La autopsia del diácono Guillermo Luquin, hallado asesinado en su casa de Temperley, se realizó en la Morgue Judicial de Lomas de Zamora, mientras en forma paralela se tomaron testimoniales a personas de su entorno. Se cree que los forenses deberían confirmar como causa de la muerte las cinco puñaladas que observaron los peritos en la escena del crimen. Una de las heridas afectó la carótida, por lo que se piensa que fue la que ocasionó la muerte. El cadáver presentaba golpes y fue hallado desnudo, envuelto en sábanas al costado de la cama. La principal hipótesis de la investigación es que el autor del crimen fue un conocido al que Luquín le permitió el ingreso al domicilio.