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Por Maximiliano Montenegro
Juan Mario Jorrat, miembro del Consejo de Investigaciones de la Universidad de Tucumán, desarrolló en los últimos años un estudio único en el país. Consiste en aplicar a Argentina una metodología similar a la que el National Bureau of Economic Research utiliza en Estados Unidos para los pronósticos económicos. En las últimas semanas, Abel Viglione, el economista de FIEL experto en producción industrial, introdujo a Jorrat al mundo de los bancos de inversión de la city porteña, varios de cuyos economistasjefes escucharon con atención las predicciones del profesor tucumano, graduado en economía en Estados Unidos. La próxima semana el subsecretario de Programación Macroeconómica, Julio Nogués, se reunirá con él para evaluar la posibilidad de desarrollar una metodología similar en el INdEC, algo que en su momento tentó a Juan Llach, cuando era viceministro de Cavallo.
Jorrat mide el nivel de actividad con un indicador (llamado coincidente) mucho más abarcativo que el parámetro tradicional del PBI, ya que le suma datos de producción industrial, ingresos, empleo, importaciones y consumo. Además, a diferencia del producto, que se calcula trimestralmente, tiene la ventaja de medirse mes a mes. Con otro indicador (llamado líder) puede determinar la dirección de la economía con seis meses de anticipación. Este índice está compuesto por variables financieras y reales: cotizaciones de la Bolsa, concursos preventivos y quiebras, oferta monetaria, precios de los servicios, productividad del trabajo, horas trabajadas en la industria, etc. Con este indicador, hacia noviembre del 94 pronosticó con éxito la recesión del 95 y luego, hacia octubre de ese año, predijo la recuperación que sobrevino en el 96.
-¿Los indicadores que usted elaboran está pronosticando recesión para el año próximo?
-El índice líder, que anticipa el nivel de actividad de los próximos 6 meses, está marcando una recesión de crecimiento. Esto es una fuerte desaceleración de la economía. Todavía no hay evidencias de que vaya a ocurrir una recesión clásica, es decir con una caída del PBI. De todos modos hay una primera señal de recesión.
-¿Cuál debería ser la segunda señal que confirme una recesión más tradicional?
-La segunda señal es cuando el índice coincidente crece a menos del 3 por ciento anual. Esta situación coincidiría con el inicio de una recesión clásica. El índice coincidente todavía está creciendo al 4 por ciento anual, muy por debajo del 12 por ciento del año pasado, pero aun así arriba del límite.
- Sus números, obviamente, todavía no contemplan lo que sucedió en agosto, cuando subió la tasa de interés y se paró el ingreso de capitales. ¿Dada su experiencia, si se incluyeran estos datos, podríamos entrar en los próximos meses en un proceso recesivo clásico?
-Poco antes de la recesión del 95, el índice coincidente estaba en niveles similares a los actuales y después se precipitó de golpe. El índice de líder también revela una gran similitud entre la situación pretequila y la situación actual. Es decir, no lo descarto. Imagínese que fuera en auto subiendo un cerro: si suelta el acelerador, por inercia va a seguir andando un poco, pero a una velocidad decreciente, va a alcanzar el máximo de altura y después va empezar a retroceder. En este momento, por inercia todavía estamos yendo hacia arriba. Ahora pueden ocurrir dos cosas: que el motor se ponga en marca de vuelta o que empecemos a caer.
-Conociendo como funciona la Convertibilidad, que el motor se ponga en marcha de vuelta implicaría que se aclarar el panorama internacional que el ingreso de capitales retomara impulso...
-La situación externa es clave. Argentina está mucho más fuerte que en la etapa pretequila. Pero, desde el punto de vista internacional, lacrisis del Tequila tuvo sólo epicentro en México. Ahora están involucrados todos los países emergentes. Así, el resultado es bastante dudoso, hay que seguir observando qué pasa en los próximos meses.
-¿Usted pronostica para este año un crecimiento del PBI de sólo el 4 por ciento?
-En este momento mi previsión es todavía más baja: es de alrededor del 3 por ciento, todavía más baja. El nivel de actividad, ajustado por estacionalidad, es mucho menor al del año pasado.
-El 3 por ciento es casi la mitad del pronóstico del 5,8 por ciento que figura en el Presupuesto y que Roque Fernández sigue sosteniendo...
-La cifra oficial no fue revisada como consecuencia de los problemas de Asia. Antes de la crisis asiática de octubre del año pasado yo preveía para este año un crecimiento del 5 por ciento. Esa crisis ya nos costó 1 punto del PBI. El que Brasil no crezca y las nuevas turbulencias en Rusia nos pueden costar otro punto.
-¿Para el 99, la mayoría de los consultores habla de un crecimiento del PBI del 4 por ciento. ¿Usted qué opina?
-No me gusta pronosticar con tanta anticipación para Argentina. Pero la tendencia pareciera ser declinante. La tasa de crecimiento potencial de Argentina para los próximos años sería del orden de 3 a 3,5 por ciento anual, no más. En la primera fase de la Convertibilidad hubo un gran cambio estructural que implicó un gran aumento de la productividad. Ahora se siguen importando bienes de capital, pero la productividad crece a un ritmo mucho menor. Así que en el futuro no se puede esperar tanto crecimiento como en los últimos años.
-¿Qué opina de la proyección de los economistas de la Alianza, que dicen que Argentina podría crecer durante los cuatro años del próximo gobierno a una tasa promedio del 6 por ciento anual?
-Ojalá se hiciera realidad. Pero me parece demasiado optimista. Implicaría un crecimiento de la inversión y de la mano de obra que me parece inaccesible para Argentina por los próximos 10 años.
-¿Qué puede pasar con la desocupación en los próximos años?
-Es seguro que no se va a poder reducir a un dígito a fines del 99. Y perforar el piso del 13 por ciento va a costar más de lo que costó bajar hasta ahora la desocupación.
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