"Después del descenso, quise quedarme a pelearla pero no pude por el contrato con Lazio. Me vi obligado a dejar la imagen de que me importó un carajo todo y no fue así. Me tuve que ir en momentos que no eran buenos". La palabra es la de Juan Pablo Carrizo, el arquero de River durante aquel fatídico 26 de junio de 2011, cuando por el partido de vuelta de la Promoción, el Millonario no pudo revertir la historia contra Belgrano de Córdoba (derrota 2-1 en la ida y 1-1 en la revancha) y descendió a la Primera B Nacional.
Alejado de los laureles de los buenos tiempos del River de Gallardo, Carrizo pasó los últimos ocho años jugando en el exterior: Lazio, Catania e Inter de Italia, Monterrey de México y, ahora, Cerro Porteño de Paraguay. Su último partido en Núñez fue aquel frente a los cordobeses; luego, finalizó su préstamo y volvió a Lazio, que lo había comprado en 2008 por casi diez millones de dólares. "River necesitó tocar fondo y le quedó una sola dirección, hacia arriba. No dudaba de que iba a estar así. Hay gente muy capacitada en el club, que quiere a la institución", consideró el arquero en declaraciones a Milenium Sports.
Recordado por su tranquilidad para jugar con los pies o por desactivar tiros de larga distancia con aparente facilidad, "J.P." fue partícipe en tres (Clausura 2008, Apertura 2010 y Clausura 2011) de los seis torneos que obligaron a River jugar aquella a Promoción. "Cambiaría el abuso de la gambeta, se decía que era para burlar al rival, pero yo lo hacía desde siempre como un recurso. Después entendí a lo que sometía al equipo. Muchas veces giraba y confrontaba con el público. Ahora me acuerdo y me da vergüenza", reconoció quien disputó doce encuentros con la Selección entre 2007 y 2011, ciclo que se vio estigmatizado por aquel 1-6 con Bolivia en La Paz en 2009 por Eliminatorias.
Ahora, en Cerro Porteño --fue titular en el sorprendente triunfo del Ciclón de Barrio Obrero en el debut de Copa Libertadores ante Atlético Mineiro en Brasil-- espera retomar el nivel que alguna vez mostró en River, con quien no muestra resentimientos. "Nunca tuve malas experiencias con hinchas de River en la calle. River me marcó, ahí nació mi carrera. No tengo reclamos, ni en los peores momentos".