De padre pakistaní y madre inglesa, que migraron a Australia en los años 70, Sara Ahmed construye su obra estableciendo puentes entre la cultura feminista, la teoría queer, la crítica a las nociones dominantes de raza y el post colonialismo. Pero su último libro, La promesa de la felicidad, (publicado aquí recientemente por Caja Negra) es mucho más que el cruce de esas disciplinas académicas. Aquí Ahmed se impone como una auténtica “aguafiestas” de uno de los grandes imperativos de la época: la obligación de ser felices. “La ciencia de la felicidad redescribe como bueno aquello que las personas ya consideran bueno. En la medida en que promocionar aquello que causa felicidad parece ser un deber de todos, la propia felicidad se vuelve un deber”, señala la autora, que a través de su investigación crítica, demuestra cómo el feminismo “permitió desarrollar una crítica al modo en que la felicidad ha sido utilizada para justificar normas que sostienen privilegios. Es hora de suspender por un momento la creencia de que la felicidad es una cosa buena.”