PáginaI12 en España

Desde Madrid

Después de tres meses de ausencia por baja de paternidad, el Secretario General de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, regresó a la actividad política con un discurso crítico de los medios de comunicación privados que lo situó de vuelta en el centro del debate político español, justo cuando resta poco más de un mes para las elecciones generales del 28 de abril.

Iglesias se había reencontrado con miles de simpatizantes de la fuerza morada en la plaza del museo Reina Sofía en Madrid, este sábado. En un discurso que recuperó parte del brillo con el que había logrado emerger como figura en el escenario político tras la ebullición del movimiento 15M, el dirigente de Unidas Podemos realizó una fuerte autocrítica por las peleas internas de la formación, destacó los logros de su labor en colaboración con el gobierno del socialista Pedro Sánchez, y apuntó contra “las 20 familias españolas que gobiernan la nación sin haber sido votadas”.

“No nos conformamos con la actualización al IPC de las pensiones, el salario mínimo de 900 euros, no vinimos para eso, queremos una empresa pública de energía, un horizonte verde, un futuro para los jóvenes, queremos que en este país el poder lo recupere la gente, y que podamos decir un día que los diputados mandan más que BlackRock (fondo de inversión), las multinacionales, los bancos, y los dueños de los de medios de comunicación”, dijo en uno de los pasajes más comentados por los periodistas tras el mitín.

Unas horas después, en la primera entrevista pública que brindó Iglesias a un canal de televisión tras su regreso, el periodista de La Sexta, Iñaki López, le preguntó por esa declaración sobre los dueños de los medios, y precisó que en esa cadena siempre le habían abierto las puertas a él y a otros representantes políticos.

El dirigente de Unidas Podemos respondió reafirmándose en sus dichos, y aseguró que “decir que los dueños de los medios de comunicación privados tienen intereses políticos propios, es arriesgado porque inmediatamente le van a acusar a uno poco menos de atacar la libertad de prensa”.

La declaración de Iglesias parecía una profecía autocumplida. Uno de los principales programas de actualidad política, Al Rojo Vivo, realizó este lunes una comparación entre Pablo Iglesias y el dirigente del partido de ultraderecha Vox, Santiago Abascal, planteando similitudes en sus apreciaciones sobre los medios de comunicación. El famoso telediario parecía así sumarse al cruce que había protagonizado otra estrella de La Sexta, Ana Pastor, con Iglesias por sus dichos sobre los dueños de los medios el mismo día del mitín, y los siguientes.

La respuesta de la cadena, presentando al líder de Unidas Podemos y al presidente de Vox en una posición común respecto a los medios traía un tufillo más propio de operación política que de apreciación objetiva y analítica.

En cualquier caso, las críticas a los medios del dirigente morado, que aspira a gobernar en un próximo ejecutivo del Partido Socialista Obrero Español si este logra conformar una mayoría parlamentaria, lo han devuelto al centro del debate político con una inmediatez que ha dejado en el olvido los tres largos meses de baja por paternidad, en los que Unidas Podemos ha sufrido la deserción virtual de Íñigo Errejón, miembro fundador, y una baja ostensible en la intención de votos, reflejada en las últimas encuestas.

Sin embargo, la centralidad que ha logrado Iglesias con su discurso es sintomática de la dinámica del debate público en la arena política en España y, en general, en buena parte del mundo. Mientras sus declaraciones se multiplican en las portadas de los principales periódicos y en programas televisivos dando juego a una polémica que engorda el rating de los medios, las propuestas de la formación aparecen en un segundo plano. Incluso, si abordan exactamente el mismo asunto que desató la polémica.

Este lunes, los coportavoces de Podemos Pablo Echenique y Noelia Vera, presentaron una propuesta para que los bancos no puedan ser inversores (adquirir acciones) en los grandes medios de comunicación porque, en su consideración, se produce “un daño a la democracia”. Los dirigentes presentaron el trazo grueso de una propuesta para crear una comisión de trabajo integrada por periodistas “reconocidos” para repensar cómo se pueden sostener económicamente los medios de comunicación sin que se afecte su independencia. 

Una propuesta que, incluso, abordaría la situación de “precariedad” en que trabajan los periodistas españoles, y que Vera precisó con un ejemplo: “muchos escriben reportajes en zonas de guerra y cobran por ello cincuenta euros”. 

Ayer, la propuesta de Podemos circuló en los medios de comunicación con un voltaje mucho menor al de las declaraciones vertidas por Pablo Iglesias respecto a los dueños de esas empresas. 

Como fuera, es probable que Pablo Iglesias no le reproche a los medios de comunicación que, habiéndose hecho eco de sus palabras y situándolo como un virtual opositor, le han hecho el favor de devolverlo al centro del debate político.