Mañana se pronunciarán los alegatos en el juicio oral por la muerte de Ariel Cannizzo, de 33 años, causa en la que están imputados cuatro policías de la Comisaría Tercera de Berisso que el 21 de octubre lo detuvieron en su domicilio --sin orden de allanamiento--, luego lo golpearon y subieron ensangrentado a un patrullero. El joven falleció al día siguiente. El caso llegó a juicio como "apremios ilegales", pero en el debate se cambió la carátula a "homicidio agravado", por pedido de la querella y la Fiscalía, confirmó a Página|12 Verónica Bogliano, abogada de la familia de la víctima. El juicio está a cargo del Tribunal Oral 1 de La Plata y los imputados son el ex capitán Ricardo de La Canal, los tenientes Roberto Percuoco y Ernesto Conti, y el oficial principal José Antonio Cácere. La parte querellante argumentó que la golpiza recibida, durante la detención y en la Comisaría Tercera, le provocó a Cannizzo "una contusión cerebral, traumatismos y hemorragias internas" que causaron la muerte. 

La familia, con el respaldo de la Asociación Miguel Bru, denunció que a lo largo de la investigación judicial se produjeron "irregularidades que demoraron la llegada a juicio y que llevaron --en principio-- a la calificación del hecho como 'apremios ilegales', una vieja y conocida estrategia del Poder Judicial para garantizar la impunidad" en los casos de violencia institucional. En el juicio declaró Mónica Yllescas, la mamá de Ariel, quien sostuvo que su hijo venía sufriendo "hostigamiento por parte de los policías imputados, incluso a través de una causa armada por la que  estuvo detenido cuatro años, hasta que fue absuelto". El día en el que el joven murió en la Comisaría Cuarta, la llamaron por teléfono para preguntarle si su hijo sufría "algún problema de salud". La mujer no había salido de su sorpresa por la pregunta, cuando le dijeron que había muerto en una celda de la seccional cuarta. 

La mujer también dijo que en los días previos al comienzo del juicio, que empezó el 20 de marzo, ella y su familia se sintieron inseguros, porque la Comisaría Tercera está a sólo a tres cuadras de su casa. Denunció que una tarde, mientras su nieto jugaba en la esquina, fue apuntado con un arma desde el interior de un patrullero. En la apertura del juicio también declaró el perito Omar Ledesma, quien cuestionó la primera autopsia realizada sobre el cuerpo de Ariel. Precisó que en ese estudio "no se cumplió con el Protocolo de Estambul", un manual de investigación que debe seguirse en casos de tortura y tratamientos crueles o inhumanos.

Ledesma, perito de parte, aseguró que "lo más llamativo es que no se mandó a analizar una zona clave que explicaría el deceso, la laringe, porque Ariel tenía un hematoma importante en la garganta que le pudo producir el síndrome asfíctico por el que luego falleció". El perito afirmó que la muerte fue por "síndrome asfíctico subagudo, lo que responde a una asfixia lenta, casi tortuosa". Además, en el cuerpo tenía "rastros de diazepam, una droga que sin duda colaboró con su muerte".

En la mañana del 21 de octubre de 2011, los cuatro policías imputados entraron violentamente, a la casa de Ariel Cannizzo, lo golpearon y lo sacaron "a la rastra y ensangrentado", según testimoniaron los vecinos. En la seccional tercera se supone que continuaron los golpes y recién por la tarde lo llevaron a Reconocimiento Médico. Según los médicos policiales, el joven "se negó a ser atendido".  

Ariel fue llevado a la Cuarta, donde pudo verlo su hermano Damián, quien comprobó que estaba golpeado, "lleno de marcas y moretones, mal y descompuesto". Damián declaró que Ariel le dijo: "Avisale a mamá que mañana, que es sábado, hay visitas. Que venga". Esa fue la última vez que alguien de su familia lo vio con vida. 

En octubre de 2016 la causa llegó a juicio en el Juzgado Correccional 1 de La Plata por "apremios" y el fiscal Marcelo Romero pidió el sobreseimiento de los cuatro acusados. La medida fue apelada por la Asociación Miguel Bru y recién ahora se llegó a juicio. En la última audiencia, en la etapa de prueba, la Fiscalía y la querellante Verónica Bogliano pidieron la ampliación de la acusación contra los policías por "homicidio agravado" y los integrantes del tribunal aceptaron la solicitud.