Cinco testigos dieron inicio ayer a la etapa de producción de pruebas del juicio por la explosión del edificio que estaba ubicado en calle Salta 2141, hasta el fatídico 6 de agosto de 2013. En las declaraciones, ex habitantes recordaron cómo fueron los días previos al siniestro y dieron detalles de los comentarios que se escuchaban por esos días, en cuanto a las instalaciones de gas. Un letrado y una arquitecta de la municipalidad recordaron que se pidió un permiso de apertura de vereda, que no se hizo. En tanto, el gasista imputado, Carlos García, relató cómo fue aquella mañana y aseguró que no quiso escapar del lugar.   

La primera testigo fue la vecina que llamó el 24 de julio a la guardia de Litoral Gas para dar cuenta de la baja presión que tenía en sus artefactos, en el 9º F. Al día siguiente, la empresa cortó el servicio. Ella llamó para preguntar por qué, si su problema era otro, pero le dijeron que se encontró una fuga. Vecinos y la administración la marcaron como la persona que denunció esa pérdida. "Se distorsionó lo que hice", aseguró. Cuando llamó al 0810 de la empresa para pedir explicaciones, le advirtieron: "¿Entiende que es una fuga y ese edificio puede explotar?"; y ella les preguntó: "Si era tan grave, cómo se dieron cuenta recién con mi llamado". En esa comunicación, le dijeron que "había que hacer una obra", además de cambiar de regulador.

También indicó que el 26 de julio encontró al gasista José Allala trabajando en el gabinete para reparar la fuga, quien "dio a entender que eso estaba como atado con alambres".

En tanto, el plomero que recomendó a Allala para el arreglo de la pérdida, doce días antes de la tragedia, y quien le ayudó con el trabajo, indicó que después de la reparación y la rehabilitación del servicio los vecinos se quejaron por la poca presión y fue cuando se decidió cambiar el regulador. "Había gente que quería otro presupuesto", dijo. Aunque ante la pregunta de Fiscalía primero dijo no saber por qué se terminó contratando a García, luego leyó de una declaración anterior que fue "por el precio del cambio de regulador".

Otro testimonio fue el de una vecina cuyo marido sobrevivió al estallido. Vivían en el 7º D. "Vi hechos que me sorprendieron y me llamaron la atención", recordó. Por esos días vio a personas trabajando en el servicio de gas, y aseguró: "La caja me llamó la atención porque vi caños amarillos, con óxido, en mal estado a mi criterio, aunque no soy experta". Y agregó: "Recuerdo que dijeron que tenían que cambiar regulador, que estaba todo hecho mierda, que teníamos para rato. La persona que estaba trabajando en ese momento me lo dijo". Sin embargo, al día siguiente había gas. "Pensé que se haría un control en cada departamento. Sabía que había departamentos que no se ajustaban a la normativa", dijo.

Defensa. La audiencia empezó con la voz del gasista García. "Voy a contar la única verdad porque el único que estuvo en la cabina reguladora, fui yo", empezó su declaración. Según relató, días antes recibió una llamada de la asociación de gasista para que se comunique con la administración Calvillo. "Me dijeron que había que cambiar el regulador, porque el que estaba no daba buena presión y había olor a gas". Antes, se dirigió a la oficina técnica de Litoral Gas para pedir un protocolo del trabajo. "Un inspector me dijo 'vos sos matriculado, cerrá la llave y cambialo'", recordó. "Esto es habitual en la empresa, a todos los matriculados nos informan verbalmente de las tareas. Nunca nos dan algo por escrito", aseguró.

Sobre la ubicación del gabinete, dijo que "estaba dentro del edificio. No en la línea municipal". Y recordó que una vez que empezó la tarea se encontró con una "llave antigua" y luego hizo el corte del servicio. "Se me desarmó la cañería y ya no tenía posibilidad de cerrar el fluido porque ese gabinete es chico y se había armado un polvo que no me dejaba ver, y el zumbido no me dejaba escuchar. Salí a pedir auxilio. Nunca desarmé el regulador, no llegué". Cuando regresó, el edificio ya había explotado. "Busqué a mi ayudante; creí que estaba muerto. Lo vi a unos metros y fue un alivio", sollozó. Tras el hecho, contó que iba al santuario de calle Salta "a buscar la paz que no podía encontrar ni con medicamentos, ni con nada".

Por su parte, la gerenta técnica de Litoral Gas, Viviana Leegstra, hizo aclaraciones al final. Entre ellas, dijo que "el gabinete de regulación, según las normas, estaba bien instalado porque estaba al aire". Afirmó que el servicio estaba correctamente habilitado, que la válvula de bloqueo de gas no estaba rota el día del cambio del regulador y que el corte del flujo de gas se hizo de la forma más rápida posible. Para ella, el origen de la tragedia "fue la manifiesta negligencia de un gasista que actuó a espaldas de Litoral Gas". La gerenta está imputada por no ejercer el debido control y vigilancia sobre los trabajadores que inspeccionaron el edificio entre el 25 y 26 de julio.