Los chicos de la Escuela Primaria N° 1 de Moreno aún no comenzaron las clases debido a que no están terminadas las obras que la Provincia se comprometió a realizar después de la explosión en la EP N°49, en la que murieron Sandra Calamano y Rubén Rodríguez. La EP N° 1, sólo tiene seis de los doce salones que necesita para albergar a los casi 700 alumnos de los dos turnos que funcionan allí. Tampoco están terminados los baños ni el establecimiento cuenta con agua potable, electricidad ni gas.

En principio, las clases se iniciarían de manera alternada para darle cabida a todos los cursos pero un grupo de padres inició una campaña para que los niños no ingresaran al establecimiento mientras continuaran las obras. “Es un desastre total”, aseguró Marisa Palavecino, integrante del grupo Familias por las Escuelas Públicas, quien adelantó que les prometieron que el 20 de abril las obras estarían finalizadas.

El mismo grupo de padres que el lunes pasado realizó un cordón para impedir el ingreso de los alumnos al edificio, comenzó una campaña de denuncia en Facebook y compartió un video demostrando el estado calamitoso de la escuela. “Nosotros queremos que revisen, que sean detallistas, porque si les pasa algo a los chicos nos hacen responsables a nosotros, los padres”, manifestó Palavecino ante Página/12. Además denunció que los arreglos “están dibujados”. “Las rejas de las ventanas de las salas remodeladas, que dan al patio,  están todas salidas y las paredes fueron maquillaron, sólo les sacaron los azulejos y las pintaron”, agregó Palavecino. Además, aseguró que las cañerías de gas, que todavía no han sido habilitadas, están cubiertas por planchones de madera.

Los baños, tanto de varones como de mujeres, tampoco están terminados. “Pierden agua por todos lados”, advirtió Palavecino. En el de varones, los mingitorios “ni siquiera tienen las subdivisiones que separan a unos de otros”. “Hay agua, pero hay pérdidas y no es potable. El tanque se carga con mangueras y no tiene los certificados de limpieza al día”, agregó la vocera de Familias por las Escuelas Públicas, quien señaló el peligro de que las filtraciones provoquen cortocircuitos .

Una de las docentes de la EP N°1, que prefirió resguardar su identidad, contó a este medio que, luego de la explosión en la Escuela N° 49, el 2 de agosto de 2018, se decidió suspender las clases en el distrito hasta que las escuelas fueran inspeccionadas y arregladas. “En octubre llegó Cristian Tachio, el inspector de Infraestructura, con la empresa Seyma, pero la buena noticia duró poco, ya que sólo venían a hacer la obra de la cocina que habíamos pedido en abril de ese mismo año”, lamentó la maestra que, al igual que sus compañeros, siguió brindando clases en la vereda de la institución. 

La misma docente contó que la obra de la cocina empezó en octubre pero se paralizó poco después porque infraestructura no aprobaba el presupuesto necesario. Los arreglos se retomaron a mediados de febrero, después de varios reclamos de parte de la comunidad educativa, "pero el encargado de la empresa dice que sólo se pueden hacer cargo de las obras de gas y de electricidad". 

“Entre tira y aflojes se acordó que nos iban a habilitar seis salones el 6 de marzo y se iba a hacer una rotación entre los alumnos”, agregó la docente. Palavecino, por su parte, señaló que ahora las autoridades anunciaron, a través de un cartel, que las clases "están suspendidas”, en principio hasta el 20 de abril, fecha en que, según Tachio, "estará todo listo”.

“Todas las obras son responsabilidad de la Provincia”, advirtió, por último, Palavecino. 

Informe: Ludmila Ferrer