“Están condenando el Plan Ahora 12, una de las pocas herramientas de incentivo al consumo que nos queda, a su desaparición”. La amarga reflexión le pertenece a un dirigente empresario de diálogo frecuente con funcionarios del área económica, principalmente de segunda línea, a los que le reclamó en reiteradas oportunidades esta semana que le explicaran el por qué de “una política absurda”, tal cual se lo transmitió, como la de Precios Transparentes. No logró una respuesta distinta a la que suele escucharse en las exposiciones públicas del secretario de Comercio: tener más transparencia en los precios, que “no le mientan más” a los clientes con “la farsa de ventas en cuotas sin interés”, fórmula que ya no se podrá usar más en el comercio para atraer compradores. Sin respuestas satisfactorias en los despachos oficiales, el sector empresario que agrupa a las firmas comerciales e industriales medianas –CAME, Cgera, Apyme y otras– saca como conclusión, sin expresarlo todavía en público, que el consumo va camino a perder uno de los últimos motores que lo mantenía medianamente vivo.  

De acuerdo al nuevo esquema de fijación de precios y métodos de “exhibición de precios en puntos de venta”, dispuestos por la Secretaría de Comercio, lo que se transparentó es que las cuotas de los planes de financiación serán más caras que antes. Los representantes del sector comercial refutan la afirmación oficial de que “los precios de contado estaban inflados” porque ya incorporaban los intereses por las ventas en cuotas. “No es cierto, lo que sucedía antes, con el Ahora 12, es que la tasa de interés estaba subsidiada, en parte, por el Banco Central, que se las descontaba a los bancos emisores de tarjetas, y otra parte del costo financiero era absorbido entre los mismos bancos emisores y los comercios, porque el volumen de ventas que se obtenía con el Ahora 12 lo justificaba”.

Es decir, que si un producto con precio al contado de 1200 pesos se podía pagar por el Ahora 12 en 12 cuotas de 100 pesos, no era porque el primer valor tenía incorporado el costo de financiamiento. Sino que la tasa de interés, que rondaba el 18 por ciento anual según estimaciones empresarias, era subsidiada por el Estado a cambio de aquella herramienta de impulso a las ventas. “Nosotros aportábamos el 10 por ciento del valor de venta, que nos lo descontaban los bancos emisores de tarjetas sobre cada venta de Ahora 12”, recordó uno de los dirigentes que participó activamente esta semana de varias mesas de consulta y análisis del tema. ¿Y por qué resignaban el 10 por ciento a los bancos, quién se los exigía?, le preguntó este diario al interlocutor. “Porque teniendo el comercio adherido al programa Ahora 12 se hacía un volumen de ventas los fines de semana que, de otra manera, era impensable”.  

El Plan Ahora 12 establecía que los comercios, en las operaciones realizadas a través de tarjetas bancarias, podían elegir entre “cobrar en un plazo de 60 días corridos con una tasa máxima de descuento del 8% directa, o en un plazo de 48 horas hábiles con una tasa máxima de descuento del 10% directa”. Esta última opción era la habitualmente elegida.   

Con el cambio de condiciones implementado a través de la mutación del Plan hacia Precios Transparentes, ya no queda claro cuál es el porcentaje de descuento que tendrán para cobrar de inmediato las ventas en cuotas. “Yo antes sabía que si vendía un producto en 12 cuotas, como el valor era el mismo al contado o financiado, si valía 1000 pesos iba a resignar 100 pesos, el 10 por ciento, al cobrarlo. Ahora, si el producto vale 1000 pesos pero para financiarlo lo tengo que cobrar, supongamos, en 12 cuotas de 110 pesos, la venta la estoy haciendo por 1320 y, en consecuencia, me van a hacer un descuento de 132 pesos. Es decir, que pago un 32 por ciento más por el descuento, y encima sobre un volumen de venta que seguramente ya no va a ser el mismo”, detalló el dirigente empresario, pero en la piel de comerciante. En estas condiciones, muchos comercios van a desistir de la adhesión cuando saquen las cuentas, anticipan. Y el Plan ahora 12 entrará en un proceso de lenta agonía.

Los comercios se sienten en desventaja frente a las emisoras de tarjetas, además. Se cuidan de hablar de “condiciones leoninas” pese a que la definición se ajusta a la situación que describen. Por ejemplo, es un hecho usual que, al margen del Ahora 12, los negocios ofrezcan ventas promocionales “en cuotas sin interés” para el pago con los plásticos de determinados bancos. “Los descuentos pueden ser del 10, el 15 ó 20 por ciento, ¿pero sabés quién los paga? El comercio, así está en el contrato de adhesión. Te lo descuentan cuando te hacen la liquidación de los pagos con tarjeta. ¿Y por qué los acepta el comercio? Porque si el negocio de enfrente ya tiene el sticker pegado en la vidriera de tal o cual banco, si vos no lo tenés perdés al cliente”, le explicó la misma fuente, dirigente de una importante entidad empresaria, a Página 12. Cuando se consulta a la Secretaría de Comercio cómo van a proceder frente a esta suerte de abusos de posición dominante y tan ajenos a la transparencia, la respuesta es que lo están estudiando.

Formalmente, el Plan Ahora 12 vence el 31 de marzo, pero algunos dirigentes empresarios anticipan que “está muerto en vida” con las últimas modificaciones. Perdió su función como incentivo al consumo, las ventas en cuotas fijas pierden su interés por el recargo que imponen los intereses y los comercios encuentran pocos atractivos en el nuevo mecanismo. La caída en las ventas en mostrador, por otra parte, puede apurar decisiones drásticas.