Nicaragua es un país de lagos, volcanes, poetas y rebeldías. Casi 40 años después del triunfo de la revolución que enamoró a una generación de jóvenes que encontraron en ella horizonte y luces,  otras y otros jóvenes se tomaron las calles, para poner freno al gobierno que en nombre de aquella revolución estaba reprimiendo a los ancianos y ancianas, para imponer una reforma al sistema de Seguro Social, en la clave de las políticas neoliberales. 

En abril del 2018 miles de jóvenes salieron a las calles exigiendo el fin de la represión. Como ésta se incrementó, levantaron las exigencias demandando el final de un gobierno que asesinó a mansalva a la oposición. La respuesta de Ortega y Murillo fue tratarlos de delincuentes. Dijeron que estaban dirigidos por las élites norteamericanas. Es sabido que los EE.UU. meten la cola en todo el continente, utilizando los descontentos existentes como excusa para su propia intervención. Pero esto no puede ensombrecer ni poner una cortina de humo sobre lo que sucede en Nicaragua. Las jornadas de abril mostraron el cansancio de un pueblo, que tiene una conciencia rebelde forjada en su historia, frente a un gobierno basado en el autoritarismo y la represión. En esos días hubo más de 325 muertos –ésta es la cifra que registró la CIDH–, cientos de heridos y heridas, presas y presos, y exiliados/as. También se forjaron nuevas organizaciones como la Asociación Madres de Abril (A.M.A.), constituida por madres y familiares de los asesinados y asesinadas. 

En Buenos Aires, conversamos con Francis Judith Valdivia Machado, presidenta de AMA, luego de su participación en la ronda de las Madres de Plaza de Mayo. Francis es hermana de Franco Valdivia, estudiante asesinado en Estelí el 18 de abril. 

–Sabemos que los jóvenes que se tomaron las calles en abril han sido estigmatizados por el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. ¿Nos puedes contar cómo era tu hermano?

FV: Franco era un joven brillante, un “chavalo” con mucho futuro. Era activista, muy ideológico, muy crítico. Un día antes que lo asesinaran, escribió un poema en el cual decía: “Seguiré diciendo verdades / cuésteme lo que me cueste./ Sandino tenía un sueño / les juro que no era éste./ Y no esperen que les reencarne / un Rigoberto López Pérez / para decir las verdades”. 

Por el alto sentido de conciencia que él tenía, participó en las marchas cuando vimos las imágenes de la policía agrediendo a los ancianos. Yo recuerdo que el jueves que nosotros hablamos, estaba muy indignado por eso. Luego vimos las imágenes de un video donde un estudiante de la Universidad Agraria perdió un ojo producto de un disparo, y él sintió que su lugar era en las calles. Franco era un chavalo de 24 años, excelente estudiante. Tenía un promedio de 95%. Estaba en tercer año de la carrera de Derecho. Estudiaba por las noches. Trabajaba en un taller de carpintería para pagar sus estudios. Tenía una niña de cuatro años. También se destacaba como árbitro de béisbol y sóftbol. El gobierno y las personas allegadas al gobierno se han encargado de desprestigiar, de menospreciar a los manifestantes, pero la realidad es que eran jóvenes estudiantes, con un futuro por delante. Jóvenes que despertaron, jóvenes que le regresaron la dignidad a Nicaragua. 

–Las palabras de Francis traen a la memoria las esperanzas, manifestadas antes de partir de este mundo, del padre Fernando Cardenal –quien había dirigido en la Revolución Sandinista la “Cruzada de Alfabetización”–. Dolorido por el giro que había tomado el gobierno de Ortega, Fernando anunciaba: “Yo creo profundamente que los jóvenes, llegado el momento, van a volver a salir a las calles a hacer historia. Yo veo el heroísmo en esos jóvenes que cuando encuentran una causa grande, importante, aunque sea difícil, se comprometen. Esa es mi esperanza”. Fernando no alcanzó a ver el despertar de la juventud nica, pero sí lo hizo Ernesto Cardenal, su hermano, que fue ministro de Cultura de la Revolución Sandinista. Días después del levantamiento, el poeta Ernesto Cardenal escribía: “Ahora, repentinamente en todo el país, han surgido los jóvenes en protestas tomándose las calles. Algo que no se esperaba, porque la juventud parecía dormida, o que sobre ella había caído una losa sepulcral”. Terminó con una frase que durante el somocismo utilizó muchas veces: “¡Levántense todos! ¡También los muertos!”

FV: Teníamos 12 años de estar dormidos, desde el segundo mandato de Daniel Ortega, cuando hizo lo que quiso con la Constitución. En Nicaragua no se permitía la re-elección. El modificó la Constitución y aprobó la reelección, se convirtió en jefe supremo de la policía, del Ejército. Esto de reformar la Ley de Seguridad Social, lo hizo de manera dictatorial. La respuesta de reprimir y golpear a los ancianos despertó a los jóvenes. Hoy por hoy yo siento que esos muchachos y muchachas, han bañado de dignidad a Nicaragua. Y lo hicieron de una manera cívica y pacífica. Salieron a las calles con sus pancartas, a decir la verdad, y fueron letalmente reprimidos. 

–¿Qué han logrado en términos de justicia por el crimen de Franco?

FV: La justicia ha sido nula. Como familiares de Franco, en búsqueda de conocer la verdad, hicimos todo lo que humanamente y legalmente nos fue posible hacer. Cuando yo me presenté a la policía a interponer denuncia, y a solicitarles que me entregaran el oficio médico para que la forense llegara a la casa a practicarle la autopsia, porque aun teníamos el cuerpo de mi hermano en la casa, la policía me negó ese derecho, por lo cual no tuvimos otra opción que denunciarlo en los medios locales, nacionales e internacionales. Posterior a ello tuvimos que enterrarlo, y la policía, la fiscalía, no habían realizado ningún acto investigativo. Nosotras continuamos con nuestro proceso de denuncia y de exigencia de verdad. Esto llevó a que once días después, el Gobierno a través del Ministerio Público, emitiera un comunicado en el cual informaba que la fiscalía iba a ser la encargada de realizar los actos investigativos de los asesinatos del 19 y 20 de abril. Iniciaron las investigaciones once días después. Realizaron la reconstrucción de la escena del crimen once días después, cuando ya ellos habían borrado las evidencias. Nosotras hicimos la exhumación del cuerpo trece días después de que lo asesinaron. No permitimos que ellos lo hicieran solos, porque todas las instituciones del Estado se encuentran confabuladas con el gobierno, y no existe independencia de poderes. Esto nos obligó a que exigiéramos la participación de un médico de nuestra absoluta confianza, que estuviera presente en el procedimiento de la autopsia. La información que tenemos sobre la trayectoria de la bala, el tipo de proyectil, la dirección del disparo, es la que nos proporcionó la persona externa que estuvo ahí, pues luego que la médica forense emitiera el dictamen, fiscalía nos cerró las puertas. Es el día de hoy, ya pasaron 10 meses, y el caso se encuentra totalmente archivado. 

¿Cuáles son los objetivos y para qué se organizan las Madres de Abril?

FV: La organización Madres de Abril tenemos objetivos bien definidos. El primero de ellos es conocer y exigir la verdad. El segundo es conocer y exigir justicia. El tercero es la construcción de la memoria. Los otros objetivos son promover los derechos humanos y la capacitación continua en derechos humanos. Exigir la participación activa de nosotras, familiares de personas asesinadas, independientemente de lo que se vaya a instalar en Nicaragua, llámese un diálogo, llámese una mesa de negociación. El pasado 14 de noviembre emitimos un Manifiesto por la Verdad, la Justicia, y la Reparación Integral. En ese manifiesto decimos que no vamos a esperar menos que eso que tenemos plasmado ahí, que no es más que conocer la verdad, que se imparta justicia, la recuperación de la memoria y la reparación integral. Cuando hablamos de reparación integral, el término trasciende cualquier aspecto económico, va más allá, porque busca rescatar la dignidad de nuestros familiares. El discurso oficialista es denigrar a nuestros familiares, diciendo que eran delincuentes, que eran golpistas, que eran terroristas, que eran plagas. En relación a la memoria, uno de nuestros proyectos es crear un museo virtual, donde se va a retratar con semblanzas quiénes eran cada una de las personas que han sido asesinadas, a qué se dedicaban. 

Otra vez tenemos una organización en el continente que lleva el nombre de “Madres”. ¿Qué papel tienen las mujeres en esta lucha?

FV: Para nosotras las Madres de Plaza de Mayo son una inspiración. El papel de nosotras, las mujeres, en esta lucha, es fundamental. Las estudiantes cuando salieron a protestar, las que estuvieron atrincheradas en las Universidades, las mujeres que luchan contra el Canal, las feministas, las defensoras. Es un papel muy importante que hemos desempeñado en todas las luchas concretas, en esta resistencia pacífica. 

¿Cómo funciona el sistema de justicia de Nicaragua?

FV: Es un sistema totalmente patriarcal. Desde el momento en que una mujer se presenta en una comisaría para interponer una denuncia formal, es cuestionada, ultrajada, humillada, no recibe un trato digno. “¿Es cierto? ¿Estás segura? ¡Algo le hiciste a ese hombre para que te hiciera eso!”. Es un proceso de revictimización, con una policía incompetente, que no está capacitada en el tema de derechos humanos de las mujeres. 

Yo creo que el gobierno de Daniel Ortega, en su primer mandato al retornar en el 2012, hizo algunas acciones buenas. Una de ellas fue la aprobación de la Ley contra la Violencia hacia las Mujeres, la Ley 779, que era una de las novedades en tema de derechos de las mujeres, porque establecía los diferentes tipos de violencias que recibíamos las mujeres. Incluso se trató de que existiera un modelo de atención integral a víctimas de violencia a través de las comisarías de la mujer. Esto fue en el inicio. Un arranque como para decirnos a las mujeres, a las feministas –yo en ese momento me encontraba en un movimiento feminista–: “cállense, ya tienen la ley, ya fue aprobada”. Luego, en el 2014, a través de un decreto, desvirtuaron todo el espíritu  de la ley. Desvirtuaron el concepto de violencia y de feminicidio, porque en la ley se decía que cometía el delito de feminicidio cualquier hombre que privara de la vida a una mujer, independientemente del marco de relación que se pudiera tener. Dos años después, el Decreto consideraba feminicidio solamente el que se cometía en el marco de las relaciones de pareja. Lo minimizó a que las mujeres sólo recibimos violencia de tu pareja o ex pareja, cuando sabemos perfectamente que recibimos violencia cuando vamos en un bus, por la calle. Muchas veces te agreden solamente por el hecho de ser mujeres, de verte vulnerable, por esa posición patriarcal de muchos que se creen que tienen el dominio sobre nosotras. Igual el tema del acoso sexual o el acoso laboral. Ellos vinieron disminuyendo esos derechos. Lo otro que hicieron es mandar a las mujeres a que hicieran mediación, cuando la ley prohibía la mediación en delitos de género. Con respecto al aborto, nunca hubo apertura por parte de ellos a aprobar la ley. Nunca le dieron paso al anteproyecto. No respetan ese derecho que tenemos las mujeres de decidir qué hacer con nuestros cuerpos.

¿Hay algún mensaje que quieras dejar sobre la situación que están viviendo?

FV: ¿Qué mensaje quisiera darles? Que las admiro mucho, y que continuemos, porque la lucha que las mujeres tenemos es grande y debe ser constante. No podemos claudicar, porque es nuestro derecho y nadie nos lo va a dar. Nosotras tenemos que exigirlo y hacerlo valer. 

Tienen que saber que en Nicaragua el Frente Sandinista cometió crímenes contra jóvenes que estaban desarmados. En el caso de mi hermano, en el video él sale con su bandera azul y blanca. Cuando lo asesinan, estaba levantando a otro estudiante que había caído bajo las balas. Sé que hay personas a las que les cuesta creer lo que sucede, pero si se ponen a leer, a ver, se darán cuenta de la realidad. En Nicaragua no existe un golpe de Estado. Fue el levantamiento de un pueblo cansado, especialmente de jóvenes cansados de tanta represión a lo largo de estos 12 años. Sepan también que aun con toda la censura que tenemos, aun con todo el estado de terror impuesto, existimos muchas madres, muchas hermanas, muchas viudas, que estamos dispuestas a hacer todo lo que haya que hacer hasta obtener esa verdad. La pérdida de nuestros familiares es una pérdida irreparable. La vida de nosotras nunca va a ser igual, pero vamos a continuar con la lucha que ellos iniciaron. Una como familiar, lo que quiere es la verdad, y que se imparta justicia. No se trata de venganza. No vamos a descansar hasta conocer esa verdad. Nuestro lema es “AMA la verdad, AMA la justicia, AMA y no olvides”. AMA es nuestro nombre. Asociación Madres de Abril.