El miércoles 27 de marzo, el Consejo Directivo del INTA decidió, de manera inconsulta, al decir de los trabajadores del organismo, la reorganización de algunas de sus estructuras. Con un discurso basado en la eficiencia y el mejor aprovechamiento de los recursos, resolvió desmembrar el CIPAF (Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar). 

Trabajadores y directivos de los programas para la agricultura familiar hablaron con este diario sobre lo que definen como un “descabezamiento, una desvalorización de nuestro trabajo y un golpe terrible para el desarrollo de los pequeños productores”. Pidieron no ser identificados, ya que temen represalias. 

“Los centros de investigación fueron creados en 2005. Al principio fueron tres (NEA, NOA y Pampeana) y en el 2009 o 2010 fueron creados los otros dos, Patagonia y Cuyo. Uno de los fundamentos para estos centros fue la consideración de que la agricultura familiar es la de mayor proporción en el país (en el 2005 era el 66 por ciento de las unidades productivas del país)”, cuenta una autoridad del CIPAF. “El objetivo era recuperar al productor y llevarlo al rol de sujeto económico. Se ve que ahora los objetivos cambiaron”.

Una ingeniera agrónoma explica: “La misión original del CIPAF es generar equipos y tecnología apropiada para la agricultura familiar, para la producción, la comercialización, promover el asociativismo para fortalecerlo como sujeto económico para el mercado interno y para el externo”.

“Los institutos ya están en las regiones. Trabajamos personalmente con los productores. Somos investigadores situados (estamos en el territorio) y articulamos tareas con otros investigadores. Es una falacia que las decisiones se tomen desde Buenos Aires, como dice ahora la conducción del INTA”, se indigna una de las directoras. La referencia es a un tramo de la reunión del Concejo Directivo: “Queremos trasladar las decisiones al territorio”, afirmó Juan Balbín, presidente del Concejo, y agregó: “Hoy las decisiones se toman desde Buenos Aires y nosotros queremos estar mucho más cerca del productor y de los agricultores familiares”. 

Los trabajadores lo acusan de disfrazar con un discurso progresista el desmantelamiento de los equipos de trabajo. “Lo que hacen es desvalorizarnos y desarmar un trabajo que tiene años de desarrollo. Nosotros tenemos una mirada macro regional, que fuimos construyendo a partir del trabajo conjunto con los productores, viendo qué faltaba, cómo mejorar sus condiciones de vida, apoyando su respeto por la biodiversidad y desarrollando su potencial. Todo eso se desarma con estas medidas”, explica una trabajadora y se emociona al contar: “Recibimos en estos días el reconocimiento y el apoyo de innumerables productores, que reconocen nuestro trabajo y sienten que los CIPAF son suyos”. Y concluye: “Es cierto que no van a echar a nadie. Pero destruyen la esencia de nuestro trabajo al no permitirnos desarrollar seriamente el apoyo a la agricultura familiar para que tenga el lugar que se merece en la producción de alimentos de calidad para todos”.

Los directores de los institutos destacan que la resolución fue tomada de manera inconsulta. E insisten en que si realmente el objetivo es mejorar y fortalecer el trabajo para el fortalecimiento de las producciones regionales “lo mejor era preguntarnos a nosotros, que estamos en pleno trabajo, cómo se podía mejorar y qué hacía falta. Y no decidir, desde Buenos Aires y sin preguntarles a los productores y trabajadores”.

El miércoles 3,hubo un abrazo al que adhirieron todas las organizaciones sindicales que están representadas en el INTA y políticos de la oposición, entre ellos el presidente del Concejo Deliberante de Hurlingham, Martín Rodríguez Alberti, y Ariel Basteiro, de la CTA).

“Todos los ministros de Producción del país (con excepción del de Buenos Aires) votaron en contra de la reestructuración del INTA, porque al cerrar agencias de extensión de afecta a todo el país”, se entusiasmó una de las ingenieras agrónomas del CIPAF. El plan oficial del gobierno es que tres de los cinco centros de investigación sean cerrados y que 25 agencias pasen a depender de Estaciones Experimentales, lo cual afecta su autonomía y su presupuesto (como la degradación del ministerio de Salud en secretaría). 

“Estamos organizando para el 8 una gran marcha de la que participarán compañeros de todo el país. Y la presidenta de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Diputados, la sanjuanina Sandra Daniela Castro, convocó a las autoridades del INTA a una reunión informativa sobre la situación del instituto”, cerró una de las directoras.