“El que entre a jugar lo va a hacer de la mejor manera, dando todo, dejando la vida en cada pelota. No nos importa el ranking, no nos importa ganar o perder, sino dejar todo en la cancha”, fue la síntesis que hizo Charly Berlocq ayer, cerca de las 19.45, tras la tremenda batalla que libró frente a la primera raqueta italiana, Paolo Lorenzi, a quien derrotó por 4-6, 6-4, 6-1, 3-6 y 6-3 en el cuarto punto de la serie del Grupo Mundial, cuya disputa se había iniciado a las 11 de la mañana y debió reanudarse tres veces por la lluvia. La serie se definirá hoy cuando por el quinto punto se enfrenten las segundas raquetas de ambos países, cuyos nombres no quedaron definidos ayer. Leo Mayer o Guido Pella, son los que más chances tienen en el equipo de Daniel Orsanic; mientras que Andreas Seppi o Fabio Fognini, se imponen entre los conducidos por Corrado Barazzutti.  

Berlocq salió a jugar el partido con plena conciencia de la dificultad extra que serían las condiciones climáticas que, estaba bastante cantado, iba a obligar a suspender el partido en varios momentos. La primera vez fue durante la primera manga, cuando Charly y Lorenzi estaban 4-4 –con un quiebre por lado–. Casi dos horas más tarde, se reanudó el trámite y con un nuevo quiebre en el noveno game, la primera raqueta italiana se terminó llevando el parcial 6-4. 

Corrían importantes ráfagas de viento, el polvo de ladrillo de la cancha del Parque Sarmiento, que los cancheros habían agregado en cantidad para intentar mejorar su estado tras las primeras lluvias, se le metía en los ojos a Berlocq. Pero parecía no importarle demasiado. El público lo alentaba y el sabía que debía poner todo lo que le quedaba para mantener con vida al equipo argentino.

Arrancó mal el segundo set, sufrió un quiebre en el tercer juego y si eso no fue una mala señal fue simplemente porque El Gladiador se recuperó inmediatamente y comenzó a jugar con el aliento del público y su garra copera, para terminar quebrando nuevamente al italiano en el décimo juego y así emparejar el marcador con otro 6-4. 

El tenis del argentino experimentó una enorme levantada en la tercera manga. Lorenzi pareció sentir un poco el cansancio y comenzó a fallar frente a la presión que le ejercía el chascomusense, quien soltaba cada vez más su derecha y conseguía mover al visitante obligándole a fallar. Así, con quiebres en el cuarto y sexto game, Charly terminó llevándose el parcial con un contundente 6-1. 

La Argentina parecía volver a tener vida en la serie. Sin embargo, Berlocq debió pagar el gran gasto físico que había realizado en la cuarta manga, que volvió a sufrir un parate por la lluvia cuando se encontraba 4-1 abajo. En la reanudación, Berlocq batalló pero no pudo impedir que Lorenzi emparejara el partido llevándose 6-3 el parcial.

“El Gladiador, el Gladiador”, coreaba el público –tras ocho horas de partido y tiempo muerto por los parates– que aguantaba estoico la parada para darle a Berlocq todo el apoyo que necesitaba para acompañar su juego, que iba otra vez en aumento y daba muestras de solidez. Había fiesta en las tribunas, y en la pista el argentino encontraba golpes ganadores y no le daba respiro al visitante. Así consiguió un quiebre en el cuarto juego, que tras confirmar su servicio le permitió sacar una ventaja de 4-1. “¡Y pegue, y pegue, y pegue Charly, pegue!”, le pedían los hinchas. Y Charly se quedó a las puertas de nuevo quiebre cuando, Lorenzi se fue ancho en una devolución, el juez de línea la cantó afuera pero tras el reclamo de los visitantes el juez de silla terminó fallando a favor del italiano que –tras una ardua discusión entre Orsanic, Berlocq y el árbitro general de la serie, el suizo Andreas Egli– luego iba a terminar salvando su servicio. 

Pero Berlocq, en comunión con el público y sus compañeros de equipo, que lo alentaban sin parar, no parecía dispuesto a desperdiciar su esfuerzo en el último tramo del partido, donde había logrado desplegar su mejor tenis. Con el marcador 5-3, El Gladiador sacó para partido, y mucho más que eso: para dejar a la argentina 2-2 en la serie y nuevamente con chances de seguir avanzando en la Copa. No lo logró sin sufrimiento, porque tuvo que remontar un 15-40. Y lo terminó definiendo con el corazón y una derecha tremenda que obligó a Lorenzi a fallar en la devolución.

“Estoy muy, muy emocionado, más allá del resultado poder tener salud para venir y luchar cada punto para mí es lo máximo. Vivir esto, tener un equipo atrás que me banca, que me apoya; tener a mis compañeros alentándome, a mi familia, para mí eso es mucho más que un buen resultado. Si perdía yo iba a estar orgulloso, pero por suerte se ganó”, comento Berlocq tras la victoria. Luego le agradeció el apoyo al público: “a la hinchada número uno del mundo, la mejor hinchada del mundo, lejos. Todos los integrantes del equipo valoramos muchísimo el aguante”, sentenció El Gladiador antes de exigirle entre risas a Martín Jaite, ex capitán de Copa Davis y director del ATP de Buenos Aires –que se jugará la semana próxima en el Lawn Tennis– una invitación (wild card) para ingresar al cuadro principal que, por supuesto, le fue otorgada ahí mismo y por TV, como no podía ser de otra manera, sobre todo después de su gran gesta copera.

Alejandro Leiva
Orsanic y Berlocq, tapándose de la lluvia.