En 1958, un año antes de que la revolución de los barbudos derrocara al dictador Batista, Cuba tenía ¡511 cines! a lo largo y ancho; 130 solo en La Habana, más -dicho sea de paso- que ciudades como París o Nueva York. “Muchos fueron construidos y administrados por compañías estadounidenses como 20th Century Fox, Columbia Pictures y Metro Goldwin Meyer, y pasaban películas producidas en Hollywood y Cinecittà”, cuenta hoy la fotógrafa italiana Carolina Sandretto. Pronto aclara que “después de la revolución, el número de salas aumentó a más de 600, pero en las últimas décadas, estas estructuras -que antes eran clave para la sociedad, espacios de alegría y reunión- se han utilizado para otros fines o han sido lisa y llanamente abandonadas”. Lo expresa compungida, con dato reciente para justificar: “solo 19 cines funcionan en toda Cuba en la actualidad” ¿Qué pasó con los demás? En palabras de la artista italiana, “siguen de pie aunque sus proyectores hace rato que no zumban; muchos están en ruinas”. Situación que empujó a esta damisela a trasladarse raudamente a la isla para rastrear y retratar las viejas salas en su decadente esplendor, a sabiendas de que la gentrificación no habría hecho mella allí. Lo hizo ayudada por un directorio del ‘53 que tenía direcciones de cines, apuntalada además su búsqueda por tierras cubanas por vecinos que contribuyeron con información. Viajó acompañada por su cámara: una Hasselblad de la década del 50, ciertamente apropiada para tamaña misión. Y vio de todo, como en botica: teatros de la era colonial española que devinieron cines (luego ruina); extravagancias art deco, elegantes recuerdos de tiempos prósperos; versiones más modernas y circunspectas de los años comunistas... Todo lo capturó para su serie Cines de Cuba, que la editorial milanesa Skira publicó cual fotolibro. Con bonus track: una encantadora web, cinesdecuba.com, donde además de imágenes, una mapa interactivo invita a cliquear para desandar hechos y anécdotas, saber los usos alternativos de los cines de antaño, su estado actual. Y ver las fotitos, claro está.