"Michael Jackson era una de las personas más amables y gentiles que hubiera conocido", dice Wade Robson en Leaving Neverland. "Y también abusó sexualmente de mí. Durante siete años".

La película de Dan Reed --en la que James Safechuck y Wade Robson detallan el abuso infantil que dicen haber experimentado a manos de Michael Jackson-- es tan humana y tan horrorosa que es difícil imaginar que el legado del Rey del Pop vuelva a ser el mismo. Claramente, sus herederos lo saben. En una carta abierta de diez páginas dirigida a HBO, sus abogados describen al documental como "desgraciado", "sensacionalista" y "parcial". "Los herederos nunca fueron contactados para ofrecer su punto de vista, su respuesta a las aseveraciones absolutamente falsas que presenta la película", se quejan allí. De todos modos, los intentos por bloquear el film fracasaron: aunque la semana pasada HBO informó que el estreno sería a fin de año, Leaving Neverland se verá en la emisora británica Channel 4 los días 6 y 7 de marzo.

Reed, quien realiza documentales desde hace más de veinte años sobre temas como el terrorismo, el cristianismo, el 11 de septiembre, las trabajadoras sexuales y los desastres naturales, está enojado por la carta. "Esto tiene que ver con niños que fueron abusados", dice. "¿Qué pueden tener para decir los herederos sobre lo que pasó en un hotel de París en 1988 entre Jackson y James? Nada. Ellos no estuvieron allí". En cuanto a las acusaciones de que su producción es "un patético intento de hacer dinero con Michael Jackson", el director señala: "Por supuesto que se trata de dinero. Se trata del dinero de los herederos. El año pasado ganaron 400 millones de dólares, y están cuidando su principal negocio. No estoy haciendo ninguna acusación, pero creo que la pregunta permanece: ¿cuánto sabía la familia? ¿Cuándo lo supieron? Es claro que muchas personas en el círculo de Jackson vieron cosas. Testificaron sobre eso. Le dieron evidencia a la corte. Pero el único ruido que escucho del campamento de Jackson tiene que ver con sus herederos lanzándole cosas a niños que fueron violados. Es algo vergonzoso". La familia está demandando a HBO por 100 millones de dólares.

Reed asegura que su aproximación fue "con todo el escepticismo y el rigor con el que me acercaría a una historia sobre un ataque terrorista". Se metió a fondo en los archivos de investigaciones criminales, entrevistó a detectives, leyó archivos y declaraciones, "muchas de las cuales corroboraron directamente las historias de Wade y James. No incluí ese material porque sentí que los relatos familiares tenían suficiente poder propio". En Leaving Neverland, Reed le da espacio sólo a Robson, Safechuck y sus familias. En el curso de tres horas y diez minutos, los deja contar su historia a su tiempo y con el detalle que quieran.

Wade Robson conoció a Jackson en 1987, cuando tenía 5 años. Estaba obsesionado con la estrella pop, y ganó una competencia de baile en un shopping de su Australia natal. El primer premio era conocer a Jackson, pero tenía tanto talento que terminó bailando en el escenario con él. Dos años después, gracias a algunas llamadas estratégicas de su madre Joy, Robson se reunió con el músico en el Neverland Ranch. Ahí, dice, comenzó el abuso, que recuerda con todo detalle.

Reed no tuvo reparos en incluir esos detalles. "Por un largo tiempo, Jackson se escondió a la vista de todos, diciendo que sus relaciones con niños eran inocentes, que solo eran mimos a la hora de irse a dormir, una inocente pijamada", dice. "Necesitábamos establecer en los términos más gráficos posibles que lo que Jackson estaba teniendo con niños pequeños era sexo. No un toqueteo levemente inapropiado, o un beso y unos mimos que llegaron demasiado lejos. Era sexo deliberado y regular. Por eso necesitábamos estas descripciones tan gráficas, para que la gente no tuviera dudas".

Safechuck tenía diez años cuando fue amparado por Jackson, tras aparecer junto a él en un aviso de Pepsi. A comienzos de su "amistad", el cantante le dio la chaqueta roja que usó en el video de "Thriller" y cientos de dólares. Luego lo invitó a unirse a su gira. "En París, Michael me introdujo a la masturbación, y así empezó. La gira fue el comienzo de una relación sexual de pareja", dice Safechuck. En la película abre una caja de madera y muestra a las cámaras un anillo de falso casamiento que ya no entra en su dedo adulto. "Cada noche había abusos, mientras mi madre estaba en la habitación de al lado", dice.

Las cuestionables conductas de las madres de Safechuck y Robson surgen a menudo en Leaving Neverland. Una y otra vez permitieron que sus hijos pasaran la noche con Jackson a solas. La segunda vez que se encontraron con el cantante, Joy Robson y su marido dejaron a su hijo durante cinco noches, mientras visitaban el Gran Cañón. Ambas madres son entrevistadas y admiten las devastadoras consecuencias de sus decisiones. "Tenía una sola tarea y la cagué", dice Stephanie Safechuck. Al mirar el documental es difícil no enfurecerse por el modo en que Jackson escapó repetidamente de la justicia antes de su muerte en 2009. En palabras de Ian Katz, director de programación de Channel 4, "comprando su salida del problema".

En 1993, un niño de 13 años llamado Jordan Chandler lo acusó de abuso sexual. El caso se cerró con un arreglo extrajudicial de 22 millones. "Te caeremos encima como una tonelada de ladrillos si hacés algo por manchar la reputación de este hombre", gritó su abogado, en una declaración aterradoramente hostil. Diez años después, Jackson estaba nuevamente en problemas, acusado de abusar de Gavin Arvizo, de 13 años. Luego de un juicio que se extendió por 18 meses --en el que Robson, entonces de 21 años, fue testigo de la defensa--, fue declarado inocente. "Estoy absolutamente convencido de que Gavin decía la verdad, y ese fue un final terrible, penoso", dice Reed.

"Desearía haber estado en un lugar de camarada para él", dice Robson en Leaving Neverland. Pero en ese momento él y Safechuck aún negaban que Jackson les hubiera puesto un dedo encima. Ambos crecieron y se casaron antes de decirle a alguien lo que les había pasado, luego de años de enterrar el trauma. "Dicen que el tiempo cura las heridas, pero esta no se curó. Solo se volvió peor", dice Safechuck. No es tan extraño, dice Reed, que Robson y Safechuck no solo hayan negado el abuso sino además lo hayan querido y defendido más allá de su infancia. "Cuando los niños son abusados sexualmente pueden formar un profundo vínculo con su abusador", explica. "A menudo no le dicen nada a sus padres, y el abuso solo sale a la luz cuando las víctimas están en sus treinta y tienen sus propias familias".

A medida que se aproxima el estreno de Leaving Neverland, hay una pregunta que Reed enfrenta constantemente: ¿Voy a dejar de escuchar su música? Después de todo, Jackson es un fenómeno. Es el tercer artista más vendedor de todos los tiempos, ganó 13 Grammy, tuvo 13 números uno en los Estados Unidos y Thriller vendió más copias que cualquier otro disco. A Reed no le importa demasiado. "Ese no es el punto. No me interesa derrocar a Michael Jackson. La pregunta que deberíamos estar haciendo es '¿Debería confiar mi hijo a este extraño?'. La pregunta que las víctimas de abuso sexual infantil deberían hacer es '¿Es este el momento de contarle mi historia a quienes me rodean? ¿Puedo decirle a mi mamá?'. No me importa si la gente escucha la música de Jackson o no. Esto se trata del hombre, no de la música. Pero el hombre surge como una figura completamente diferente tras ver la película. Hirió a un montón de gente. Fue cruel. Fue vicioso. Cómo conciliás eso con la música es un asunto privado".

Lo que Reed espera conseguir con Leaving Neverland es que "actualice nuestro entendimiento del abuso sexual infantil. En el film no digo nada nuevo, pero espero que se diga a un público mucho más amplio. Si las víctimas lo ven y aún no han hablado, quizá pueden sentir cierto alivio en el hecho de que Wade y James están hablando con valentía contra un poderoso abusador". Es también la esperanza de Robson: "Quiero que ellos se sientan capaces de decir la verdad", alude a otras víctimas, de Jackson o de cualquiera. "Y que lo digan tan fuerte como yo tuve que mentir por tanto tiempo".

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.