El gobierno de Bélgica pidió perdón por secuestrar y maltratar a miles de niños nacidos en el Congo, Burundi y Ruanda durante los años 40 y 50 del siglo pasado. Se cree que unos 20.000 chicos, hijos de colonizadores belgas y mujeres negras, fueron secuestrados sistemáticamente y enviados a Bélgica por orden de las autoridades de ese país y terminaron en orfanatos o con familias adoptivas. En gran parte de los casos, organizaciones de la iglesia católica participaron como intermediarias.

El primer ministro belga, Charles Michel, pidió perdón ante el parlamento federal por violar los derechos humanos de los niños, quienes más tarde no recibieron la nacionalidad belga y crecieron como ciudadanos apátridas. En su discurso, Michel dijo que la disculpa "significa un paso adelante en la conciencia y reconocimiento de esta parte de nuestra historia".

El año pasado el parlamento de Bélgica aprobó una resolución para ayudar a rastrear a las familias de origen y otorgarles la nacionalidad a todos los damnificados.

Se calcula que durante el período colonial en lo que era el Congo Belga fueron asesinadas entre diez y quince millones de personas. La República Democrática del Congo fue colonia de Bélgica desde 1906 hasta 1960, cuando se independizó. Burundi y Ruanda estuvieron bajo el mando belga hasta principios de los años 60 del siglo pasado.

“En nombre del Gobierno federal, me disculpo con los metis del período de la colonización belga y con sus familias por las injusticias y el sufrimiento por los que pasaron”

Durante esos años Bélgica separó por la fuerza a los niños llamados “metis”, considerados mestizos por ser hijos de colonos blancos y las pobladoras locales negras. “En nombre del Gobierno federal reconozco la segregación dirigida y la política de secuestros forzados de los metis durante el régimen colonial sobre el Congo belga y Ruanda-Urundi”, dijo Michel usando los nombres con los que se conocía a los países afectados durante la era colonial.

“En nombre del Gobierno federal, me disculpo con los metis del período de la colonización belga y con sus familias por las injusticias y el sufrimiento por los que pasaron”, dijo ante el Parlamento. La disculpa del primer ministro representa la primera vez que Bélgica asume la responsabilidad histórica por el daño causado en las sociedades de África central.

El pedido de perdón de Bélgica llegó luego de un informe publicado por el Grupo de Trabajo de Expertos de las Naciones Unidas sobre los Afrodescendientes. “Instamos al gobierno a emitir una disculpa por las atrocidades cometidas durante la colonización”, pidieron desde la comisión.

El informe sostiene que “hay pruebas claras de que la discriminación racial es endémica en las instituciones de Bélgica”. “Las causas fundamentales de las violaciones actuales de los derechos humanos se encuentran en la falta de reconocimiento del verdadero alcance de la violencia y la injusticia de la colonización”, sostiene el documento.