejor Guión Original abre las puertas para una potencial sorpresa. Más sorprendente aún sería que se repitiera lo ocurrido el último domingo en los WGA del Sindicato de Guionistas, cuando la estatuilla fue para la indie Eight Grade, película que en principio no figuraba como contendiente. Tampoco sería de extrañar que, con todos los números para ser la gran perdedora de la noche, los académicos sigan el camino de sus colegas del Bafta y se inclinen por La favorita, tal como vaticinan los analistas de Goldderby.

El suspenso se mantiene en Guión Adaptado, en la que El infiltrado de KKKlan podría sumar su única estatuilla, aunque para eso deberá vencer a otra película de temática afroamericana como If Beale Street Could Talk, de la que también se esperaba un mayor caudal de nominaciones y que marcha segunda en las preferencias de Goldderby. El último trabajo de Lee, quien había sido nominado sólo una vez por el guión de Haz lo correcto hace casi treinta años, tiene como antecedente más relevante su triunfo en el Bafta, al tiempo que If Beale... lo hizo en los Critic’s Choice. Pero ojo, porque los electores del WGA, lejos de aclarar la cuestión, sumaron aún más incertidumbre premiando a Can You Ever Forgive Me?, otra producción salida de la cantera indie y protagonizada por Melissa McCarthy (también nominada como Actriz). 

De esposas, cantantes y vicepresidentes

En las categorías interpretativas hay tres certezas y una incógnita. En el primer grupo está Mejor Actriz principal, en el que los favoritismos se dieron vuelta como una tortilla a medida que avanzó la temporada. Glenn Close fue nominada por su trabajo en La esposa, en lo que parecía ser una de esas candidaturas testimoniales a una gran actriz a la que, sin embargo, la Academia siempre le dio la espalda nominándola seis veces antes aunque sin premiarla. Pero cuando se impuso en el Globo de Oro ante Lady Gaga, que por entonces era una fija, empezó a vislumbrarse que quizá la séptima fuera la vencida. La protagonista de Atracción fatal enhebró un bimestre inolvidable, yendo de la sorpresa –imposible pensar como fingido su desconcierto en el escenario de los Globos– a la consolidación como la principal candidata gracias a su triunfos en el Critic’s Choice y el influyente SAG. Más allá de su derrota en los Bafta ante la local Olivia Colman (La favorita), otra que había arrancado fuerte pero fue desinflándose a medida que abrían sobres con un nombre que no era el suyo, Close encabeza con holgura las preferencias de los analistas de Goldderby y las apuestas en Bwin.

Las otras dos certezas son en Reparto. Mahershala Ali es uno de los actores del momento y buscará encadenar su segundo Oscar en tres años –ya lo ganó por Luz de Luna– gracias a su trabajo en Green Book, único premio casi abrochado que tiene la película de Farrelly. El afroamericano de nombre impronunciable tuvo una temporada perfecta, similar a la de Cuarón como director, y se llevó cuanta estatuilla le pusieran delante, desde la del Globo de Oro hasta la del Bafta, con paradas intermedias en los Critic’s Choice y el SAG. Algo parecido a Regina King por su papel en If Beale Street Could Talk. Al igual que su colega, llegará al Oscar con todas las apuestas marcando su casillero, aun cuando enfrente tenga a dos niñas mimadas de la Academia como Emma Stone (La favorita) y Amy Adams (El vicepresidente).

Más disputado asoma el mano a mano entre Rami Malek y Christian Bale en Actor Principal. Una paridad forjada al calor de aquellas premiaciones que diferencian entre Drama y Comedia, como el Critic’s Choice y el Globo de Oro, en las que cada uno triunfó en su respectiva categoría. En aquellos casos donde estuvieron frente a frente, el score muestra un dominio de Malek por sobre Bale, quien sin embargo tiene a su favor un vasta trayectoria en lo que a recorrer alfombras rojas se refiere. El ex Batman ya acumula un Oscar y otras tres nominaciones en nueve años, mientras que el otro es un debutante absoluto en las grandes ligas. Habrá que esperar un par de días para saber si se impone el voto emocional a Malek (lo único destacado de la biopic de Freddie Mercury) o si Bale, con su mimética y por momentos grotesca interpretación de Dick Cheney en El vicepresidente, le tira al principiante todo su currículum por la cabeza.