El gobernador Miguel Lifschitz calificó ayer de "desgraciado" el escape de nueve reclusos que se registrara en la autopista a Santa Fe, a la altura de Granadero Baigorria, cuando eran trasladados en un vehículo del Servicio Penitenciario a la cárcel de Coronda, y aseguró que se intenta esclarecer si hubo complicidad de parte del personal a cargo de la custodia. "Se está investigando si es que hubo una responsabilidad por acción u omisión de los agentes del Servicio Penitenciario, responsable de esos traslados", aseguró el mandatario provincial. "Esto me lleva a la reflexión de la facilidad con que a veces el sistema judicial genera beneficios para personas detenidas", comentó Lifschitz, en un tiro por elevación contra el Poder Judicial. "Estamos hablando de presos que estaban en Coronda y que se los trasladaba para que puedan estar cerca de sus familiares", al tiempo que aclaró: "Son decisiones que no nos corresponden, que son parte de lo que define el Poder Judicial", dijo el mandatario.
"Creo que a veces hay que tratar de reducir al mínimo los riesgos, como en este caso. Porque no solamente se puso en riesgo a los agentes del Servicio Penitenciario involucrados, sino también a transeúntes o a personas que circunstancialmente pasaban por la autopista", explicó Lifschitz.
Ayer se estableció que en el ómnibus viajaban 13 presos: cuatro quedaron dentro, sin huir, que dos trataron de escapar a pie pero fueron detenidos enseguida, y los otros siete huyeron en un Fiat 147 y una VW Suran que robaron en Granadero Baigorria. Ambos vehículos fueron encontrados en zona norte. El miércoles a la noche fue recapturado un tercer prófugo, Alberto Quiroz, en Valparaíso y Virasoro.