“Existieron abusos”, confirmó la justicia penal platense, que ordenó las detenciones de dos sacerdotes y un empleado del Instituto Próvolo de La Plata por el avance de la causa que investiga abusos sexuales cometidos contra chicos hipoacúsicos que eran alumnos en ese internado. Las órdenes de detención fueron libradas a nombre de Nicolás Corradi, un el cura italiano que ya se encuentra detenido en Mendoza por abusos cometidos en el Provolo de la provincia, su colega Eliseo José Pirmati –quien vive en un asilo eclesiástico de Italia, por lo que la Justicia pedirá su extradición-- y un empleado, cuyo nombre no trascendió. Sobre los tres pesan acusaciones de abuso contra niños a quienes, además, debían cuidar. Según estableció la investigación, los episodios ocurrían los sábados, “día en que disminuía el número de alumnos internados y sólo quedaban los que no tenían familia”.

Las víctimas, a la fecha de los delitos, no sólo eran menores de edad, sino incapaces en razón de su condición de sordomudos, lo que los convertía en niños indefensos, algunos de ellos sin familia contenedora”, señaló la resolución judicial.

Las detenciones fueron ordenadas por el juez de Garantía de La Plata Jorge Moya Panisello, a pedido de la fiscal Cecilia Corfield, en función de que las penas que podrían caber a los tres hombres son elevadas y de las características propias de los delitos “en torno a la edad de las víctimas y la extrema, sistemática e inusitada violencia desplegada para su comisión, que nada la distingue de la aplicación de tormentos e imposición de torturas”. La disposición, en la que el juez Moya Panisello consideró acreditado que “existieron abusos en Provolo La Plata”, también valoró “la pluralidad de intervinientes, que refleja un particular disvalor de acción”

Corradi, que, según recordó el fallo, “fue la máxima autoridad del Instituto desde 1970 a 1997”, está acusado de abuso sexual simple agravado por ser cura y porque estaba “encargado de la guarda por el grave daño en la salud de la víctima y reiterado cuando menos en tres hechos” y también por “abuso sexual con acceso carnal agravado reiterado por lo menos en cinco hechos en su calidad de partícipe necesario".

El empleado, que trabajaba en contacto con los niños, está imputado por “abuso sexual simple agravado por su condición de guardador o educador; abuso sexual con acceso carnal en cinco hechos y corrupción de menores". El otro sacerdote, Pirmati, por su parte, está acusado de al menos tres episodios de abuso sexual agravado por su condición de cura, exhibiciones obscenas y promoción de facilitación de la corrupción de menores agravada.

La investigación por el Provolo de La Plata comenzó a fines de 2016, luego de que trascendiera que Mendoza Corradi y su colega Horacio Corbacho, detenidos en Mendoza  acusados de abusar sexualmente de chicos internados en el lugar, se habían desempeñado también en el establecimiento bonaerense.