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Modelo en condición de retiro y cantante de rock and roll en ciernes, Sol Acuña no desaprovechó la oportunidad para cumplir un sueño de muchos pero privilegio de pocos: ser parte, aunque sea por un día, de la vida de Mick Jagger. De ilustrar tapas de revistas y protagonizar más de un comercial a emprender un viaje directo al corazón de la farándula rocker, parece haber un solo paso. En especial si se tienen piernas torneadas, ojos color cielo y un espíritu inquietamente farandulesco. Para esto ayudaron también una voz a lo Nina Simone, un romance hecho cenizas con Joaquín Levinton de Turf, otro negado ("hay buena onda, nada más") con Andrés Calamaro y el liderazgo de Voodoo, banda con la que dio rienda suelta a su pasión stone.

Todavía conmovida por el encuentro cercano, se encarga de contar la historia: "Mi representante es amigo de Jerry Hall, la mujer de Mick, porque fue modelo de su agencia. Me preguntó si lo quería ver y me puse loca. Esto fue el lunes a la noche, yo estaba en la presentación de la revista Rolling Stone. Inmediatamente me comuniqué con Federico Gastaldi, que sabe mi pasión por los Stones, y fuimos a comer con él, su hermano Marcos, mi hermana Dolores y por supuesto Jagger. Desde el principio él fue muy amable y la charla muy fluida. Como venía de la gira por Japón, le comenté que me sorprendía la diferencia que hay entre ellos, muchos más calmos, como si fueran a un cocktail y nosotros, más calientes. Me dijo que sí, que era así y me preguntó si lo estábamos esperando porque el desafío en Argentina era muy especial para él. No conoce un público tan efusivo como el nuestro. Enseguida le conté de mi fanatismo por ellos y le mostré mi tatuaje, se quedó impresionado". La aventura continuó en el Hyatt: "Nos invitó a ver la entrega de los Oscar. Mientras apostábamos por los candidatos hablamos de música, me dijo que la electrónica en general no le gusta. Le hablé de algunos grupos como Primal Scream y me dijo que el último disco no le había gustado pero que el anterior sí, porque era más stone. A todo esto, me comentaba cosas de la Argentina. Se acordaba de la otra visita, de cuando los fue a ver Maradona, de la mano de Dios. Igual lo más importante fue cuando le dije que mi hermano les había escrito una carta. Cuando se enteró del accidente y de todo lo que sucedió se emocionó y me pidió que se la trajera". Se quedaron con él hasta las 3 de la mañana, y Sol asegura que no pasó nada. Es más, se dedicaron a mirar cuadros. "Con mi hermana que es pintora vimos los cuadros del hotel y le pedimos que por favor nos diera unas entradas para el domingo porque no habíamos conseguido. Me agarró de la mano y me dijo: ‘Quedate tranquila nena, las vas a tener’."

Como yapa, al día siguiente, además de invitarlas a almorzar, las llevó a su cuarto a tocar. "Obviamente hicimos temas de los Stones, algunos que él ni se acordaba como ‘Miss Amanda Jones’. Tomamos unos vinos y me habló de Keith Richards como su hermano gemelo, me dijo que sin él no habría podido hacer nada. En un momento le pedí ir al baño. Me dije, qué loco, ¡estoy haciendo pis en el baño de Mick Jagger!" Y para el final, nuevamente el recuerdo de su hermano: "Tenía trece años cuando la escribió y se sentía un stone más, fue como una premonición, tenía que encontrarme con los Rolling Stones. Jagger entendió lo que significaba para nosotras y se mostró muy humano, vio la foto y leyó la carta adelante nuestro."

LUIS VIVOR

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