Cinco años antes de que lo fusilaran y lo arrojaran a una fosa común, el poeta Federico García Lorca leyó un manifiesto a favor de los libros y la lectura durante la inauguración de una biblioteca pública en su pueblo natal, Fuente Vaqueros, en Granada. “No solo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro”. El manifiesto, aunque no lo explicite, podría incorporar a las librerías porque “una ciudad democrática es una red de bibliotecas, públicas y privadas, y grandes y pequeñas librerías: un diálogo entre lectores que viven en centros múltiples y diversas periferias”, postula Jorge Carrión en Librerías (Anagrama). La casa antigua con techos abovedados y su biblioteca infinita, con escaleras para treparse y llegar al lugar donde están esos textos buscados o soñados, que acaso sea lo mismo o se parezca, irradia una calidez excepcional. Como si fuera un segundo hogar con olor a madera, papel y café. Libros del Pasaje –la primera librería que abrió en el barrio de Palermo en 2004– festeja hoy 15 años  con una maratón de actividades gratuitas de 12 a 20 horas que incluirán talleres, una conversación entre Romina Paula, Selva Almada, Vera Giaconi y Magali Etchebarne, cuatro escritoras lectoras (a las 17.30), y un cierre musical a cargo de Leticia Sahagun y Fede Toporosi.

 Desde la vidriera de la librería se puede ver el empedrado del Pasaje Russel, dos cuadras pintorescas por los colores de las fachadas de las casas, una especie de paraíso para las pupilas violentadas con tanto edificio que arruina el paisaje del barrio donde vivió Jorge Luis Borges. Cuando María Oyhanarte y Fernando Pérez Morales encontraron esta casa antigua sobre la calle Thames, a dos cuadras de la Plaza Serrano, supieron que era el lugar en el mundo para abrir la librería, que entonces se llamó La Boutique del Libro de Palermo, hasta que Pérez Morales se fue y Oyhanarte decidió rebautizarla con el nombre actual. Alejandro Simeón –que trabaja hace siete años– forma parte del equipo de libreros, integrado por Felipe Herrero –editor de poesía en Lisboa–, Matías Duarte –editor de cómics en Galería Editorial–, Ignacio Pattin –un gran recomendador de novelas policiales–, uno de los encargados Hernán Duarte –Licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires–, Verónica Antonelli –especialista en filosofía–, Patricia Scott –la otra encargada–, Milagros Chiarra y Romina Cao, encargada de la sección infantiles y del ciclo mensual “Sábado de cuentos”. 

Simeón muestra la pared del fondo de la librería donde se pueden ver las fotos y firmas de algunos visitantes “ilustres”, como Ricardo Piglia, Enrique Fogwill, Abelardo Castillo, Hugo Mujica, Antonio Dal Masetto, Samanta Schweblin, Mariana Enriquez, Siri Hustvedt, Juan Villoro, Mario Bellatin y Liniers, entre otros. “Queremos generar un movimiento más cultural en el barrio –dice Simeón a PáginaI12–. Nosotros como libreros ponemos el acento en las recomendaciones a los lectores.  ¿Cuál es la identidad de Libros del Pasaje? Hay algo familiar; mucha de la gente que viene acá habla de la librería como si fuese su segunda casa. Hay clientes que vienen todos los días, almuerzan o tienen sus reuniones de trabajo. Incluso hay muchos que vienen a estudiar a la librería. Aunque tenemos mucha circulación de gente, tratamos de mantener el clima acogedor para que parezca un espacio íntimo. El que estudió filosofía, historia o letras, incluso hasta el lector de best sellers, encuentra algún tipo de interpelación por la variedad del catálogo y porque los libreros que trabajamos tenemos amplitud de intereses: yo me manejo mejor con los libros de historia, otro compañero se especializa más en novelas policiales; tenemos dos editores que trabajan con nosotros: uno de poesía y otro de cómics. No es algo que se haya planificado, pero se fue dando así y eso hace que los lectores puedan estar siempre muy bien asesorados”.

El librero subraya la importancia que tiene el bar. “Muchos agarran un libro de la librería sin comprarlo, se sientan, se toman un cafecito y lo van leyendo. También invitamos a que se pueda leer un libro”, cuenta Simeón. “El contexto económico es complicado; los últimos tres años han sido muy difíciles para las librerías. Al estar cerca de la Plaza Serrano vienen muchos turistas a comprar libros y esto –que no sucede con todas las librerías– compensó un poco la caída de las ventas, además de que este año decidimos incorporar las ventas on line, algo que no teníamos tan trabajado”. Después del festejo, la idea es impulsar un ciclo de charlas con escritoras y escritores. “Las librerías son negocios en un doble nivel, simultáneo e indesligable: económico y simbólico, venta de ejemplares y creación y destrucción de famas, reafirmación del gusto dominante o invención de uno nuevo, depósitos y créditos –plantea Carrión–. Las librerías, desde siempre, han sido aquelarres del canon y por lo tanto puntos clave de la geopolítica cultural. El lugar donde la literatura se hace más física y, por tanto, más manipulable. El espacio donde, barrio a barrio, pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, se decide a qué lecturas va a tener acceso la gente”.

n Libros del Pasaje, Thames 1762. El detalle de la programación de los 15 años se puede consultar en el Facebook de la librería.