Desde Nueva Delhi

La capital de la India se paralizó el 11 de mayo cuando los siete distritos electorales de la ciudad votaron en la penúltima fase de una maratónica elección general. El mapa político de Delhi se convirtió en un mar naranja para el gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP) en 2014, cuando el partido de Narendra Modi barrió el norte de la India para ganar la primera mayoría absoluta en generaciones.

Pero con solo 60 de los 543 distritos electorales que quedaron para votar después de que se cerraron las urnas en los demás  y con una participación que se dirige hacia un posible récord, los analistas esperan que el BJP se enfrente a una competencia mucho más dura esta vez aquí en Delhi y en todo el país.

Rahul Gandhi, el líder de la principal fuerza opositora, Partido del Congreso, se mostró confiado al emitir su voto en la capital, diciendo que su partido había luchado duramente contra un partido gobernante que fue acusado de avivar los temores de una guerra con Pakistán y las tensiones entre hindúes y musulmanes con el fin de ganar de nuevo con una plataforma  de seguridad nacional. “Fue una buena pelea”, dijo. “Narendra Modi usó el odio, nosotros usamos el amor. Parece que el amor va a ganar”. A pesar de su confianza, el apoyo al BJP fue alto entre las personas que se dirigían a las urnas en el distrito central y próspero de Nueva Delhi. El portavoz nacional del partido, Meenakshi Lekhi, ganó el escaño por un margen de más de 160,000 votos en 2014, derrotando al populista Partido Aam Aadmi (AAP) en el segundo lugar.

AK Bhattacharya, de 87 años, dijo que votó en todas las elecciones desde 1947, cuando India obtuvo su independencia. “Esta elección general es la única oportunidad que tenemos para controlar a los políticos deshonestos. Es nuestra oportunidad de revisarlos, y entre todos estos pícaros seleccionar un buen hombre”, dijo. Cuando se le preguntó si estaría apoyando a Modi con su voto en esta ocasión, dijo: “No hay alternativa”.

Samdheya Jain, de 58 años, abuela y madre de tres, dijo que tanto ella como su esposo eran devotos partidarios del BJP, de Modi e incluso del RSS, el ala ideológica de línea dura que sustenta gran parte de la política de primera fila del partido principal. Aunque admite que las generaciones más jóvenes en su familia tienen puntos de vista diferentes. De Modi, dijo, “una vez en un siglo, nacen personas así”. Jain admitió que la “armonía comunal” seguía siendo un gran problema, pero rechazó las acusaciones de que el primer ministro fuera responsable de dividir a los grupos religiosos. “Modi no está distinguiendo entre ninguna comunidad”, dijo. “Si está haciendo baños, los está haciendo para todos. Los caminos son para todos. Cada casa tiene ahora electricidad. La seguridad nacional es de todos”. Los últimos cinco años habían sido “muy buenos”, dijo. “Se ha hecho mucho trabajo, el país está progresando. Estamos felices.”

Sunita Rajput, de 42 años, esposa de un oficial de policía, dijo que su familia siempre había votado el BJP. “La gente dice que el Partido del Congreso es bueno, pero para mí es importante que tengamos una persona que pueda matar a los terroristas. El hizo eso, así que estoy votando por Modi”. Ella le dio crédito a Modi por “ayudar a detener la corrupción” a través de la desmonetización, una política de 2016 que devaluó de la noche a la mañana los billetes más comunes de1,000 rupias, supuestamente para negar a los criminales organizados grandes cantidades de “dinero negro” y hacerlos a todos responsables de los impuestos.

Los economistas dicen que la acción drástica afectó el crecimiento del PIB del país y golpeó especialmente a las pequeñas y medianas empresas. Un informe del Banco de la Reserva de la India dijo que el 99,3 por ciento de los billetes se devolvieron legítimamente al sistema bancario, lo que sugiere que el intento de eliminar el “dinero negro” había fracasado. Rajput insistió en que la medida fue “por el bien del país”, sin embargo, “incluso si tuviéramos que hacer cola durante dos días para intercambiar nuestros billetes”.

La historia es muy diferente en la ciudad de Old Delhi, hogar de la comunidad musulmana histórica más grande de la ciudad. La circunscripción parlamentaria para el área, Chandni Chowk, también votó al BJP en 2014, aunque con un margen de victoria más pequeño.

Muhammad Abed, de 38 años, un conductor de rickshaw musulmán, dijo que estaba votando por el Congreso. “Modi no ha hecho nada por nosotros en los últimos cinco años”, dijo. “Prometió 10 millones de empleos, prometió Rs 1,5 millones (21.300 dólares) en las cuentas de todos. Pero aumentó el desempleo y nuestro dinero se acaba de ir en impuestos, no de entrar. Es un mentiroso y un tramposo, lo que dijo que era mentiras vacías.

“Anhela una pelea entre hindúes y musulmanes, hablando de templos contra mezquitas, enfatizando las diferencias entre las dos comunidades. El nivel de odio es muy alto ahora, las relaciones son muy tensas, y esto sucedió en los últimos cinco años. Solíamos ir y beber agua en las casas del otro, ahora no lo hacemos”. Aunque apoya fervientemente al Congreso, Abed admitió que la votación en Chandni Chowk fue “mixta”.

Muhammad Kamran Hussain, otro conductor de rickshaw y también de 38 años, dijo que votaría por AAP. “Este es un vecindario muy pobre, y hay muchas personas que hacen negocios en las calles. El mató esos negocios. Modi dice que es en nombre de “limpiar la India”, pero él no cuida de los pobres. Sólo se ocupa de los ricos. Dijo que si bien pensaba que el BJP “no obtendría ningún voto” en el vecindario alrededor de Jama Masjid, la oposición estaba dividida, entre el Congreso y la AAP. Es una división que podría haberse evitado si las conversaciones de alianza no se hubieran interrumpido en las últimas semanas, y que podría ser suficiente para que el BJP tenga éxito en Delhi una vez más.

Hablando frente a una mesa electoral justo en el corazón de Old Delhi, entre puestos de especias y tiendas de joyería inusualmente cerradas por el feriado que es el día de las elecciones aquí, hombres y mujeres ancianos de una generación que siempre habían votado al Congreso lucharon por mostrar mucho entusiasmo por Gandhi, el actual líder del partido.

Cuando se le preguntó quién debería ser el próximo primer ministro, Mahesh Nagar, de 67 años, dijo: “Cualquiera, excepto Modi. Esta es una lucha entre dos ideologías. Es entre un Partido del Congreso que dice “nosotros, el pueblo de India”. ¿Y qué dice el BJP? ‘Sólo hindú’. India es un lugar para todas las religiones, no solo para una”.

Madama Sachdeva, de 79 años, dijo que India estaba en un estado de “emergencia no anunciada”. “La gente está aterrorizada, pero no pueden hablar de ello. Nuestra libertad de expresión se perdió. “La clase media y la clase baja están descontentas debido a los aumentos de precios, pero a nadie parece importarle. Dicen que nuestro país está progresando, pero ¿progresando sobre los hombres de quién?”

Cuando se le preguntó si creía que el Partido del Congreso tenía posibilidades de vencer al BJP cuando se anunciaran los resultados el 23 de mayo, dijo: “Eso depende de Dios todopoderoso”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. 
Traducción: Celita Doyhambéhère.