El 31 de enero Lucía llegó al Hospital del Este con un embarazo forzado que rondaba las 20 semanas. Una semana antes, el 23 de enero, la revisaron en el Centro de Atención Primara de la localidad de 7 de abril, y registraron que tenía 19 semanas de gestación. Recién le practicaron la cesárea en la medianoche del martes 26 de febrero, luego de que el caso tomara trascendencia internacional, por el trato cruel e inhumano al que estaba siendo sometida la niña, a la que le llegaron a suministrar corticoides para madurar el feto que ella quería expulsar y fue sometida a una junta de 18 médicos.