A cincuenta años de la muerte de Violeta Parra
Sobre la dicha y el quebranto
Escribió poesía, compuso y cantó tonadas, cuecas, parabienes, décimas y corridos. Trabajó en bares, puertos, circos y fondas. Tocó guitarra, charango, cuatro, arpa y quena. Pintó sobre madera, tela y cartón. Y hoy la chilena sigue siendo una voz insustituible del continente.



















