El riesgo país anotó ayer un nuevo salto. Subió 26 unidades hasta los 809 puntos básicos y se ubicó cerca del récord de 822 puntos alcanzado el 24 de diciembre último. La Argentina ya tiene un indicador de riesgo de default cuatro veces más elevado que países como Uruguay, Chile y Brasil. Los inversores internacionales y locales se desprenden de los bonos argentinos. Los títulos públicos anotaron pérdidas de hasta 2 por ciento en la jornada y algunos ya cotizan al 70 por ciento de la paridad. La deuda local rinde más del 12 por ciento en dólares, cuando la de Estados Unidos rinde menos del 3. En palabras simples, los inversores que compran bonos argentinos piden una ganancia alta porque saben que la probabilidad de impago es elevada.

El programa monetario y cambiario, que convive con la apertura de capitales y la falta de regulación financiera, no convence al mercado. La falta de sustentabilidad de la estrategia macro volvió a despertar incertidumbre entre los inversores. Se registró una nueva ola de ventas de títulos públicos en los primeros días de abril. La tendencia de desprenderse de activos locales había comenzado en marzo, con la caída de las acciones. El mes pasado hubo bancos con pérdida de más del 30 por ciento en moneda dura. Ahora llegó el turno de los bonos en dólares del sector público.

Los títulos de mediano y largo plazo fueron los que más bajaron en el comienzo de esta semana. Los bonos que vencen en 2024 anotaron ayer una caída del 1,0 por ciento, mientras que lo que vencen en 2033 bajaron 1,6 por ciento, lo de 2037 (-1,8 por ciento) y los Centenario (-2,1). 

El Discount 2033 en moneda extranjera es uno de los títulos públicos con la mayor liquidez del mercado. Su precio refleja el nerviosismo de los fondos del extranjero y los inversores locales. La plancha cerró a 100 dólares, cuando su paridad es de 144 dólares. Esto implica que el valor de mercado de este título es del 70 por ciento en relación con lo que Argentina promete pagar al momento de su vencimiento. La explicación para este comportamiento es defensiva: la posibilidad de que el sector público no cumpla la promesa de pago es alta. Los inversores que no quieren especular prefieren venderlo ahora con un precio bajo y no arriesgarse a que el valor se derrumbe si la economía argentina ingresa en una situación de impago de la deuda.

El gobierno de Macri no consigue despertar confianza en el mundo desde que comenzó la corrida cambiaria en abril del año pasado. En ese momento el riesgo país era menor a 400 puntos, una cifra que se duplicó en el último año. Esta situación es un problema local. En el resto de los países de la región, con la excepción de Venezuela, el indicador elaborado por el JP Morgan se mantuvo en niveles moderados. El riesgo país de Brasil es de 250 unidades, el de Colombia de 182 puntos, el de Perú de 98, el de Uruguay de 169 y en Ecuador, otro país castigado por los mercados, es de 562. Incluso otros países no desarrollados como Egipto y Turquía tienen un riesgo país inferior a los 500 puntos, pese a registrar fuertes devaluaciones e intensos conflictos políticos.

En tanto, el dólar cerró ayer a 44,83 pesos y, pese al aumento de la incertidumbre financiera con los bonos, anotó una baja de 20 centavos. El Banco Central ofreció una tasa de 67,17 por ciento (contra el 67,37 por ciento del viernes) y renovó 197.763 millones de pesos. El tipo de cambio mayorista también marcó un descenso de 0,5 por ciento (23 centavos) y finalizó en 43,70 pesos. El dólar con el que operan los bancos y los grandes inversores registró cierta moderación, tras haber anotado a fines de la semana pasada un nuevo record de cotización de 43,93 pesos. 

La divisa se ubica cerca del centro de la banda cambiaria y en los mercados de futuros adelantan que habrá nuevas rondas de devaluación. La cotización para principio de 2020 ya se opera por encima de 60 pesos y en el mercado aseguran que podría aumentar si los datos de inflación de abril vuelven a superar las previsiones de precios. Las reservas internacionales terminaron en 66.659 millones de dólares y marcaron un avance de 38 millones de dólares.