Desde Paraná

Zakiya Hooker y Ollan Chris­topher Bell cantan “Come Together”, de Lennon-McCartney. Cantan juntos, sonríen, agitan los brazos. Juntos cierran los ojos como quien busca hacia adentro lo que está sonando ahí. Juntos los abren para ver delante de ellos al público que bate palmas, canta y baila. Detrás, la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos los envuelve con el suntuoso arreglo que para la ocasión hizo Popi Spatocco, que dirige desde el piano. Es el momento final del Encuentro de Jazz de Paraná, el evento que terminó el sábado y que durante tres fines de semana congregó en la capital entrerriana a una notable cantidad de público. Con entrada gratuita, entre talleres, charlas y conciertos el Encuentro ofreció un panorama de los cruces posibles entre músicas y sentidos en nombre del jazz, entendido más como espíritu que como materia. 

El concierto de cierre del Encuentro fue otro buen ejemplo de esa idea. Las raíces de Hooker        –hija del legendario blusero Jonny Lee Hooker– y de Bell están en esas formas de la música negra que desde la tradición del blues señalaron el soul y R&B. El cruce con una orquesta sinfónica representaba en este sentido un desafío interesante, para unos y otros. Más allá del entusiasmo que la presencia de los cantantes generó en un público muy variado que colmó el auditorio principal del Centro Provincial de Convenciones, lo realizado ofreció momentos musicalmente interesantes, en los que se pudo escuchar la representación sonora de ese abrazo.

Apoyado en el cuarteto base integrado por Ricardo Canepa en bajo, Matías Furió en batería, Pablo De Luca en guitarra y él mismo en piano, Spatocco articuló los arreglos para Hooker y Bell tomando de la orquesta sus posibilidades tímbricas, sin dejar de usar con sentido de la oportunidad algunos gestos rítmicos que equilibraban las relaciones con los solistas. “Esta canción nació en Chicago en 1973. Es muy vieja, pero todavía amo cantarla”, dijo Ollan Bell y comenzó “Heaven Right There on Earth”. De ese lugar y ese tiempo llegan las canciones del repertorio de Bell, que enseguida, con oficio y encanto, ofreció, entre otros, “Me and Mrs Jones”, otro viejo tema que últimamente reflotó Michael Bublé. 

El mismo Bell presentó a Zakiya Hooker, además su esposa, que fue recibida con una ovación. “Protect Me from the Blues”, “Drowing” y “Funny but Still Love You” (que también sabía cantar Ray Charles), fueron algunos de los buenos momentos que armaron orquesta y cantante, con intercambio de solos y correspondencias varias. A eso se sumó una versión de “Desconfío”. Con su estilo sobrio, algo nocturno, la blusera cantó el clásico de Pappo en lengua original, y fue notable ver cómo algunos músicos de la orquesta movían los labios siguiendo la melodía, masticando por lo bajo las palabras de una canción que acaso sentían propia. También eso tiene que ver con los cruces y las relaciones, que evidentemente pueden estar en los pliegues menos esperados. 

La última noche del Encuentro en el Centro Provincial de Convenciones de Paraná había comenzado antes. Cuando caía la tarde y se abrían los nubarrones de un día de lluvia, en la entrada del gran edificio colgado de las barrancas que miran al río, un septeto integrado por músicos de la Banda de Policía de Entre Ríos recibía al público con buenas versiones de jazz tipo Nueva Orleans. Fue el oportuno preludio para una noche que en el auditorio principal inició enseguida con el trío Aura! y la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos. Spatocco en piano, además de arreglos y dirección, Canepa en contrabajo y Furió con un set de percusión más cercano a la música latinoamericana, desplegaron un repertorio de música en gran parte propia y lograron una relación más directa con la orquesta. Las dinámicas del encuentro ofrecieron en esta parte otra mirada posible entorno a las relaciones entre  dispositivos musicales de naturaleza diversa. En los arreglos de Spatocco, la orquesta fue un instrumento rico y versátil, con identidad propia. Más que secundar al trío, lo incitaba al diálogo. La versión de la “Chacarera del 55”, clásico de los Hermanos Núñez, “Yendo de la cama al living”, de Charly García, y temas de Spatocco como la vidala “Nuestra primavera” o el joropo “Maraca y vó” (con un solo magistral de Canepa) resultaron ser muestras atractivas de esa idea de cruce entre estilos y naturalezas, ese inagotable work in progress del que cada tanto sale algo nuevo.

Esa energía del jazz que tiene que ver con la búsqueda marcó lo que no por casualidad prefirió llamarse “encuentro” antes que “festival”. Fue así desde el primer día, cuando la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos, bajo la batuta de su director artístico Luis Gorelik, recibió a Adrián Iaies, Roxana Amed, Hugo Fattoruso y el quinteto Barrio Sur. También en la continuidad, con los artistas que llegaron a Paraná para hacer su música y también para hablar de ella. El de Paraná es un encuentro nuevo en el panorama del jazz nacional. Y propone ideas distintas. Tiene como anfitrión a una orquesta sinfónica y pone énfasis en la búsqueda de nuevos repertorios, que es la búsqueda de nuevos auditorios. Nace en la coyuntura de la cultura musical de estos tiempos y encuentra patrocinadores convencidos. Como decía satisfecho después del concierto Juan Domingo Orabona, presidente del  Instituto del Seguro de Paraná, que impulsó la iniciativa como parte de las celebraciones por los setenta años del ente autárquico: “Apostar a la cultura es lo más seguro”.