Sobre el FMI, Erman cree que cedió respecto de la reforma laboral: "No será al revés, ¿quién terminó cediendo?, desafía cuando se le dice si al final de cuentas no estuvo permisivo con el Fondo Monetario que en su opinión sólo planteó cambiar "dos cosas menores". Además, confesó que tiene más coincidencias filosóficas con la CGT que con el FMI.
A Roque Fernández le envió un tiro por elevación al decir que a la hora del ajuste fiscal "la solución no la podemos encontrar siempre en bajar el gasto. Yo apostaría mucho más a aumentar los ingresos. Y criticó el pobre accionar de la DGI. Roque había dicho unos meses atrás en Washington que tenía más coincidencias filosóficas con el FMI que con la CGT, pero aclaró: "Los muchachos de la CGT son más divertidos".
¿Qué disfruta más, las reuniones con el FMI o con la CGT?
Son de distinta naturaleza. En ambos casos, mi misión es llamar a la razonabilidad.
Es decir que no disfruta las reuniones con ninguno de los dos.
Solamente cuando no hablamos de trabajo y contamos anécdotas.
¿Y quiénes son más divertidos: los muchachos de la CGT o los técnicos del Fondo?
Sin duda, la gente de la CGT es más divertida que Teresa Ter Minassian. Tienen un anecdotario muy rico.
¿Con quién se siente filosóficamente más cercano, con la CGT o con el FMI?
Con la CGT, no tengo dudas. Pero filosóficamente. Esto no quiere decir que no tenga que ocupar mi rol cuando los planteos van más allá de lo que consideramos razonable.
¿El modelo está agotado?
Absolutamente no.
¿Por qué?
Porque yo no soy de los que creen que exista un modelo. Eso significaría que existe un recetario fijo para una comunidad estática. Con la dinámica con que se mueven las sociedades, en el marco de la globalización, no pueden existir estas recetas. Es obligación permanente del Estado ir adecuándose a las nuevas realidades.
¿No cree que hoy el Estado está ausente en muchos sectores?
Soy de los que creen que en esta área en particular (el mercado de trabajo) sí se han aflojado muchos controles. A partir de la concesión de creer que el mercado lo resuelve todo. Y de la delegación de la facultad de policía del trabajo de la Nación en las provincias se han ido aflojando todos los controles e inspecciones en las empresas. Esto es lo que estamos tratando de corregir a través del Consejo Federal de Administraciones del Trabajo, para brindar capacitación y equipamiento a las provincias para poder mejorar las inspecciones.
Ministro, cuando Roque Fernández dice que hay que profundizar el modelo la gente entiende lo que está diciendo. ¿Usted está de acuerdo con que de esta manera se solucionan los problemas sociales?
Nos tenemos que poner de acuerdo sobre qué es el modelo...
Roque y los economistas de la city están diciendo: es necesario recortar gasto público, para consolidar la situación fiscal, dar más credibilidad a los mercados, lo que va a redundar en más crecimiento y bajas del desempleo. ¿Usted está de acuerdo con esa idea?
No. Creo en la necesidad del equilibrio fiscal. Pero se logra por dos términos: los recursos y los gastos. Si estamos hablando de una evasión del orden del 40 por ciento, la solución no la podemos encontrar siempre en bajar el gasto. Yo apostaría mucho más a aumentar los ingresos. Si estamos hablando de 3.300.000 trabajadores en negro, representan una evasión previsional de 10 mil millones de pesos. Necesitamos fortalecer los mecanismos de control, y no sólo en la parte laboral sino también fiscales.
Está hablando de que tiene que mejorar la Administración Federal de Ingresos Públicos, la DGI...
Tienen que mejorar los mecanismos de recaudación. La DGI tendrá sus problemas. Se dice que la ley penal tributaria no se aplica fuertemente, que a lo mejor no tiene los recursos necesario para hacerlo. El compromiso es de todos. Se está recaudando mucho menos de lo que se debiera.
¿Los empresarios tienen una cuota importante de responsabilidad en la evasión?
Hay un conjunto de factores. La estructura de los impuestos al trabajo. La burocracia que se les impone para el cumplimiento de sus obligaciones. Y también, a veces, el ánimo de buscar competitividad a través de la evasión fiscal y laboral.
Su ministerio va a recortar este año 227 millones de pesos dentro del ajuste de mil millones dispuesto por Roque Fernández. ¿No le parece un poco drástico recortar fondos en un área tan sensible como trabajo sólo para dar una señal a los mercados?
Durante los primeros seis meses del año ya hicimos un congelamiento de programas que nos da alrededor de 180 millones de pesos. Entonces, de julio a diciembre del 98 lo único que vamos a hacer es no utilizar lo que ya habíamos congelado. Vamos sí a recortar gastos de administración y congelar vacantes, aunque son necesarias para tareas de supervisión, como decía anteriormente. Pero no tocaremos jubilaciones, pensiones y el financiamiento de programas como el Trabajar, cofinanciado con el FMI.
¿Qué opina de lo que está haciendo Duhalde en la provincia de Buenos Aires: aumenta salarios y obra pública con créditos externos y la privatización de la empresa de energía provincial?
Si él está cubriendo la necesidad de puestos de trabajo y de infraestructura escolar a través de la obra pública será porque tendrá establecidas esas prioridades. En el orden nacional, hay una clara definición de un camino: que cada obra de infraestructura se licite con su propio financiamiento y no con la forma tradicional, aumentar el gasto público.
¿Si usted vendiera el 20 por ciento de acciones de YPF en manos del Estado y el resto de empresas residuales, con ese dinero haría obra pública y salariazo o cancelar deuda como quieren Roque Fernández y el FMI?
Hay que analizar en qué coyuntura nos encontramos. Hoy las bolsas del mundo amenazan la estabilidad en los países emergentes como el nuestro. Entonces, hay momentos en que es mejor postergar la inversión, asegurando la solidez financiera, para evitar males mayores que podrían significar una fuga de capitales.
Entonces, con esos fondos preferiría cancelar deuda a hacer obras y salariazo.
En este momento, es lo más recomendable. A lo mejor, si me pregunta dentro de dos meses, y la situación se ha normalizado, por ahí le digo que lo prioritario es lo otro.
No cree que los mercados son demasiado ingratos con el gobierno de Menem al seguir pidiéndole más ajuste. ¿No le hubiese gustado poder gastar más en salarios y obra pública como hace Duhalde?
Claro que sí. Pero la distancia entre lo que uno se imagina como el ideal y lo que se puede llegar a hacer en la realidad es grande, sobre todo en un contexto en que no todo depende de nuestras decisiones. Siempre hay sueños y expectativas que uno no termina de cumplir porque no dependen de uno. Esto de la globalización tiene sus ventajas pero también trae costos. Ahora, si nos apartamos de la globalización nos iría peor.
¿Lo hubiera gustado poder decir en el último año, "aquí está el salariazo" y aumentar 15 por ciento los salarios de empleados públicos?
¿No le parece que el salariazo se dio desde el 89 a la fecha?
Nunca lo escuché a Menem anunciar aumento de salarios a los empleados públicos como sí lo hizo Duhalde este año.
No me haga esas comparaciones. Porque Duhalde tiene otras posibilidades. No nos olvidemos de que tiene el Fondo del Conurbano que le permite contar con recursos de libre disponibilidad. La provincia de Buenos Aires es una isla en el país, se maneja de una manera distinta. Si todas las provincias tienen que manejarse con recursos escasos y una coparticipación pactada, mientras Buenos Aires tiene un adicional (el Fondo del Conurbano), está claro que su situación es distinta.