“Me agobia que la Justicia esté divorciada de la Constitución, me agobia que Comodoro Py se haya transformado en una especie de monstruo autónomo, que está separado de la ingeniería institucional, que tiene fines propios, reglas propias, que tiene un código propio”, afirmó ayer el fiscal federal Federico Delgado para explicar su futura renuncia al cargo. El representante del Ministerio Público Fiscal consideró que la investigación por extorsiones y espionaje ilegal que involucra al fiscal Carlos Stornelli y al juez Claudio Bonadio “va a golpear a todo el mecanismo de funcionamiento de la justicia federal” porque “el caso D’Alessio es la punta de un tremendo iceberg que expresa la contaminación de todo nuestro sistema”, y lamentó “la indiferencia como mínimo de las autoridades que han sido electas para mejorar y diseñar el aparato judicial”.

“Me parece que el ciclo mío como fiscal de primera instancia se terminó”, explicó Delgado en diálogo con la AM750. “Me encantaría seguir ayudando a la institución desde otro lugar, construyendo otras cosas, trabajando sobre mi experiencia”, agregó, y consideró que “tantos años agobian un poco” porque “trabajar en el fuero federal como fiscal es como trabajar en un circo de trapecistas y sin red”. Consultado sobre si lo agobiaba por ejemplo la negativa de Stornelli a presentarse a las indagatorias ante el juez federal Alejo Ramos Padilla, Delgado explicó que lo agobia “en general el funcionamiento de una justicia que está totalmente divorciada de la sociedad civil a la que se debe”. “Me parece que, si hay juego limpio, es la obligación de todo ciudadano ir”, respondió cuando le preguntaron si concurriría a una citación judicial. En el caso puntual del fiscal que trabajaba en tándem con el falso abogado Marcelo D’Alessio “hay una causa penal formalmente iniciada, hay un juez serio que está trabajando, y después en la decisión de él y su abogado no me quiero meter”, dijo.

“Esta suerte de empresa integrada por servicios de inteligencia, abogados, algunos judiciales, empresarios, políticos, que trabaja en derredor y envuelve al sistema judicial, a veces vendiendo humo, a veces creando el problema y vendiendo la solución, pero en cualquier caso mercantilizando los conflictos no sólo va a golpear la causa de los cuadernos, va a golpear  a todo el mecanismo de funcionamiento de la justicia federal”, advirtió Delgado. “Me parece que el caso D’Alessio es la punta de un tremendo iceberg que expresa la contaminación de todo nuestro sistema”, que ese “es el gran problema que de verdad tenemos en la Argentina y que cuenta con la indiferencia como mínimo de las autoridades que han sido electas para mejorar y diseñar el aparato judicial”, completó.