El Banco Central sigue sin poder frenar el dólar. La cotización cerró ayer en 42,50 pesos y anotó un incremento de 26 centavos. La autoridad monetaria elevó las tasas de interés a 62,11 por ciento, contra el 59,86 de la jornada anterior, pero sigue sin poder frenar la demanda de divisas. La oferta de dólares también empieza a escasear debido a las maniobras de especulación de los exportadores y de grandes inversores. La apuesta en la city es que en los próximos meses habrá inestabilidad cambiaria y la preferencia de los inversores es colocarse en dólares y esperar.

Esta semana el tipo de cambio mostró un comportamiento repetido. En las primeras horas de la jornada hay un retroceso leve en la cotización que termina revirtiéndose en el final de la rueda. El dólar finalizó arriba tanto el lunes como ayer. La divisa mayorista se ubicó en 41,50 pesos, con una suba de 20 centavos. La cotización ya está 2,62 pesos por arriba del piso de la banda cambiaria. En los mercados de futuro se venden divisas a octubre a un precio de 54 pesos y para febrero de 2020 algunos contratos se operaron a un precio de 60 pesos. 

La autoridad monetaria volvió a desdoblar la licitación diaria de Leliq, como lo había hecho el viernes pasado después de que el dólar tocara el récord de 43,50 pesos. En la primera compulsa accedió a elevar la tasa hasta 61,23 por ciento. En la segunda licitación produjo otro incremento y ubicó la tasa en 62,54 por ciento, con lo cual el promedio, entre las dos subastas, quedó en 62,11 por ciento.

El dólar había abierto con una leve baja de siete centavos, pero con el correr de las operaciones la presión compradora se fue acentuando y no aflojó a pesar de los ajustes en los intereses que convalidó el Banco Central. El presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, pareció resignarse ante las presiones del mercado y dijo que las opciones son todas negativas: “Hay que elegir entre que se dispare el dólar o una tasa alta”. Como no puede decir que la gestión económica de Cambiemos es un fracasó, deliró con que la responsabilidad de esa situación corresponde a la pesada herencia o al temor del mercado al regreso del “populismo”. 

“Lamentablemente mientras haya incertidumbre y una mínima posibilidad de volver a políticas como las que tuvimos en la década pasada, la gente y los inversores van a estar nerviosos”, señaló, siguiendo la estrategia oficial de no hacerse cargo del desastre económico provocado. Por ello, concluyó que las únicas opciones que tiene el Banco Central son subir la tasa o dejar que avance el dólar. En ningún caso propuso revisar las políticas de desregulación cambiaria y financiera que derivaron en devaluaciones constantes y fuga de capitales récord. 

La inestabilidad financiera impulsó un retroceso de 0,3 por ciento en la bolsa porteña. Los bancos fueron algunas de las acciones más volátiles y ayer cayeron hasta 4 por ciento. Se destacó el retroceso del Banco Macro del 3,8 por ciento y del 3,3 por ciento del Banco Francés. Las energéticas fueron otras firmas con descensos. Sobresalió la baja del 1,9 por ciento de Pampa Energía y del 2,7 por ciento de Transportadora Gas del Sur. 

El riesgo país, tras el mejor desempeño de anteayer, volvió a subir y se ubicó en las 744 unidades. Los bonos que más bajaron fueron el Argentina 2037, con un retroceso de 0,9 por ciento, y el Discount 2033, con una merma de 0,5 por ciento. Uno de los pocos títulos de mediano y largo plazo con suba fue el Par en moneda extranjera, al avanzar 0,9 por ciento, mientras que entre los bonos de corto plazo se subrayó la caída del 0,3 por ciento del Bonar 2020. La Argentina es otra vez el país de la región que tiene el mayor riesgo de impago de deuda, con la excepción de Venezuela, una economía en guerra económica.

Las reservas internacionales se ubicaron en 68.484 millones de dólares, con una suba de 81 millones de dólares. A fin de mes ingresará cerca de 10 mil millones de dólares del Fondo Monetario, que permitirá ubicar las reservas en casi 80 mil millones de dólares. En el Gobierno evalúan liquidar parte de estas divisas que tendrá a cargo el Tesoro (ver nota aparte) para intentar detener la incertidumbre cambiaria.