Narradores, talleres, susurradores, espacios de libros y de juegos forman parte de la propuesta del 8º Encuentro Literario Gustavo Roldán, que se realizará hoy desde las 14.30 en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), casa cultural y educativa de las Madres de Plaza de Mayo ubicada en la ex Esma (Avenida del Libertador 8151). Además, se presentarán libros y el cierre musical estará a cargo de Valor Vereda, grupo que retoma “Los Cuentos del Chiribitil”, editados en los setenta. La “fiesta de los libros”, homenaje pensado para recordar y reivindicar al escritor chaqueño fallecido en 2012, contará con la presencia de Laura Devetach, su compañera hasta sus últimos días. 

    Uno de los atractivos de esta tarde es la presentación de un libro compartido por Roldán y Devetach, bella edición de Calibroscopio con ilustraciones de Juan Lima, que reúne los títulos La señora de la calle Cangallo (Devetach) y Bajo el burlón mirar de estrellas (Roldán). El primero recién ahora está viendo la luz; el segundo había sido publicado en Córdoba, en 2008. “Fue una tirada chica, no es conocido, y para mí es el mejor libro de Gustavo”, dice la escritora, quien estará presentando también, junto a Itsvanch, una nueva edición de Avión que va, avión que llega (Norma). Otro plato fuerte es el lanzamiento de una reedición de Anita y la luna, de Rubén Alvarez y María Teresa Farrés, uno de los títulos de la mítica colección “Los Cuentos del Chiribitil”. En 1976, diferentes autores e ilustradores contaron cuentos que el canillita tiraba por debajo de las puertas, publicados por el Centro Editor de América latina. Algunos desaparecieron por el contexto; otros por el paso del tiempo. Muchos fueron reeditados por Eudeba casi 40 años después. El cierre de Valor Vereda recupera justamente estas narraciones, con formato musical (ver recuadro).

  La creadora de este Encuentro es Verónica Parodi, actual directora del ECuNHi. Hace ocho años ella se encontraba a cargo de los proyectos educativos del espacio, y quien lo dirigía era su madre, Teresa Parodi. “Tenía muchas ganas de pensar propuestas no solamente para las escuelas sino también para toda la familia. Quería hacer grandes homenajes a autores representativos nuestros”, recuerda, en la charla con PáginaI12. “Roldán me marcó mucho porque tiene mucho que ver con mi región. Además, soy maestra jardinera y lo tenía mucho en el aula”, explica. Hacía muy poco que el escritor había fallecido, a los 76 años, cuando nacieron, en la casa cultural de las Madres, una biblioteca infantil con su nombre y el encuentro que luego adquirió el formato de festival. 

   En orden de aparición, el Festival Literario Gustavo Roldán fue el primero de los tres festivales que el ECuNHi ofrece para toda la familia. Los otros están dedicados a la música (el María Elena Walsh) y el teatro (Hugo Midón). “Mi idea empezó con la pata literaria, la que más me guía y mueve”, dice Parodi, que es correntina, se lanzó a la escritura y publicó, el año pasado, Bordando nanas (Del Naranjo). “Era una idea revolucionaria. Este festival, como los otros, podría funcionar hermosamente en cualquier espacio. Tendría el mismo valor artístico, pero no el peso que tiene hacerlo en ese lugar tan relacionado con el dolor más profundo y el horror, convertidos en esperanza y construcción colectiva.”

  Cuando Parodi esbozaba la idea, un paso fundamental e inevitable era ponerse en contacto con Devetach, escritora que también admiraba y que fue la compañera del escritor, carpintero y mago durante nada menos que 55 años. Devetach no sólo dio el visto bueno. Se convirtió en madrina del acontecimiento y todo esto le sirvió también a nivel personal. “Me impactó de una manera muy especial, porque en un momento de duelo, uno se siente muy a la intemperie. Y de pronto oigo esta propuesta y digo, ‘¡qué maravilla!’. Lo sentí como un amparo. Una cosa de afecto. Esa fue la tónica que sentí siempre en el ECuNHi, que junta. Tiene una especie de alquimia que hace que la gente sonría, sea amable, se salude. A veces ni se conocen, y sin embargo ahí están las familias con los chicos, el mate, compartiendo cosas muy lindas. Para mí es lo más importante, esa cosa un poco mágica. En este momento en que la emocionalidad siempre es negativa, por todo lo que está pasando, ahí uno suspira y se encuentra con un montón de emociones positivas”, expresa la autora en su departamento del barrio de Once, entre tés saborizados y unas ricas galletas de salvado.

  “Fue un desafío” dar forma a un encuentro literario, dice Parodi. Resultó más fácil con otras artes. Pero tal como sucede en los otros festivales del espacio, las disciplinas “se entrelazan, se tejen”. “Le llamo la gran fiesta de los libros y la lectura, pero todas las disciplinas viven juntas. Hay un mundo que se va multiplicando y convoca de todas maneras. Va a haber talleres por todas partes. El ECuNHi estará intervenido por todos lados. Donde te des vuelta, tendrás una propuesta que te invite a leer, escuchar y compartir”, anticipa la docente. 

  ¿Por qué el autor de El monte era una fiesta fue la figura elegida como exponente de la literatura infantil y juvenil para dar vida a este encuentro? “Me emocionaba mucho que incorporara animales que tuvieran que ver con nuestras regiones”, explica Parodi. “Me acercaba tanto a mis perfumes, a los animales del monte… Me conmovía muchísimo y me ayudaba a la hora de acercarlo al aula, para trabajar sobre nuestra identidad, nuestra tierra. Sobre lo que somos. Su manera de escribir tenía la musicalidad, el tono de su región. Y el humor es muy fuerte”, completa. “Dejó una huella importante en el sentido de que instaló el tema del interior. Ya mucha gente lo había hecho, no era el único… Lo que pasa es que él tiene unos personajes tan particulares, como el sapo, la pulga o el piojo; personajes para trabar amistad con ellos. Creo que a partir de ahí los escritores empezaron a incorporar bichos pequeños, insectos. Cosas que no eran habituales”, destaca Devetach.

  Uno de los pilares de la propuesta es el concurso literario “¿Quién apaga las estrellas?”, que invita a participar a chicos de escuelas primarias de todo el país, con un texto de Roldán y conceptos como la memoria y la verdad como disparadores. Los jurados siempre son prestigiosos ilustradores y autores. Han ocupado ese rol Liliana Bodoc, María Teresa Andruetto, Pablo Bernasconi, Juan Lima, Itsvanch, la misma Devetach y Laura Roldán, por ejemplo. Esta tarde se presentará el libro con los trabajos ganadores de la sexta edición. “En esta época, en que el ECuNHi está desfinanciado, seguir haciendo esto es revolucionario”, celebra la directora. Ocurre que el comienzo de la gestión macrista implicó la caída de los convenios con ministerios que permitían el funcionamiento del espacio. Desde entonces, los artistas se presentan ad honorem, los trabajadores se volvieron voluntarios y al público se le solicita un bono contribución. Antes, las actividades eran gratuitas.

  Devetach retoma el gesto de sorpresa. “Yo me pregunto cómo es posible. De dónde salen la energía, la pasión. Porque eso hay que tener. Hasta comemos cosas ricas. (Los trabajadores) cocinan, llevan pastafrolas, tortas caseras. A veces uno mira y no entiende. Y al mismo tiempo ve los cuentos que mandan los chicos y dice ‘qué maravilla’. He sido maestra, y no siempre se logra que todo un país de niños te responda con cosas tan buenas”, desliza la autora de La torre de cubos. “Estoy contenta y un poco asombrada. Gustavo está muy presente, con una presencia interesante, constructiva. Que se lo use para las ideas me parece fundamental. Tener un festejo anual para su memoria, en un lugar donde fue bastante desgraciada, vencer esa memoria, me parece genial. En momentos como éste, en que uno termina por no saber qué pasa con la condición humana, me hace creer en la gente. En ese tipo de gente que uno se encuentra ahí. Por supuesto Gustavo no conoció el ECuNHi, pero si lo hubiera conocido hubiera sido un participante de aquellos. Hubiera ayudado con su magia.”