Los comisarios retirados de la Bonaerense Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi serán indagados este miércoles en el marco de la causa en la que se investigan maniobras para extorsionar, coaccionar, sembrar pruebas falsas, obligar a declarar en expedientes, en combinación con agentes de inteligencia y miembros del Poder Judicial, entre ellos el fiscal Carlos Stornelli. Los dos comisarios están presos desde el lunes y el principal imputado en la causa, el falso abogado Marcelo D’Alessio, les echa la culpa por la operación de extorsión contra el empresario Pedro Etchebest. D’Alessio trata de salvar a Stornelli, pero la realidad es que hay decenas de comunicaciones entre el falso abogado y el fiscal y también hay decenas de comunicaciones con los dos comisarios. También los ex uniformados tendrán que explicar por qué Degastaldi estuvo presente en una reunión donde coaccionaron a Gonzalo Brusa Dovat, ex empleado de Pdvesa, para que declare como una especie de arrepentido ante Stornelli. El dato refuerza la acusación del juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla. El magistrado sospecha que todos son integrantes de una asociación ilícita, en la que participan agentes orgánicos e inorgánicos de servicios de inteligencia nacionales y extranjeros, que manipulan a ciudadanos y causas judiciales y atentan contra el sistema democrático. El juez enviará un informe al Congreso Nacional este jueves o viernes. 

Muy tardíamente, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) se presentó en Comodoro Py y denunció a D’Alessio por defraudación. Con eso la ex SIDE intentó desvincularse del falso abogado y de la extorsión. Por ahora, desde el organismo oficial no dijeron nada sobre Bogoliuk y Degastaldi, aunque extraoficialmente han divulgado que los dos comisarios no tienen relación con la casa de la calle 25 de Mayo, donde está la central de la AFI. Sin embargo, es bastante público que en los últimos dos años la ex SIDE viene incorporando ex comisarios, tanto de la Federal como de la Bonaerense. Se utiliza un sistema de contratos, es decir que no son personal de planta. 

Por de pronto, en una declaración que prestó ante un juzgado de habeas corpus, en la Ciudad de Buenos Aires, D’Alessio dijo que la pseudoinvestigación que realizó sobre el empresario Pedro Etchebest le fue encargada por Bogoliuk y que éste ostenta “un alto cargo en la AFI”. El libreto es poco creíble: que el comisario le dijo que le pida plata a Etchebest para saber de dónde la sacaba y así investigar dónde está el dinero de la supuesta corrupción. Habrá que ver qué declaran Bogoliuk y Degastaldi ante Ramos Padilla este miércoles. 

El magistrado de Dolores no investiga sólo que le quisieron sacar 300.000 dólares a Etchebest para mejorar su situación en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Su hipótesis de trabajo es hoy muchísimo más grande: investiga operaciones de inteligencia para presionar a decenas de personas, en algunos casos para sacarles dinero, pero en otros casos para que vayan a declarar ante Stornelli, para que se le hagan cámaras ocultas a abogados defensores, para plantar droga en algún procedimiento y, asombrosamente, para sacar personas del país en vuelos no identificados. 

D’Alessio dice que Bogoliuk es de la ex SIDE y que tiene un alto cargo. Según el falso abogado se reunían en el hotel NH, de la calle Bolívar. Pero también el otro comisario, Degastaldi, tuvo participación en la operación en la que llevaron a declarar como supuesto arrepentido a un ex empleado de Pdvesa, Gonzalo Brusa Duvat. Según testigos, en la reunión donde lo coaccionaron para que declare ante Stornelli estuvo presente Degastaldi. En ese encuentro lo amenazaron a Brusa Duvat con una causa en el fuero penal económico, pero le anticiparon que si aceptaba declarar ante Stornelli le borrarían ese otro expediente. Una coacción pura y dura, con la presencia de uno de los comisarios, que no habló en la reunión, sino que se limitó a escuchar. 

Ramos Padilla indagará sobre todos estos temas, porque está claro que D’Alessio no pudo hacer nada sin que lo proveyeran de información y legajos de inteligencia. A Etchebest, por ejemplo, le generó una situación de pánico diciéndole cuándo había entrado y salido del país y mencionando las sociedades y cuentas de sus hijos en Estados Unidos, donde viven. En el allanamiento en la suntuosa casa de D’Alessio, se encontraron carpetas y carpetas. Por ejemplo, la correspondiente a Etchebest estaba en inglés, con el título “Government Watch List Notice”, o sea listado de observación gubernamental. La información parece de origen norteamericano, pero también la Embajada de Estados Unidos ha dicho que no tiene relación con D’Alessio y desmintió que trabaje para la DEA, la agencia norteamericana de lucha contra el narcotráfico. Más allá de las desmentidas, la realidad es que la estrategia de Washington es incidir en la política utilizando la justicia, tal como se vió en Brasil. Y D’Alessio y todos los que integran la asociación ilícita que investiga Ramos Padilla hacía precisamente eso, manipular con operaciones de inteligencia y extorsiones para jugar en la cancha política, al lado de Stornelli. 

Ante lo que considera una situación de gravedad institucional, el juez va a mandar antes del fin de semana un denso informe al Congreso Nacional sobre los legajos e informes de inteligencia que encontró en la investigación. El magistrado considera que existe un verdadero atentado contra la democracia y se lo hará saber a la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia.