El Gobierno cumple con su palabra y mantiene el rumbo. Autorizó un nuevo aumento en la medicina prepaga, de 7,5 por ciento en la cuota a partir del mayo, según publicó ayer el Boletín Oficial. Pese a que la inflación, principalmente en alimentos y servicios esenciales de la canasta básica, derivó en un fuerte incremento en la cantidad de pobres hasta al 32 por ciento de la población, el Ejecutivo volvió a autorizar un incremento en una prestación esencial, que se suma a la disparada en el precio de los medicamentos, lo que deteriora el acceso a la Salud. Es el sexto aumento autorizado en lo que va de un año calendario. En el último año el servicio privado de medicina había aumentado 42 por ciento, mientras que desde comienzos de 2016 este servicio regulado por Estado acumula un alza de 155 por ciento, por encima de la medida de la inflación del período, según un informe realizado por la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). En el mismo lapso los medicamentos se encarecieron 257 por ciento.

El cuidado de la Salud se convirtió en otro lujo dentro del gobierno de Cambiemos, que se suma al de alimentarse, vestirse, abrigarse, bañarse, trasladarse y educarse. Frente al deterioro permanente de la Salud pública, derivada del recorte presupuestario que pactó el Ejecutivo con el Fondo Monetario, y el menor ingreso de afiliados en obras sociales, por la caída del poder adquisitivo y el empleo, el gasto en medicina privada se mantiene en algunos casos más allá de las posibilidades del bolsillo del asalariado. Sin embargo, en los últimos años, la cuota de la medicina prepaga fue uno de los servicios que se ajustó por encima de la inflación. La excepción fue el cierre del año pasado, que estuvo seis puntos porcentuales debajo, ya el aumento de precios minoristas se ubicó en un 47,6 por ciento. 

El anterior aumento fue el mes pasado, de 5 por ciento, con la cual cerró un alza de 42 por ciento acumulada en doce meses. Si se toman los aumentos sólo dentro de 2018, las prepagas registraron una suba anual de 37 por ciento en todos sus servicios, con cinco ajustes. Con el alza autorizada de 7,5 por ciento a partir del 1 de mayo, el incremento a doce meses será de 42,2 por ciento, compuesto por 7,5 por ciento desde junio pasado; otro 7,5 por ciento a partir de agosto, 8 por ciento desde octubre, 8,5 por ciento en diciembre y el 5 por ciento que rige desde el 1 en febrero pasado. 

“La Autoridad de Aplicación fiscalizará y garantizará la razonabilidad de las cuotas de los planes prestacionales de las Entidades de Medicina Prepaga y autorizará el aumento de las mismas, cuando dicho aumento esté fundado en variaciones de la estructura de costos y razonable cálculo actuarial de riesgo”, indica en uno de sus considerandos la resolución que lleva la firma del secretario de Salud, Adolfo Rubinstein. Según los registros oficiales, hasta el año pasado las empresas de medicina prepaga contaba con unos 6.200.000 afiliados, de los cuales solo 1.200.000 son voluntarios, es decir, contrataron el servicio por su cuenta. El resto deriva sus aportes de la Seguridad Social a la prepaga a través de las obras sociales y los afiliados deben pagar, en caso de corresponder, la diferencia con relación al monto del plan privado elegido.

Las firmas reclamaban el aumento bajo el argumento del encarecimiento de los costos derivado de precios dolarizados en los insumos y ante una nueva escapada de la divisa. Los afiliados recibirán por estos días la notificación del aumento en las cuotas, con 30 días de anticipación, “para extremar los recaudos necesarios, a fin de que aquellos tengan cabal información de dichos aumentos”, indicó la resolución rubricada por Rubinstein. Las cuotas hasta diciembre se ubican en 5000 pesos en promedio por socio, según prestadora, y hasta más de 9000 por grupo familiar, según el promedio de entidades privadas. 

A estos aumentos, en materia de Salud, se suma el de 257 por ciento desde que asumió Cambiemos hasta febrero último, lo que lleva a que algunas personas reduzcan o posterguen la compra. En el caso de los más consumidos por los jubilados, como los que se recetan para tratar la hipertensión y otras afecciones cardiovasculares, los aumentos acumulan más del 540 por ciento, según un informe realizado por el Centro de Economía Política (CEPA), el Centro de Estudios Políticos para adultos mayores (Ceppema) y la  Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria (Algec). Esto se conjuga con una menor oferta de descuentos sobre medicamentos de parte de obras sociales, prepagas y el PAMI, que potencia alza en el costo de la Salud.