Nuestro país atraviesa los meses previos a la última etapa del proceso electoral. Por el momento existen más dudas que certezas con respecto a candidatos, partidos y frentes electorales que puedan ser parte de la próxima contienda. El 22 de junio vencerá el plazo para presentar la lista de precandidatos a las PASO. Mientras tanto, la Argentina atraviesa este tramo con lógicas incertidumbres y amenazas concretas de significativas turbulencias.

La crisis desatada un año atrás, a partir de la primera corrida cambiaria, decantó en alta inflación que sumada al aumento constante y sistemático de las tarifas, impactó fuertemente en la mayor parte de los argentinos.

La preocupación por la marcha de la economía creció mes tras mes hasta llegar a convertirse en insatisfacción y en bronca acumulada.

Cuando faltan apenas algo más de cuatro meses para las primarias, se vive un clima de época electoral caracterizado por la crisis económica. Y cuando un clima de época se instala con tanta nitidez es difícil correrlo del centro de la escena.

En esta última encuesta un conjunto de indicadores claves a nivel electoral revelan de manera elocuente las dificultades que debe superar la actual gestión: la economía como principal insatisfacción de los argentinos, la percepción que la plata que se gana no alcanza, la recesión que agobia, las tarifas que se perciben impagables. Y para colmo de males, cuando faltan tan solo cuatro meses para las primarias, las expectativas de mejoras económicas son paupérrimas.

El enojo de los que no votaron a Cambiemos y la desilusión de muchos que los eligieron, se va acrecentando para enrarecer aún más el clima electoral imperante.

Y en este contexto, ni la marca Cambiemos ni Mauricio Macri logran contener el enojo que, hasta el momento, se traduce en pérdida de votos. Incluso, hasta 1 de 4 votantes propios de Cambiemos están en riesgo: si la economía no mejora pueden llegar a poner en duda su intención de voto a cambiemos.

Al mes de abril se percibe una realidad impensada a fin de 2018: CFK crece mes tras mes en popularidad, en intención de voto y la tan temida imagen negativa, que expresa de manera directa el techo de un candidato, ha bajado significativamente.

Y el clima de época también se expresa en una pregunta: ¿quién cree que finalmente terminará ganando esta elección? Y aquí nuevamente Cristina se impone: 33,5 a 28,9 por ciento de Mauricio Macri.

Pasarán muchas cosas en muy poco tiempo. La economía seguirá siendo protagonista y sustancial desafío para la actual gestión. El riesgo está planteado: si la economía no mejora, si el oficialismo no logra mejorar la economía, el clima de época puede transformarse en una sensación de fin de ciclo. Y entonces sí, la cuesta para Cambiemos se tornará muy difícil de remontar.