Mediante un desliz durante un breve acto que realizó en Vaca Muerta, Mauricio Macri reconoció hoy que el verdadero objetivo de las negociaciones con un sector de la oposición es poder "decirle al mundo" que van a continuar las políticas de ajuste que viene llevando adelante hace 3 años y medio. "Yo los he invitado a todos, nos hemos autoinvitado entre muchos, a que firmemos de vuelta consensos sobre las cosas básicas. Esas herramientas que me permitan decirle al mundo que esto que hemos empezado va a continuar", aseguró el Presidente, sin terminar de ponerse de acuerdo sobre si usar la primera persona del singular o el plural. Tampoco aclaró que ese "todos" no incluye ni a la principal precandidata de la oposición, Cristina Fernández de Kirchner, ni a otros dirigentes como el economista Roberto Lavagna, quien salió explícitamente a rechazarlo, o a los partidos políticos de izquierda.

Luego de que se filtraran las tratativas entre el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y dirigentes como Miguel Pichetto, Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey, Macri aprovechó la inauguración de un oleoducto en Neuquén para defender la iniciativa y reclamarle "generosidad" a la dirigencia. "Hace falta también generosidad porque lo importante no somos los dirigentes políticos, son los argentinos. Es un momento de tener generosidad y sentarse alrededor de una mesa para llevar tranquilidad, llevar futuro a la casa de todos los argentinos", insistió.

Sin entrar en detalles, el Presidente retomó el libreto de campaña sobre los supuestos problemas que le provoca al país la "incertidumbre electoral". "Una vez más, ante tantas dudas que tiene le mundo acerca de si vamos a volver atrás o vamos a ir hacia el futuro, si vamos a continuar por este camino, yo los he invitado a todos, nos hemos autoinvitado entre muchos, a que firmemos de vuelta acuerdos y consensos sobre las cosas básicas, elementales que vamos a respetar y que todos nuestros los países que nos rodean ya lo han hecho hace rato", expresó.

La frase también dejó en evidencia la autoría del Gobierno respecto de la iniciativa, más allá de que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, trató de quitarse de encima esa responsabilidad durante una entrevista radial: "esto surge de una conversación con dirigentes de la oposición. No es una idea del Gobierno ni de ellos, es una idea de responsabilidad política", dijo.

Acompañado por el gobernador del Movimiento Popular Neuquino, Omar Gutiérrez, Macri pintó un panorama maravilloso hacia adelante, mientras siguen cononciéndose cada vez más indicadores negativos de su gestión. En una versión macrista de la "campaña del miedo", prometió "25 años de crecimiento permanente" si no gana el kirchnerismo. "Este un año histórico, bisagra en la historia de nuestro país. Donde se define si tendremos 25 años de crecimiento permanente o volveremos a sumirnos en la oscuridad y la confrontación", aseguró y remató "Por eso es importante que tengamos esta generosidad de clarificar quienes somos los que queremos realmente apostar a ese futuro distinto".

Como cada vez que visita Vaca Muerta, Macri intentó mostrar como un logro propio el desarrollo producido por el mayor yacimiento de hidrocarburos no convencionales de latinoamerica, que comenzó a considerarse un activo estratégico para el desarrollo nacional a partir de la estatización de YPF, en 2012 y durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Una estatización que el PRO no acompañó en el Congreso.