La convocatoria a la oposición que hizo el Gobierno sigue de éxito en éxito. Luego de que se filtraran las negociaciones con un sector del peronismo, Roberto Lavagna había salido a tomar distancia del llamado oficial a firmar un acuerdo de diez puntos generales. Ayer se sumó Sergio Massa: dijo que la filtración por parte del Gobierno de las conversaciones no habla de una convocatoria seria y sostuvo que el Gobierno es terco y sigue por el mismo camino. Entre el viernes y el sábado, Macri habló con diversos dirigentes de la oposición, incluidos Lavagna y Massa, sin resultados tangibles. Mientras el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, no descartó un encuentro entre el Presidente y Cristina Fernández de Kirchner, el mismo Macri salió a atacar a su antecesora en un mensaje en Facebook en el que consideró que ella es el camino “fácil” (ver aparte).

La convocatoria del Gobierno a firmar un acuerdo con la oposición para tranquilizar a acreedores extranjeros y empresarios locales cada vez se parece más a un intento por echarles la culpa a los opositores por la crisis (si no firman el acuerdo, será responsabilidad de ellos la inestabilidad resultante). Es que no hay una agenda de encuentros, diálogos ni una convocatoria específica. Dista bastante del llamado que hizo Macri en 2017, cuando acababa de revalidar su gestión en las elecciones de medio término. Claro que en ese caso lo hizo desde una posición de fortaleza, que no parece tener hoy.

Los llamados de Macri a Massa, Lavagna, Miguel Angel Pichetto y Juan Manuel Urtubey llegaron después de que los diarios afines al oficialismo anunciaran en su tapa la convocatoria. No sorprende, entonces, que Lavagna haya salido casi al instante a rechazar el convite. “El consenso es escucha sincera, no marketing”, devolvió el ex ministro de Economía. Sin Lavagna y sin incluir a CFK, las opciones del oficialismo se comenzaron a reducir a mostrar una foto con Urtubey y Pichetto y, tal vez, con Massa. Un elenco reducido.

El Presidente habló con ellos entre viernes y sábado. Desde la Rosada dejaron trascender que las conversaciones fueron buenas. Massa decidió dar su propia versión, no tan benévola como la oficial. “El país está atravesando una gravísima crisis por el fracaso de Macri. No fracasamos los argentinos; fracasaron él y su gobierno”, comenzó la respuesta de Massa al llamado del Presidente.

“Macri eligió un mal camino, un camino equivocado; y, pese a la innegable realidad, desoye a quienes intentan ayudarlo e insiste con las mismas recetas. Es un Gobierno terco, que repite una y otra vez: ‘No hay otro camino, es por acá’, pero nosotros sabemos que hay otra manera de hacer las cosas”, insistió Massa, que recuerda que él fue el primero en pedirle a Macri que convoque a todos los sectores, incluyendo a los empresariales, sindicales y sociales. Advirtió que eso incluía a todas las fuerzas políticas (verbigracia: el kirchnerismo). “Suya es la mayoría, suya la responsabilidad”, le devolvió al Gobierno de un raquetazo.

“El jueves, el Gobierno filtró a los medios que estaría negociando una declaración conjunta con Urtubey, Pichetto y conmigo. No fue el anuncio de una negociación real y sincera, sino una nueva operación del Gobierno para distraer y dividir a la oposición. El diálogo no se hace a través de filtraciones de prensa; y los acuerdos no se construyen por WhatsApp”, cuestionó Massa. “Ha sido un mal comienzo. El Gobierno sigue generando desconfianza”, insistió. “El Gobierno no tiene ninguna voluntad de corregir el rumbo, solo quiere que nos hagamos cargo de su fracaso”, remarcó Massa, quien dijo que el listado de 10 puntos no es más que una suma de “buenas intenciones”. Massa sostuvo que si Macri no llama a un diálogo en serio y “si no actúa con la seriedad y el patriotismo que exige la situación”, intentarán hacerlo desde Alternativa Federal. 

El ministro Frigerio, uno de los impulsores del acuerdo, salió a defender la iniciativa: “Estamos abiertos a sumar a todos y a conversar sin ninguna precondición. No descarto para nada que pueda tener un encuentro con Cristina Kirchner”, afirmó el funcionario, que ayer participó junto con Horacio Rodríguez Larreta (otro de los impulsores) y el titular de la UCR, Alfredo Cornejo, de la presentación del libro de Martín Lousteau. El ex embajador en Washington había elogiado la iniciativa y criticó al “entorno de Macri” (léase: Marcos Peña). Frigerio también dijo que el diálogo con la oposición será manejado “a nivel parlamentario”: será la tarea del titular de la Cámara baja, Emilio Monzó, reunirse con Agustín Rossi, que ya consideró que el llamado es “un mamarracho”. Monzó no la tendrá fácil: ayer continuaron los ataques de Macri al kirchnerismo, en medio de este llamado al diálogo cuya suerte es un tanto incierta.