Esteban Alvarado, sospechado de narco local, fue imputado ayer junto a cuatro policías y uno de sus secuaces Nicolás Ocampo, por haber organizado varias balaceras contra el poder judicial, entre las que se incluyó la casa de una de las investigadoras de la Fiscalía de Gravedad Institucional. El jefe de la Policía de Investigaciones Martín Rey y su hermano Marcelo, fueron imputados por haber trabajado para Alvarado, al igual que el oficial Pablo Barcona y Jorgelina Chávez- ambos dentro de la misma fiscalía de Gravedad Institucional- sembrando pruebas falsas. Los objetivos eran dos: Daniel "Chulo" Olivera y Hugo Maldonado, hermano de Lucio, quien fuera asesinado por la banda de Alvarado, a quien pretendían ligar con las balaceras a los edificios de tribunales de avenida Pellegrini y al Centro de Justicia Penal de Sarmiento y Virasoro. El segundo objetivo era Rodrigo Ortigala, un testigo de identidad reservada que había señalado al líder del clan como el responsable del crimen de Maldonado. En la maniobra usaron un auto idéntico el que tenia Ortigala para atentar contra la vivienda de Rioja y Juan Manuel de Rosas. Y er propio comisario Rey incorporó el número de patente del vehículo del testigo protegido, para traerlo forzado a la pesquisa. La maniobra no pasó desapercibida para los fiscales Matias Edery y Luis Schiappapietra. La recuperación del celular de Alvarado fue clave para dar con el cerebro de la operación: la pericia fue realizada en Estados Unidos, sy costo fue solventado por el Ministerio de Seguridad, el único mérito que puertas adentro de la fiscalía le reconocen al ministro Maximiliano Pullaro, quien salió a enarbolar la bandera del esclarecimiento. Fue el comisario Maximiliano Bertolotti jefe de la Tropas de Operaciones Especiales, quien detuvo a Alvarado y quien llevó en mano el Iphone para peritar.

Los policías infieles quedaron al descubierto por una serie de pruebas presentadas ayer por los fiscales, pero sin dudas fue el Iphone del propio Alvarado, el mismo que arrojara al agua cuando fuera detenido el 1º de febrero en Embalse Rio Tercero. En los mensajes y audios recuperados hay un mapa de la planificación y de los movimientos del grupo, que ayerpudierons ser escuchadas en la sala de audiencias.

Sembraron pistas falsas para implicar a otros delicuentes que eran

enemigos de la banda y para desligar a Alvarado de los hechos.

Lo que Alvarado hizo fue generar teléfonos "espejos", es decir duplicados, de Ortigala y Chulo Olivera, novio de la hermana de Angel Correa, el futbolista cuyo pase esta en manos de los Cantero. Para ello necesitó de la colaboración de los policías que trabajaban en la unidad fiscal -Barcona y Chávez-. El oficial de inteligencia trató en todo momento que se intervinieran esas líneas donde falsamente hablaban ambos, para dejarlos "pegados" en la investigación. Pero Barcona fue subiendo de tono en su presión por lograr el cometido y hasta llegó a discutir a viva voz con una de las investigadoras de la Unidad, lo que elevó la sospecha.

Así, otra compañera de tareas pudo visualizar una conversación a través de whattsapp web desde su propia PC. Es más el grupo conspirador se tomó el trabajo de encenderlos frente a la vivienda de uno de ellos enviando mensajes de textos para que las antenas de telefonía de la zona los captaran en el lugar. Lo que procuraba Alvarado era que los nuevos teléfonos truchos de Ortigala y Chulo, falsos y que manejaría gente suya, fueran intervenidos. De esa manera los fiscales captarían mensajes en donde él, Alvarado, les haría admitir a los Ortigala y Chulo falsos la culpa de los atentados, como gente de Los Monos, transfieriéndola a los Cantero. Pero esa fundamentalmente de lo que a Alvarado más le interesaba, del asesinato a Maldonado donde él mismo está imputado, y de cuya responsabilidad busca desprenderse.

Detectar toda esta compleja trama llevó cuatro meses de investigaciones sin pausa que desembocaron en la audiencia de ayer. El titular del Organismo de Investigaciones (OI) Marcelo Saín estuvo presente en al audiencia asi como efectivos de Asuntos Internos, que colaboró en la investigación. Ayer, en tanto, trascendió que ese organismo allanó el jueves por la tarde la sede la Policía de Investigaciones ubicada en la ex sede del Batallón 121.

Los hechos imputados ocurrieron el 10 de diciembre de 2018 a las 2.16am en los Tribunales Provinciales de Rosario, cuando dos personas se trasladaban a bordo de una motocicleta oscura por calle Balcarce desde el norte, efectuaron al menos 12 disparos con proyectiles 9mm hacia la puerta de calle Balcarce, dejando un cartón de 15cm por 20cm el cuál tenía escrito en letra imprenta "con la mafia no se jode Atte: Esteban Alvarado", retirándose en dirección al sur.