El rencor, un sentimiento de enojo profundo y de insaciable sed de venganza, es lo que une a los personajes de Julieta Zylberberg y Paola Barrientos en el tercer capítulo de Otros pecados, el unitario de Pol--Ka producido por el Trece, TNT y Cablevisión Flow. Se trata de diez episodios autoconcluyentes escritos por Mariano Pensotti, Mariano Tenconi, Patricio Vega, Carolina Aguirre, Leandro Calderone y Alejandro Ocón con una historia y elenco diferentes en cada capítulo, conectados por una temática en común: los otros pecados, los nuevos, los no contenidos en la tradición religiosa.

El episodio "La Caldera" protagonizado por Paola Barrientos, Rafael Ferro y Julieta Zylberberg será emitido este jueves a las 22.30 por TNT, mientras que, la temporada completa ya se encuentra disponible en la plataforma de Cablevisión Flow. Allí Constanza (Paola Barrientos) y Tamara (Julieta Zylberberg) experimentan el sentimiento de rencor que encuentra su arraigo en distintas experiencias. "El personaje de Tamara está muy bueno porque es un lobo disfrazado de cordero. Creo que lo caracteriza más la envidia, un sentimiento mal elaborado y depositado. Es un personaje que le arruina la vida al otro, pero en silencio", detalla Zylberberg en diálogo con PáginaI12.

En tiempos de importación de contenidos televisivos, la actriz celebra la aparición de este tipo de proyectos: "Por desgracia, la producción nacional no es tan común en estos tiempos. Yo me considero bendecida por tener trabajo. Recuerdo de tener todo un año cubierto de trabajo. Y eso ya no me pasa. Está todo muy difícil y se hacen muy pocas cosas. Por eso yo lo tomo como casi un milagro".

En Otros pecados, los distintos personajes aquejados por males como los celos, la culpa, la paranoia, la terquedad, la soberbia, el egoísmo deben atravesar situaciones límite y enfrentarse a distintos dilemas que pueden llevarlos a destruir sus vidas, sus carreras y sus vínculos.

--¿Empatizaste en algún aspecto con el sentimiento de tu personaje o con el de Paola?

--Yo por suerte estoy libre de ese pecado. La verdad, no soy muy rencorosa: siento que es una pérdida de tiempo y de vida. Hay muchas cosas que sirven para sufrir y sirven para otras cosas también porque a veces el sufrimiento genera o construye algo. Pero en este caso siento que son sentimientos que no construyen nada y sólo son destructivos. Todos tenemos un poco de estos sentimientos, sólo que se van regulando porque son muy dañinos para uno, en este caso también dañinos para con el otro, pero principalmente son lo que te arruinan la vida a vos mismo.

--¿Creés que hay ciertos sentimientos como la envidia, el despecho o el rencor que en las ficciones se asocian más a las mujeres como parte de un pensamiento machista?

--Vivimos en un mundo construido de esa manera y estructurado siempre desde esa visión, entonces hay muchas cosas que están teñidas de eso. Igual creo que es un momento importante, que todo se está empezando a desdibujar y a cambiar sus formas. Pero eso tiene capas muy profundas. Es como todo proceso histórico de cambio de paradigma. Todos los cambios llevan un montón de tiempo. Igual siento que los cambios se ven en algunos grupos, pero te corrés un poco más y todavía hay mucho por remover. Tengo alrededor un montón de niños y adolescentes que ya son distintos a lo que era mi generación. Ahí si veo un cambio concreto. Pero también siento que hay cosas que están inamovibles.

--¿Por ejemplo?

--Hay algo en las ficciones que tiene que ver con una tiranía muy grande sobre la mujer. Hay una demanda estética femenina y no así masculina. Siempre las mujeres en la tele están como muy sobrecargadas o muy maquilladas. Se les exige mantener una vara que es muy injusta y desigual. Y eso me parece absolutamente instalado como algo de otro momento que hay que desterrar.

 

Entrevista: Josefina Frega.