La historia del changarín que encontró medio millón de dólares en una valija y los devolvió presuroso a su dueño atrajo rápidamente la atención de millones de lectores y espectadores. Su veloz viralización y el entusiasmo con que diarios como Infobae, Clarín y Perfil realizaron una descripción de los hechos y una semblanza del trabajador demuestran que las fakenews y los componentes morales vinculados a la pobreza son dos cuestiones que hoy leemos y escuchamos son suma frecuencia. 

  Respecto a la proliferación de noticias falsas las mismas son una constante en el paisaje periodístico, no solo a nivel nacional sino internacional, pudiendo ser descriptas, incluso, como parte central de las estrategias de los sectores de élite para acceder al gobierno o para prolongar su estadía.

  El caso de José Sánchez, sinónimo perfecto del tradicional Juan Pérez que desde tiempos inmemoriales sirve para ilustrar las vicisitudes de las personas comunes y corrientes, es digno de análisis. El trabajador de la ciudad entrerriana de Nogoyá, sabedor de como los medios influyen en las emociones de las personas, decidió dar a conocer una historia y logró que la misma fuera seguida con suma atención por la opinión pública. Primero recurrió a la radio de la ciudad y la habitual calma pueblerina trocó en orgullo local: había un héroe solidario en Nogoyá. Sánchez contó que había encontrado un maletín con quinientos mil dólares y que buscó denodadamente a su legítimo propietario para devolverle sus valiosas pertenencias, ya que a él le gusta ganarse la plata trabajando.

  Cuando la causa llegó a manos del fiscal Uriburu, este comenzó a sospechar de las incongruencias que presentaba el relato. Con el correr de las horas se pasó de la euforia ciudadana a la depresión. Una vecina jubilada de Sánchez comentó que ya no existen héroes y ese fue el título de una nota aparecida en la versión digital de Clarín donde se recababa la opinión de los conciudadanos del trabajador. Algunos decían que no podían creerlo y que estaban desilusionados, otros que jamás hubieran devuelto el contenido del maletín.

  Numerosas reflexiones amerita lo acaecido. En primer lugar, lo útiles que son algunos sucesos para desconectar lo importante de lo anecdótico. Como ha sostenido en más de una ocasión Ignacio Ramonet, en la era de la sobreinformación cuesta distinguir lo relevante de lo nimio. Estas noticias sirven para que no se ponga el foco en el feroz ajuste implementado por el gobierno de Cambiemos y que repercute en todos los ápices de la vida cotidiana. El discurso de ganarse el dinero por sus medios, desliga la suerte individual de lo social y de las acciones encaradas por el Estado, siendo una parte central del andamiaje discursivo del gobierno macrista. La figura del empresario benefactor se une inexorablemente a la imagen de la prometida lluvia de inversiones, eje económico del gobierno actual. 

 Si se analiza, por más que se filtra la situación angustiante de millones de trabajadores reflejadas en las vicisitudes de Sánchez, lo que primó socialmente fue una decepción con su gesto y no con las desigualdades que lo forzaron a inventar una historia. Una muestra más de como la narrativa de Cambiemos vinculada a que la suerte de las personas depende nada más que de sí mismas sigue vigente, siendo a la vez el corazón del discurso neoliberal a nivel planetario.

* Magister en Ciencias Sociales Unahur-UBA.