"La pasión es el último refugio que nos queda, es la última trinchera". El periodista y escritor Lucas Canalda lanza su reflexión sin exaltación alguna, sin imposturas, con la firmeza necesaria para dejar en claro uno de los motores esenciales de Rapto, la revista digital que fundó junto al fotógrafo y diseñador Renzo Leonard, y que en menos de dos meses alcanzará su primer año. Con experiencias previas en la autogestión comunicacional/cultural (Canalda fue uno de los creadores de la desaparecida Cultura etérea, Leonard forma parte del proyecto Planeta Cabezón), la dupla encontró en Rapto la posibilidad de desarrollar un proyecto generoso en sus contenidos (notas extensas, fotografías de autor), que pone la mirada en creadores enfocados en búsquedas estéticas personales, y que viene perfilándose además como un espacio apto para desarrollar algunas discusiones necesarias.

Desde su lanzamiento en abril de 2016, por www.rapto.com.ar pasaron Boom Boom Kid, Valle de Muñecas, Diego Billordo, Aguas Tónicas, Pal Das Schutter, Potra, Cepillo, Sur Du Monde, Marilina Bertoldi, Utopians, Las Piñas, El Mató a un Policía Motorizado, Juani Favre, Mariana Paräway, Babasónicos, Matilda, Alucinaria, Las Taradas, Los Reyes del Falsete, The Gay Gay Guys, Cadena Perpetua, Jubany, Toni Temple, Mi Nave y Manu Hattom. También hay crónicas ("El circo del horror", la marcha a un año del #Niunamenos) y entrevistas a artistas que se encuadran en otras disciplinas, como el dibujante Pein (creador de la tira El Gato Moncholo), la fotógrafa Paulina Scheitlin, el escritor y editor Agustín Alzari y el artista (y también editor) Juan Angel Szama, en una lista de artículos que, además del tándem Canalda-Leonard, suma firmas como las de María Noel Do, Juan Cruz Revello, Morena Pardo, Marianela Luna y Andrés Conti, responsable del último gran impacto de Rapto: la celebración del Día Nacional del Músico sirvió como disparador para que Conti invitara a reflexionar sobre la escena musical rosarina.

 

"Lo que tienen de bueno las notas de Rapto es que uno las puede leer de acá a un mes y siguen siendo interesantes".

 

Con una gran repercusión en las redes (necesario punto de repique de toda publicación periodística de valía), el artículo llegó para reforzar una certeza: Rapto empieza a establecerse como un espacio fértil para la discusión en torno a problemáticas del quehacer cultural en Rosario (y, por similares condiciones, en distintas ciudades de una Argentina que sigue desconociendo de federalismos).

"A lo largo del año hay cosas que se van a desarrollar en una serie de notas de Andrés, que tienen que ver con esta primera nota que se publicó --anticipa Canalda--. Hay algo que tiene que ver con hacer periodismo, con la música, con la cultura en la Argentina por fuera de Capital Federal, hay una problemática federal fuera de la Panamericana. Entonces de a poquito vamos a ir sumando gente para seguir desarrollando este tipo de cosas, vamos a ir sumando nuevos colaboradores. Acercándonos al año, de a poco las notas de Rapto van hablando entre ellas. La problemática que se toca en la nota de Andrés también se toca en notas de otras bandas de Rosario. Y va a seguir extendiéndose".

A partir de la intervención específica de Leonard, todos esos contenidos se ven respaldados por una búsqueda estética que le da identidad a la publicación. "Lo que más me interesa y disfruto es poder tener contenidos cien por ciento originales. En nuestras notas, en la mayoría al menos, tratamos de que todo el contenido sea original, propio", distingue el diseñador y fotógrafo, orgulloso también de los textos que nutren al proyecto: "Lo que tienen de bueno las notas de Rapto es que uno las puede leer de acá a dos semanas, un mes, cuando sea, y siguen siendo interesantes. No es una promoción a un show, un libro o una película".

En la atemporalidad radica precisamente otro de los puntos fuertes de la revista digital, que esquivó desde un primer momento la posibilidad de atarse a agenda alguna. De ese modo, los conciertos son muchas veces el punto de partida para entrevistas que pueden prolongarse en el tiempo hasta llegar a un resultado final que, siempre, permite descubrir el artista por fuera de las coyunturas.

"Lo que hablábamos con Renzo cuando empezamos es que la gacetilla iba ganando terreno --reflexiona Canalda--. Tiene que ver también con el modo en que se lee hoy online, que tiene que ser todo rápido, que en un párrafo cuente todo. De repente veíamos que había recitales, películas, libros, fotógrafos, gente que estaba haciendo un laburo que a nosotros nos interesaba mucho y que también había que indagar mucho más, porque las gacetillas no llegan a decir nada, y hay una repetición constante de todo eso. La idea era meterse a pleno con eso y extenderlo mucho".

Respaldados en esa libertad de extensión, los autores que pasan por Rapto dejan su impronta en el acercamiento a artistas que, con sus diversas estéticas y búsquedas, se caracterizan también por desarrollar una mirada personal sobre el arte y la cultura. "Buscamos gente que tenga cosas para decir. Lo que está bueno es que generalmente los artistas que participaron de Rapto siempre tienen una devolución súper copada", distingue Leonard. A su lado, Canalda remarca: "Es justamente lo que queremos buscar, ver cómo están desarrollando, buscando algo, porque nosotros también estamos en eso, en una búsqueda. Hay un montón de producción cultural en Rosario, pero no hay una verdadera devolución periodística. Se replican gacetillas. En ese sentido, más allá de criticar o no a los medios, porque sabemos que hay gente que labura, creo que la repercusión que está teniendo Rapto es porque los artistas se dan cuenta que hay un espacio que está buenísimo y que queremos llevar adelante".

 

"Había que indagar mucho más, porque las gacetillas no llegan a decir nada, hay una repetición constante de todo eso".

 

De cara a su segundo año de trabajo, la revista digital ya planifica la incorporación de elementos transmedia, y buscará avanzar además en un factor sustancial: aún cuando la pasión moviliza al proyecto, la rentabilidad económica se torna clave para su sustentabilidad. Con el respaldo de un camino recorrido, de una identidad ya definida que desalentará los condicionamientos editoriales de eventuales auspiciantes, los impulsores de Rapto se fortalecen en su propia experiencia como trabajadores independientes. "Por la autogestión he renunciado a laburos, porque es lo que me gusta hacer. Todo gira alrededor de hacerse un tiempo para hacer esto, que se prioriza por sobre otras cosas", se sincera Leonard.

Por su parte, y después de haberse desempeñado como conductor en diversos ciclos de Rock&Pop y Metro Rosario, Canalda encuentra en Rapto el espacio desde el cual desarrollar su voz autoral sin condicionamientos. "Me parece que la autogestión es el único camino. Sabiendo también que vivimos en Rosario y que son menos de cinco los medios que tienen una inversión real de auspiciantes en la ciudad. Me parece que la cuestión va por otro lado en nosotros, y si bien estamos llegando a un primer año en que estas cosas están empezando a resolverse, me parece que la autogestión es el último camino que queda. Realmente estamos muy estimulados con esto, la pasión es el último refugio que nos queda. Lo digo ahora, desempleado como estoy, pero la pasión es la última trinchera".

En una ciudad que sigue pugnando por lograr respaldo político a una normativa que respalde a las publicaciones gráficas independientes, las características de Rapto son únicas entre las revistas digitales locales. Para Canalda, sin embargo, eso podría cambiar de un momento a otro: "Veo que hay una problemática, que además hay una tremenda producción cultural, y a la vez veo que hay una audiencia, hay lectores, gente interesada en conocer lo que se propone. Y también gente que quiere sumarse, que quiere hacer cosas similares, entonces me parece que más allá de que haya o no otros espacios como Rapto, hay condiciones para que crezcan otros espacios similares".