“Trabajamos en biología celular y molecular”, explicó Marina Simian, la doctora en ciencias biológicas, investigadora del Conicet y docente en la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) que decidió asistir al programa de Telefe ¿Quién quiere ser millonario? para obtener los fondos que precisa su laboratorio, donde está a cargo de cinco becarios. Simian y su equipo investigan, entre otras cosas, el desarrollo de “nuevos tratamientos para el cáncer de mama mediante el uso combinado de drogas tradicionales y nanotecnología”.

“Estamos bastante complicados con el tema presupuestario en ciencia y tecnología”, lamentó la científica en una entrevista radial en la que detalló que precisan al menos 15 mil dólares al año para comprar los reactivos necesarios en las investigaciones y financiar las publicaciones en revistas científicas internacionales. “Yo tengo un compromiso con mis becarios y yo les tengo que proveer lo que necesitan para poder trabajar”, afirmó.

El equipo de Simian está integrado por dos becarios que están realizando su doctorado, otros dos que están haciendo su posdoctorado y una técnica. “Vos te comprometés con tu becario, concursás junto con tu becario con tu proyecto para que él pueda hacer un doctorado que dura cinco años y una vez que tienen esa beca vos como director sos responsable de que ellos todos los días puedan trabajar”, manifestó la científica y aseguró que con los 500 mil pesos que ganó en el programa televisivo “salvé el año”.

Simian detalló que sus investigaciones están subsidiadas por el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (Foncyt), que depende de la Secretaría de Ciencia y Tecnología. Este subsidio, que concursó y ganó en 2016, lo recibe “a cuentagotas y no en los tiempos pactados”. “La investigación es cara porque necesitas un montón de reactivos y todos son importados”, explicó la científica. Asimismo, el laboratorio se vio afectado por la devaluación ya que “todo lo que compramos es en dólares”. “Además, tenemos el inconveniente de que comprar los reactivos en Argentina sale tres, cuatro veces más de lo que sale el mismo producto en el exterior”, señaló.