"Está bueno el vivo, tiene otra cosa", confiesa Julieta Laso. Lo también cierto es que la impronta personal que desprende Martingala, su nuevo disco, seguro suena potenciada en el escenario. La variedad rítmica del segundo disco de Laso privilegia una sensibilidad que se traduce en músicas consecuentes con un mismo fin, con una poética. Ese sentir tan personal podrá disfrutarse el sábado próximo a las 21.30 en el Gran Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085), cuando Julieta Laso presente su extraordinario trabajo.

"Es un disco al que un poco lo fui soñando con Diego Baiardi, letrista de la mayoría de las canciones, y Lisandro Silva Echeverría, compositor de la música de la mayoría de las canciones del disco. Esto surge, digamos, cinco años atrás, antes de que integrara la Orquesta Fernández Fierro. Empezamos a juntarnos y a charlar, sobre todo desde lo personal. Compartimos muchas noches. Laucha (Baiardi) escribía a partir de esas conversaciones, y las canciones se fueron pensando. Son canciones muy personales, porque hablan de temas que me incumben y que nacieron así, siendo trabajadas, probando melodías. Cosas que me identifican profundamente", sintetiza a Rosario/12.

Martingala conjuga letras y melodías que Laso apropia y devuelve como una seda áspera, de textura ciudadana. En una sinergia que, como ella misma explica, sumó también a Alejandro Balbis, "que nos trajo una canción (Ya ni saludás); hay otra de Rodrigo Guerra (Las tribus); y después el show en vivo, en donde por supuesto agregamos muchas canciones más. Pero es un disco en donde me importaba mucho lo que dijera. No me importaba de qué género fuese. No es tango, pero es música urbana, rioplatense. Son canciones nuevas. Lo encuentro como un disco de música popular".

-Qué mejor que estar por fuera de etiquetas o categorías, tan preocupadas por explicar la música.

-Basta de tanto rollo. Si es tango o qué es. Nunca me pasa por ahí el pensamiento.

-Pienso en cómo trabajás con tu letrista. Sin esa sensibilidad compartida, no habría música semejante.

-Es complejo hacer canciones para otro, y cuanto más escucho estas canciones, más me doy cuenta de que la escucha del Laucha fue muy atenta, porque hay cosas que todavía me siguen sonando en la cabeza.

Martingala conjuga letras y melodías que Julieta Laso sabe cómo apropiarlas y devolverlas como una seda áspera, de textura ciudadana.

-Si bien el disco es reciente, ¿qué devoluciones e impresiones recibiste?

-La verdad, estoy feliz. Hasta ahora, las fechas -si bien no han sido tantas- fueron una fiesta. Estoy recibiendo lindas devoluciones, así como las nominaciones al Gardel están buenas (Laso ha sido nominada por Martingala como "Mejor Álbum Artista Femenina de Tango"). Pero ahora viene lo más lindo, encontrarse con la gente a tocar. Hay un trabajo fino que se da en el vivo y es riquísimo. Cuando canto me gusta mucho generar una situación de intimidad con las personas. Me parece que las canciones son honestas y es por eso que se genera una comunicación, ahí es siempre donde apunto. También en lo interpretativo. Es el lugar que me gusta, el vivo es para mí un momento de fiesta, sagrado.

-¿Te permitís ese mismo grado de imprevisibilidad en el estudio?

-Me gusta más el vivo que el estudio. Obviamente me encanta poder grabar y escuchar lo que hacemos, pero el estudio me pone bastante nerviosa. Bueno, ¡el vivo también me pone nerviosa! (risas). No sé, las dos cosas se disfrutan, pero siempre concentrada en estar cerquita mío y sensible.

-Si no hubiese nervios no estaría pasando nada.

-Y sí, los nervios no se me pasan, con los años sigo cantando y no se me van.

-¿Y ahora en qué estás pensando?

-Ya estoy pensando en otro disco, estoy sumando otros temas, hay algunas canciones que voy seleccionando. Las estamos probando y sumando al show. Diego sigue escribiendo. Uno no se detiene nunca, si bien ahora estoy poniendo mucha energía en poder salir con Martingala por todo el país.

Martingala, subraya Julieta Laso, "está subido a las redes, se puede escuchar todo". Y cuando se le dice si en ciertos géneros, como el tanguero, las mujeres nunca fueron muchas o si esta impronta musical fue casi siempre machista, responde que "sí, así es; y bueno, vamos caminando y desandando ese camino, para que pasen cosas diferentes".